Divergencias sobre la deuda griega entre estados miembros del FMI, dice comunicado
El diagnóstico de una deuda griega «insostenible» y la necesidad de nuevas medidas de reducción de parte de Europa constituyen puntos de divergencia entre los países integrantes del FMI, según un comunicado del consejo de admninistración de la institución multilateral difundido este lunes.
El organismo, que representa a los 189 estados miembros del FMI, discutió el lunes sobre el informe anual del Fondo sobre la economía griega, que se encuentra bajo perfusión financiera internacional desde 2010.
Según este documento, que aún no fue divulgado pero al que tuvo acceso la AFP, los equipos del Fondo Monetario Internacional juzgan que la deuda es «totalmente insostenible» a largo plazo y llaman a los europeos a tomar más acciones para reducirla.
Este sombrío pronóstico compromete en principio la participación financiera del FMI en el plan de ayuda acordado a Grecia por los europeos en 2015. Para acordar préstamos a un país el Fondo debe considerar que su deuda es «viable».
Los representantes de los estados miembros compartieron la evaluación del FMI, con algunas reservas.
«Algunos directores (representantes de países o de grupos de países, ndlr) tuvieron opiniones diferentes sobre la trayectoria presupuestaria y la viabilidad de la deuda», indica el comunicado del consejo de administración, sin más precisiones.
Respecto a la necesidad para los europeos de alivianar la carga de la deuda de Atenas -una medida reclamada desde hace varios años por los equipos del FMI- el comunicado también revela divergencias.
«La mayoría de los directores juzgaron (…) que un aligeramiento suplementario de deuda podría ser necesario para restablecer la viabilidad de la deuda», asegura el texto, dejando entender que no todos los directores compartieron ese punto de vista.
Otras divergencias aparecieron en relación a un punto técnico pero crucial. Según el comunicado, «algunos» miembros del FMI continúan abogando por un excedente primario de Grecia (fuera de la carga de la deuda) de 3,5% del PBI, un objetivo que el Fondo considera poco realista.
Por el contrario, el consejo llamó de manera unánime a las autoridades griegas a «acelerar la implementación de las reformas», al tiempo que reconoció el «duro precio» pagado por la población como consecuencia del ajuste presupuestario impuesto al país desde 2010.