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Difícil equilibrio en Tailandia entre el ejército y la monarquía

Varias personas muestran un retrato del rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia el 14 de octubre de 2016 en Bangkok, mientras su cuerpo era trasladado a palacio afp_tickers

Los militares en el poder en Tailandia se encuentran ante un desafío inédito en la historia moderna del reino: establecer un nuevo equilibrio con el sucesor del rey Bhumibol Adulyadej, fallecido el jueves tras 70 años en el trono.

Durante su largo reinado, Bhumibol tuvo tiempo para establecer sólidos vínculos con el ejército, que funciona como un brazo armado del palacio que apartó -mediante golpes de Estado- a gobiernos civiles considerados como amenazas para la «institución suprema», que es la monarquía.

Así, tras el golpe de Estado de mayo de 2014, realizado en nombre de la defensa de la monarquía, el jefe del Ejército, el general Prayut Chan-O-Cha, fue confirmado en el cargo por el rey Bhumibol.

– Un vínculo personal –

Pero este vínculo establecido con el difunto rey dependió más de su personalidad que de la propia institución real, que era muy frágil cuando Bhumibol llegó al trono en 1946.

«Era una relación específica con el rey difunto», explica Thitinan Pongsudhirak, politólogo de la universidad Thammasat de Bangkok, que la describe como una inédita «simbiosis».

El vínculo se forjó a lo largo de décadas, en especial durante la lucha contra los grupúsculos comunistas en los años 60, período en el que el rey hacía visitas muy mediatizadas a los campamentos militares en la jungla.

«Va a ser muy difícil para el nuevo rey suceder a su padre y establecer sólidos vínculos con los militares», explica Paul Chambers, especialista estadounidense del ejército tailandés.

Además, el príncipe Maha Vajiralongkorn, que pasaba hasta ahora el mayor tiempo de su vida en Europa, está lejos de generar unanimidad en el país, entre los generales y entre los propios responsables del palacio, según los analistas.

De momento, el general Prayut Chan-o-Cha, jefe de la junta desde el golpe de Estado de 2014, ocupa un lugar determinante en el escenario tailandés.

Es él quien apareció en los mensajes televisados tras el anuncio del fallecimiento del rey.

Y también él quien anunció el jueves por la noche que el príncipe necesitaba «tiempo» para prepararse para ser rey.

El príncipe Maha Vajiralongkorn, de 64 años, es sin embargo militar de formación. Pero su grado de general es honorífico y jamás ha servido en ese rango.

Además el príncipe heredero, que vivía al margen de las redes de sus padres, «ha creado su propia guardia pretoriana, que tenía unos 5.000 hombres hace cinco años», recuerda Paul Chambers.

– Eminencia gris de palacio-

Por otro lado, hay un personaje clave para comprender el sutil equilibrio que se instauró entre el palacio y el ejército: Prem Tinsulanonda. A sus 96 años, el exgeneral y exprimer ministro era el principal consejero del difunto rey.

Su escasa estima por el príncipe heredero alimenta todo tipo de especulaciones, aunque de ello no se habla en público debido a una drástica ley contra las ofensas a la monarquía.

Los analistas interrogados por la AFP coinciden en que los militares no están dispuestos a dejar el poder, incluso si se organizan elecciones en 2017.

«Va a pasar un tiempo muy largo hasta que asistamos a la menor desmilitarización en Tailandia», augura Paul Chambers.

«La junta militar y el alto mando (militar) desempeñarán un rol esencial durante este delicado período de transición», estima por su lado Thitinan, de la universidad Thammasat.

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