Científicos suizos, libres de la pesadilla financiera que vivían
Un año puede hacer una gran diferencia, especialmente para los investigadores suizos que compiten regularmente por los fondos de la Unión Europea para financiar sus proyectos.
En enero de 2016, la comunidad científica suiza vivía una gran crisis. En Davos, la negociación para seguir siendo parte del programa ‘Horizonte 2020’ se hallaba en punto muerto, lo que anticipaba un éxodo masivo de talentos de las universidades helvéticas.
Doce meses después, la cortina de sombras que se cernía sobre la ciencia helvética desapareció y el panorama se tornó alentador. El Gobierno suizo ratificó un protocolo que extiende los derechos de la Libre Circulación de Personas a Croacia y el Parlamento, no sin esfuerzos, encontró finalmente un esquema para limitar la inmigración masiva -como lo pidieron los suizos en febrero de 2014-, pero sin violentar los principios de la UE.
Esto era fundamental para Suiza, cuyos investigadores lideraban la recepción de subvenciones del Consejo Europeo de Investigación (ERC) desde que 2007, año en el que comenzaron a otorgarse, como parte de un programa llamado ‘Horizonte 2020’. El 22% de las propuestas presentadas por los científicos suizos reciben apoyo, esta tasa es el doble del promedio de los proyectos de la UE que reciben ‘luz verde’.
En concreto, por cada franco que Suiza ha invertido en el programa de financiación de la investigación de la UE, ha recibido dos a cambio.
Suiza contribuyó con 240 millones de euros al ERC entre 2007 y 2013 y recibió en contrapartida 500 millones de euros en subvenciones para sus investigadores.
Durante la reunión del WEF del año pasado, Suiza se aferró con fuerza a aprovechar cada centavo financiado por ‘Horizonte 2020’, pero sabiendo que solo le quedaba un año más de acceso a las becas que otorga el ERC. Sin embargo, habiendo satisfecho en diciembre del 2016 todas las demandas que había hecho la UE, el 2017 inicia con el pie derecho y con la noticia de que nuevamente podrá aplicar para recibir apoyos de una bolsa total que actualmente suma 80.000 millones de euros y que estará en vigor hasta el 2020.
“Es una gran noticia que los obstáculos hayan sido eliminados. Habría sido terrible que la participación de Suiza terminara”, dijo a swissinfo Jean-Pierre Bourguignon, presidente del ERC en el marco de su visita a Davos. Para memoria, Suiza tenía hasta febrero del 2017 para resolver el impasse en el que se encontraba en el tema de la inmigración y para seguir siendo parte de Horizonte 2020, y encontró una solución hace solo unas semanas.
La Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha sido siempre la universidad más exitosa con respecto a la obtención de subvenciones del ERC. Su presidente, Martin Vetterli (quien es de hecho uno de los beneficiarios de estas becas), aseguró que la reputación de Suiza como un centro de investigación altamente competitivo se habría visto seriamente afectada si hubiera perdido los fondos de la UE.
“Cuando entrevistaba gente recientemente para ocupar puestos en la EPFL, la primera pregunta que me hacían siempre era: ‘¿Volverá Suiza a formar parte de Horizonte 2020?”, expresó a swissinfo.ch
Y no es sólo es el dinero lo que hace atractiva la financiación del ERC. El elevado nivel de competencia que supone solicitar y hacerse acreedor a estos fondos, la libertad que tienen los ganadores para decidir cómo utilizan los fondos recibidos y la duración de la subvención (5 años), le hacen interesante, expresó Vetterli.
“Viví en los Estados Unidos durante muchos años y jamás pude encontrar fondos de esta naturaleza”, puntualizó.
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