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Arañas exóticas en Suiza: ¿hasta qué punto debemos preocuparnos?

araña en tela de araña
A principios de otoño es la época de apareamiento de las arañas y para ello deciden buscar refugio en nuestros hogares. Keystone / Ralf Hirschberger

Este otoño, la rápida propagación de las llamadas arañas Nosferatu ha causado preocupación en toda Suiza. Sin embargo, los científicos afirman que la amenaza que supone esta araña no autóctona -y otras especies invasoras- es, en gran medida, una amenaza infundada.

Todos los otoños ocurre lo mismo: cuando bajan las temperaturas, las arañas se sienten cada vez más atraídas por los hogares, donde buscan refugio y calor. Al verlas en las paredes, la gente, asustada, hace fotos de estos animales de sangre fría y las comparte en las redes sociales. Una especie inusual se ha propagado este año en Suiza. El experto Wolfgang Nentwig ha tenido que atender más de una llamada en los últimos tiempos.

«Se trata de la vigésima petición que recibo de los medios de comunicación desde septiembre, lo que demuestra un gran interés, pero no estoy seguro de que esté justificado», señaló el ecologista algo desanimado cuando me puse en contacto con él en noviembre. Cuando vi en la puerta de mi frigorífico una araña parda desconocida, con patas de hasta ocho centímetros de largo, me decidí a solicitar yo también una entrevista con el experto.

Sus marcas abdominales negras recuerdan al vampiro de la película muda alemana Nosferatu, de 1922, que dio a la araña su nombre común.

Originaria de la región mediterránea, la araña Nosferatu está ahora muy extendida en Suiza. Este otoño protagonizó varios titulares en la prensa local, como por ejemplo ‘Una araña no identificada provoca conjeturas’, ‘La araña Nosferatu acecha en el techo’ o ‘Cinco centímetros con garras venenosas: la araña Nosferatu se propaga por Suiza’.

Este vídeo, publicado originalmente en TikTok por el periódico suizo 20Minuten, muestra las arañas vistas en las casas de la gente.

Expansión en Suiza

«Parece un bombo mediático con mucha información a medias y demasiada exageración», afirma Nentwig. Como profesor emérito de Ecología Comunitaria en la Universidad de Berna y presidente de la Asociación para el Fomento de la Investigación sobre ArañasEnlace externo, Nentwig lleva más de 30 años observando la presencia de Nosferatu, o Zoropsis spinimana.

Señala que Zoropsis spinimana lleva tiempo en Europa central. La primera vez que se observó fue en 1994 en la ciudad de Basilea, después en Austria en 1997 y años más tarde, en 2005, en Alemania. La especie amplía su presencia hacia el norte, con casos confirmados en Colonia, Hamburgo y Berlín, así como en Bélgica, Países Bajos y el sur de Inglaterra, añade Nentwig.

Según un informe de 2013Enlace externo, la araña se encuentra sobre todo en altitudes más bajas en Suiza, especialmente en las ciudades y en lugares situados a lo largo de los ejes de tráfico norte-sur. La propagación de esta especie no autóctona se atribuye a menudo en los informes de los medios de comunicación al cambio climático, que bien puede permitir a las arañas establecerse en regiones donde antes eran incapaces de sobrevivir y reproducirse. No obstante, Nentwig subraya que hay que distinguir claramente entre propagación natural y la no intencionada provocada por el hombre.

«La propagación natural, solo ligeramente acelerada por el cambio climático, es un proceso normal», afirma Nentwig. “Dado que las arañas se desplazan un máximo de un kilómetro al año, el área de distribución natural de una especie de araña suele aumentar lentamente”, añade. “Pero al esconderse, por ejemplo, en productos empaquetados o en cajas de camiones, una especie de araña puede duplicar o incluso triplicar su área de distribución en pocos años”.

«Creemos que el asentamiento de nuevas especies de arañas en Suiza se acelerará enormemente con el aumento del comercio mundial», comenta Nentwig.

Arañas: escurridizas y difíciles de rastrear

Según la Oficina Federal de Medio Ambiente (FOEN por sus siglas en inglés), se sabe muy poco sobre la propagación de arácnidos exóticos en Suiza en comparación con otras clases de animales. Los ácaros, las arañas del polvo y los pseudoescorpiones ni siquiera están registrados en la base de datos nacional externa InfospeciesEnlace externo. Eso se debe principalmente a que el hábitat de las arañas y otros arácnidos está muy disperso y es difícil de rastrear, al contrario que en el caso de los mejillones quaggaEnlace externo o las almejas asiáticas, por ejemplo, que son más fáciles de controlar en las aguas cerradas que colonizan.

El Centro Suizo de Cartografía de la Fauna (CSCF) vigila para la FOEN la propagación de algunas especies de arañas autóctonas en Suiza. Basándose en los informes de observación de investigadores y ciudadanos, el centro, con sede en Neuchâtel, ha elaborado un mapa de distribución de Zoropsis spinimana que documenta quién la ha visto, dónde y cuándo.

Mapa de Zoropsis en Suiza
Mapa de distribución de Zoropsis en Suiza. CSCF

En su último informe sobre especies exóticas, la FOEN afirma que 11 tipos de arañas se consideran bien establecidas en Suiza, pero ninguna de ellas se define actualmente como «invasora» o perjudicial para el medio ambiente local. «Se necesita mucha más información y datos para tener una imagen más completa de los arácnidos exóticos», destacaba en un correo electrónico Nicolas Gurtner, portavoz de la FOEN.

¿Inmigrante bueno o malo?

La presencia de una especie exótica en una zona no significa necesariamente que cause daños. Si una especie exótica desplaza a las especies autóctonas, se cruza con ellas o causa daños económicos considerables a la agricultura o la silvicultura, entonces sí se considera «invasora». Algunos ejemplos típicos son la chinche apestosa marmorataEnlace externo y la mosca del vinagre del cerezo, originarias de Asia y que han infestado muchas especies vegetales en Suiza y otros países.

Las especies invasoras figuraron en el orden del día de la cumbre COP15Enlace externo que tuvo lugar a principios de diciembre en Montreal, donde delegados de casi 200 países negociaron medidas globales para prevenir y reducir en un 50% los índices de introducción y establecimiento de especies invasoras, y para controlar o erradicar dichas especies con el fin de reducir su impacto en los ecosistemas autóctonos.

En el caso de Suiza, solo se dispone de información parcial sobre los daños causados por las especies exóticas invasoras. Un informe de 2019Enlace externo de la FOEN, basado en los costes estimados para toda la región de la UE, calcula que los daños anuales en Suiza ascienden aproximadamente a 170 millones de francos suizos (183 millones de dólares).

Las especies exóticas invasoras capaces de provocar la extinción de plantas y animales autóctonos son, en efecto, una grave amenaza para la biodiversidad. Pero recientemente, un equipo de investigación dirigido por la Universidad de Ginebra y la Universidad Brown de EE.UU. argumentó en un artículo de opiniónEnlace externo que también deberían tenerse en cuenta los beneficios potenciales de las especies no autóctonas para que el debate sea más equilibrado.

«Los antiguos prejuicios contra las especies autóctonas en la literatura científica han enturbiado el proceso científico y obstaculizado los avances políticos y la comprensión pública», afirma Martin Schlaepfer, profesor titular de Ciencias Ambientales de la Universidad de Ginebra.

Schlaepfer pone el ejemplo de una planta autóctona llamada Vara de oro (Solidago gigantea), que se ha propagado cerca de la ciudad de Ginebra. Ha suplantado a otras plantas autóctonas a escala local, por lo que se considera invasora en Suiza. Sin embargo, también se valora por sus propiedades ornamentales y medicinales, y sirve de alimento a los insectos locales.

En lo que respecta a las arañas exóticas que están alarmando a tantos residentes suizos, «hasta ahora, no hemos visto ningún daño que hayan causado a los animales autóctonos, al ecosistema o a la biodiversidad local lo suficientemente grave como para requerir medidas para evitar su propagación», afirma Gurtner, de la FOEN.

En agosto, un grupo internacional de investigadores publicó un estudioEnlace externo sobre la representación de las arañas en los medios de comunicación. Para ello, analizaron artículos periodísticos de 2010 y 2020 en 15 países, sin incluir Suiza. Los expertos comprobaron si había errores factuales y contaron el uso de palabras con carga emocional, como «demonio», «asesino», «repugnante», «pesadilla» y «terror» en cada artículo.

Descubrieron que el 47% de los artículos contenían errores y el 43% eran sensacionalistas, que son intrínsecamente más propensos a provocar respuestas emocionales.

«Uno de los aspectos más notables de las modernas relaciones entre humanos y arañas es la prevalencia de la aracnofobia en lugares con pocas o ninguna especie de araña altamente peligrosa», destacan los autores en el artículo.

Según Nentwig, incluso podría ser beneficioso ofrecer involuntariamente a la Zoropsis spinimana un refugio temporal en nuestras casas durante los meses fríos. La araña se comerá todo lo que pueda dominar, incluidos mosquitos, moscas domésticas, otras arañas, moscas del vinagre, cucarachas y escarabajos de las alfombras.

«Tenemos que elegir: aprender a vivir con ellas y aceptar el servicio gratuito que nos prestan las arañas, o deshacernos de ellas y luchar contra las plagas», añade Nentwig.

Adaptado del inglés por Carla Wolff

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