El voto repercutirá en el mercado laboral
La economía suiza podría perder decenas de miles de empleos tras la aprobación de la iniciativa que pide restringir la llegada de trabajadores de la Unión Europea. Los sindicatos y la patronal están preocupados por las consecuencias que puede acarrear.
La Unión Sindical Suiza (USS) teme las repercusiones sobre la fuerza laboral si la Unión Europea (UE) decide vengarse y rescinde varios acuerdos bilaterales. El Credit Suisse estima que en los próximos tres años se crearan 80.000 empleos menos, debido al “veneno” de la incertidumbre que desalienta a las empresas a invertir en Suiza. Según el segundo banco helvético, es la mitad de los puestos de trabajo que se suelen generar habitualmente en ese plazo.
De acuerdo con la iniciativa aprobada el pasado domingo, el Gobierno dispone de tres años para poner en práctica las medidas, hoy aún desconocidas, destinadas a limitar la llegada de trabajadores de la UE.
Las empresas no se aventuran a invertir si no disponen de unas garantías mínimas, señala a swissinfo.ch Oliver Adler, jefe de Investigación del Credit Suisse. “Las compañías que se plantean una expansión o lanzar nuevos productos en Suiza tendrán que sopesar si seguir adelante con sus planes, deslocalizar el proyecto o postergarlo”, puntualiza.
La Unión Sindical Suiza (USS) alerta de las “consecuencias desastrosas” que puede sufrir el sector exportador en caso de represalias por parte de la UE y cifra en “decenas de miles los puestos que estarían amenazados”. La Unión Europea, principal socio comercial de Suiza, fue el destino del 56% de las exportaciones helvéticas en 2012.
“Uno de los acuerdos bilaterales más importantes y que ahora peligra permite a las empresas suizas entablar negocios sin traba alguna en todos los países miembros de la UE”, explica a swissinfo.ch Daniel Lampart, economista jefe de la USS. “Sin este acuerdo, las compañías tendrían que negociar con cada país por separado”.
La USS recalca que la votación no servirá para luchar contra el creciente flujo de mano de obra barata procedente de la UE ni contra el consiguiente dumping salarial. La solución, según la USS, reside en reforzar las medidas de protección salarial vigentes y en introducir un salario mínimo.
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Alarmismo
La Unión Democrática del Centro (UDC, derecha conservadora), que promulgó la iniciativa Contra la inmigración masiva aprobada el domingo, sostiene que esos argumentos “alarmistas” provienen de gente que ha perdido el contacto con la población.
“Vuelven con los mismos argumentos que se utilizaron cuando Suiza rechazó ingresar en el Espacio Económico Europea (EEE) en 1992”, afirma Hans Kaufmann, diputado y experto en cuestiones económicas de la UDC. Y desde entonces, Suiza ha reforzado los vínculos comerciales con la UE, agrega.
“La rescisión de otros acuerdos bilaterales [además del de la libre circulación de personas] como consecuencia de esta votación perjudicaría también a la UE”, señala Kaufmann. Se refiere al acuerdo en materia de transporte de mercancías que permite a los camiones de la UE cruzar los Alpes suizos.
Mano de obra imprescindible
Una de las grandes preocupaciones es cómo abastecer el mercado laboral. Una cuarta parte de los empleados de los 300 bancos suizos son ciudadanos comunitarios y cerca del 45% del personal de la industria farmacéutica, química y biotecnológica son extranjeros.
En un comunicado, la Asociación Suiza de Banqueros (ASB) manifiesta su temor a que escaseen los profesionales competentes. “Es previsible que los bancos tengan dificultades para satisfacer sus necesidades de personal cualificado”, precisa la ASB.
Valentin Vogt, el presidente de la Unión Patronal Suiza, no descarta que se agote la mano de obra altamente cualificada en Suiza.
“¿Quién se va animar a venir a un país que le dice: en septiembre tendremos cupos de trabajadores extranjeros? Y por si fuera poco, tiene que venir solo, su familia puede seguirle dentro de dos años. Yo desde luego no vendría en tales condiciones”, declaraba al diario Neue Zürcher Zeitung(NZZ).
El gigante farmacéutico suizo Novartis dice que debe su “éxito fundamentalmente a la disponibilidad de mano de obra cualificada”.
“Lo crucial ahora es cómo se prevé aplicar el sistema de cupos y evitar dentro de lo posible que repercutan en los acuerdos bilaterales”, agrega Pascal Brenneisen, director de Novartis Suiza. “Haremos todo lo que está en nuestras manos para que la interpretación [del texto de la iniciativa] sea generosa y así limitar los daños para Suiza como centro de negocios”.
Entre las posibles medidas que sugiere Kaufmann, de la UDC, figura una especie de bolsa de empleo en la que las empresas podrían competir por un cupo determinado de profesionales foráneos. Otra medida sería introducir un sistema de puntos que permitiría contratar solo a extranjeros altamente cualificados y con experiencia laboral.
La creación de un sistema de seguridad social diferente para trabajadores temporales podría aliviar la carga de los extranjeros en paro, agrega Kaufmann.
Total: 4,85 millones
Suizos: 3,41 millones
Extranjeros: 1,44 millones
Fuente: Oficina Federal de Estadística, tercer trimestre de 2013
Reputación dañada
economiesuisse, la Federación de Empresas, confía en que las nuevas medidas que adopte el Gobierno no incluyan más perjuicios que el de un aumento del papeleo y de los trámites burocráticos.
Pero Suiza debe subsanar ahora el daño que ha sufrido su reputación, sostiene economiesuisse. “Es una mala señal enviada a la comunidad internacional de los negocios”, declara su economista jefe, Rudolf Minsch. “Ahora es absolutamente imperativo que protejamos la imagen de Suiza, un país que hasta ahora estaba considerado como un lugar propicio para los negocios”.
Dentro de poco, sin embargo, los suizos están llamados a pronunciarse sobre otra propuesta que pretende limitar la inmigración: la iniciativa popular Stop a la superpoblación – sí a la conservación de las bases naturales de la vida, según la cual el aumento por inmigración de la población con residencia permanente no puede superar el 0,2% anual durante un plazo de tres años.
Berna y Bruselas firmaron el acuerdo de libre circulación de personas en 1999, junto con otros seis convenios.
El paquete contiene la denominada cláusula guillotina que puede anular todos los acuerdos si uno de ellos cae en desdicha.
De ahí su importancia, ya que garantizan a las empresas helvéticas el acceso al mercado único europeo.
Estos tratados abarcan diferentes sectores, desde la agricultura y el transporte, hasta la investigación y el comercio.
Uno de ellos autoriza a Suiza a exportar a todos los países miembros de la UE, sin necesidad de solicitar los permisos correspondientes país por país, un trámite que requiere tiempo y dinero.
Otro estipula que las empresas helvéticas puedan competir por la obtención de contratos en las mismas condiciones que las compañías con sede en la UE.
El acuerdo agrícola prevé tarifas reducidas para una serie de productos, entre ellos, quesos, frutas, verduras, carne y vinos.
Un acuerdo aéreo garantiza a las aerolíneas suizas el acceso al mercado europeo y viceversa.
Traducción del inglés: Belén Couceiro
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