
Dos veteranas de la política y una leyenda deportiva aspiran a la presidencia de Irlanda
Javier Aja
Dublín, 24 sep (EFE).- Los candidatos a la presidencia de Irlanda, un puesto principalmente representativo, afrontan desde este miércoles un mes de campaña para suceder en las urnas al veterano y popular político laborista Michael D. Higgins, al frente de la jefatura del Estado durante los últimos 14 años.
Solo tres aspirantes han logrado hasta hoy, al término del plazo fijado, los apoyos necesarios para competir en las elecciones del próximo 24 de octubre, las menos concurridas desde 1990.
El exdeportista Jim Gavin, de 54 años, se enfrentará a dos mujeres que presentan una dilatada carrera política, la izquierdista Catherine Connolly (68) y la democristiana Heather Humphreys (62).
Pese a su inexeperiencia, Gavin cuenta con el apoyo del principal partido irlandés, el centrista Fianna Fáil del primer ministro Micheál Martin, quien lo señaló como su opción preferida por delante de correligionarios históricos como Bertie Ahern, jefe del Gobierno entre 1997 y 2008.
Gavin, militar durante 20 años, es una de la personalidades más populares del deporte en Irlanda, tras lograr como entrenador del equipo del condado de Dublín seis campeonatos nacionales de fútbol gaélico entre 2012 y 2019.
Según las primeras encuestas, la favorita entre las políticas profesionales para seguir los pasos de las expresidentas Mary Robinson (1990-1997) y Mary McAleese (1997-2011) es Humphreys, del partido conservador Fine Gael, socio del Fianna Fáil en el Ejecutivo de Dublín.
Hegemonía tradicional o progresismo
Para una gran parte del electorado, la candidata democristiana y Gavin representan la batalla entre las dos formaciones hegemónicas irlandesas y el bloque progresista del Dáil (Cámara baja), cuyos partidos se han unido en torno a la figura de Connolly, abogada y diputada independiente desde 2016.
Humphreys goza de una amplia experiencia en puestos de responsablidad, tras dirigir en diferentes etapas el ministerio de Protección Social, el de Justicia y el de Desarrollo Comunitario y Rural, mientras que Connolly ha destacado por hacer bandera de varios asuntos sociales, como el sinhogarismo o el cambio climático.
La aspirante izquierdista también ha subrayado que apoyaría, si llega a la presidencia, la celebración de un referéndum sobre la reunificación de Irlanda, si bien ha dejado claro que eso solo ocurrirá con el consenso de la mayoría de la ciudadanía, tanto del sur como del norte de la isla, como establecen los acuerdos de paz.
Aunque importante, este objetivo histórico no es tan prioritario para Humphreys, quien creció en el condado fronterizo de Monaghan en el seno de una familia protestante. Su padre fue miembro de la Orden de Orange (unionista probritánica) y su abuelo rechazó la autonomía de Irlanda cuando toda isla pertenecía aún al Reino Unido. Ella, no obstante, se ha definido como una «irlandesa nacionalista».
El último sondeo del pasado 14 de septiembre otorgó a Humphreys el 22 % de votos, seguida por Gavin con el 18 % y Connolly con el 17 %.
Conor McGregor, fuera de la carrera
Aquella encuesta se efectuó antes de que el principal partido de la oposición, el izquierdista Sinn Féin de Mary Lou McDonald, confirmase que no iba a presentar un candidato propio y mostrase su apoyo a Connolly, quien podría avanzar posiciones en las próximas semanas.
Según los observadores, McDonald temía dañar con otra derrota la imagen de la formación tras los malos resultados electorales recientes, mientras que también descartó la opción del histórico Gerry Adams, quien aún genera rechazo por su pasado vinculado al ya inactivo IRA.
Tampoco lograron los apoyos necesarios el controvertido luchador de las artes marciales mixtas Conor McGregor y el famoso bailarín Michael Flatley, creador del espectáculo ‘Riverdance’.
‘The Notorius’, como se conoce a McGregor, había declarado que quería ser presidente de la República de Irlanda con un discurso político de extrema derecha y antiinmigración, mientras que el ‘Señor de la Danza’ era visto como un personaje un tanto extravagante para el puesto.
Algo más de 3,6 millones de personas están llamadas a las urnas para elegir al sustituto de Higgins, de 84 años, quien, a pesar de ocupar un cargo más simbólico que ejecutivo, se posicionó políticamente durante dos mandatos sobre asuntos de actualidad, como la crisis climática, el problema de la vivienda o, más recientemente, las guerras en Ucrania y Gaza. EFE
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