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Escuela suiza de medicina actúa contra sesgo de género

Medicos practican cirugía en un modelo plástico
Internos de cirugía practican la artroscopia de rodilla durante una sesión de formación en la Fundación Suiza para la Innovación y la Formación en Cirugía (SFITS) el viernes 17 de noviembre de 2017, en Ginebra. © Keystone / Martial Trezzini

La investigación y la educación médicas han sido criticadas durante mucho tiempo por su “insensibilidad al factor de género”, su “sesgo masculino” y por ser hechas por hombres para hombres. Para que los futuros médicos cobren consciencia plena de los problemas de género, la Universidad de Lausana se convirtió en una de las pioneras a nivel mundial en la incorporación del factor de género en sus planes de estudios.

Carole Clair y Joëlle Schwarz, jefas adjuntas de la unidad de Medicina y Género del Centro de Medicina General y Salud Pública de la Universidad de Lausana (Unisanté), desean que las y los aspirantes a médicos conozcan las diferencias de género. Los riesgos de hombres y mujeres de padecer una determinada enfermedad son distintos y lo es también la forma en la que cada uno la experimenta, lo que a menudo influye sustancialmente en la manera en la que se diagnostica y trata un mal. Pese a ello, las escuelas de medicina rara vez abordan el sexo y el género en sus planes de estudios, excepto cuando se trata de salud reproductiva.

El sesgo de género se refiere, usualmente, a la negligencia involuntaria, pero sistemática y con efectos negativos graves, que existe en los diagnósticos médicos recibidos por hombres y mujeres, y en la calidad de la atención médica que reciben. Por ejemplo, es menos probable que se prescriba un analgésico a las mujeres para exactamente el mismo dolor experimentado por los hombres, y la falta de conciencia sobre la enfermedad cardíaca de una mujer puede llevar a los médicos a retrasar el diagnóstico de sus pacientes.

Clair y Schwarz reconocen que las diferencias de género se han pasado por alto durante mucho tiempo en la medicina, incluso en países con un alto nivel educativo como Suiza. Y desean que esto cambie, de universidad en universidad.


Estereotipos de género también entre los estudiantes de medicina

En 2017, Clair y Schwarz realizaron un estudio piloto entre sus colegas para evaluar si tenían sensibilidad de género y si estaban presentes los estereotipos entre los estudiantes de medicina de Unisanté. Descubrieron que, aunque los estudiantes mostraban un cierto interés en materia de género en la medicina, generalmente se guiaban por estereotipos y tendían a tomar la perspectiva masculina como norma en la práctica clínica.

Schwarz refiere que estos estereotipos basados en el género que tienen los estudiantes de medicina juegan, de forma inconsciente, un rol importante en los procesos de diagnóstico temprano, que es cuando se reúne la información relevante del historial médico del paciente. Los estudiantes de medicina mostraron una tendencia a explorar más aspectos psicosociales en el caso de las pacientes y atribuían sus síntomas a causas psicológicas o subjetivas. Por el contrario, se inclinaron a plantear a los pacientes varones preguntas específicas que apuntan al pensamiento fisiopatológico y al ámbito profesional médico.

Un caso típico en el que se ignoran las diferencias de género es el manejo del dolor. Clair añade que una gran parte de los estudiantes de medicina y médicos creen que existen mayores probabilidades de que el dolor de las mujeres sea de origen “psicógeno” o “emocional”: se considera que las mujeres dramatizan, exageran o incluso fabrican sus experiencias de dolor. Esto podría llevar a los médicos a recomendar un tratamiento psicológico en lugar de analgésicos.

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Obviamente, tales sesgos y conceptos erróneos con respecto a los pacientes podrían también, en última instancia, influir en las decisiones que toman los estudiantes de medicina en su futuro razonamiento clínico, diagnóstico y tratamiento, lo que lleva a preguntarse si las mujeres están recibiendo los tratamientos óptimos.

 Liderando el camino en Suiza

Clair y Schwarz consideran que es el momento oportuno para abordar en la educación médica los conceptos erróneos y los estereotipos de sexo y de género existentes. En 2019, su equipo recibió una beca de la Universidad de Lausana para introducir nuevos cursos sobre la influencia del sexo y el género en la salud en el plan de estudios médicos. El proyecto piloto ha buscado integrar un enfoque reflexivo en la práctica médica de los estudiantes. Es el primer intento de esta índole que tiene lugar en Suiza.

“Lo que es muy innovador en este enfoque es que utilizamos casos clínicos reales; en otros proyectos similares realizados en los Países Bajos, Alemania o Suecia se centran en cursos teóricos sobre medicina y género”, dice Schwarz.

Medicina de género específica en el mundo

La necesidad de una perspectiva de género en los planes de estudios médicos ha sido reconocida a nivel gubernamental en los Países Bajos y Suecia.

El Ministerio de Salud neerlandés llevó a cabo un proyecto a nivel nacional para incorporar temas de género en el Centro Médico de la Universidad de Radboud entre 2002 y 2005, luego decidió extenderlo a otras universidades.

El gobierno sueco ha realizado varias evaluaciones de la educación sobre género en las escuelas de medicina, y ha modificado las políticas universitarias locales. En 2001, la facultad de medicina de la Universidad de Umeå decidió incorporar la perspectiva de género en su plan de estudios médicos y creó un comité encargado de dirigir estos trabajos. Por su parte, el Karolinska Institutet de Suecia fue el primero en establecer en Europa el curso en línea “Salud y enfermedad desde una perspectiva de género”.

También se ofrece formación específica en medicina de género en algunas facultades de medicina de Alemania, Canadá y Estados Unidos, pero los esfuerzos no son aún de alcance nacional.

Como parte del plan piloto de estudios de Unisanté, los estudiantes de medicina deben pasar una semana en una clínica realizando diagnósticos y atendiendo pacientes.

Después de la práctica clínica, cada estudiante debe presentar un caso médico concreto a un médico y a un experto en medicina de género de Unisanté para luego discutir qué papel jugó el sexo del paciente.

Los estudiantes reciben comentarios del experto y reflexionan sobre el razonamiento clínico respondiendo preguntas como: “si el paciente fuera una mujer, o viceversa, ¿en qué habrían diferido el diagnóstico y la atención médica ofrecida?”

Schwarz explica que permite a los estudiantes identificar sus propios sesgos inconscientes en el diagnóstico y el tratamiento, y evitarlos, o reducirlos al mínimo, en la práctica clínica futura.

Clair y Schwarz esperan extender esta iniciativa a todo el país. El año pasado, redactaron una propuesta para integrar el tema del género a un plan de estudios para todas las facultades de medicina suizas y recibieron financiación de la organización coordinadora Swissuniversities. “Creo que es una señal de reconocimiento a la eficacia de nuestro enfoque”, dice Schwarz.

Desde enero de 2021, el equipo también comparte sus materiales didácticos y documentos de referencia con otras facultades de medicina del país. La intención es alentar a sus pares a presionar por la enseñanza obligatoria en medicina específica de género en sus propias universidades.

El género es una cuestión científica

Aunque se ha debatido durante décadas la necesidad de aumentar la conciencia de género, son pocas las facultades de medicina que han puesto en práctica iniciativas.

Carole Clair, de Unisanté, considera que uno de los desafíos que enfrentan las escuelas de medicina es la idea arraigada de que el género es algo político o ideológico, y que no debe considerarse un tema científico. Dentro de las facultades de medicina, algunos profesores siguen pensando, incluso, que las diferencias de género son un tema tangencial en la educación. No están dispuestos a hacer ajustes relevantes en los planes de estudios existentes ni desean dedicar tiempo a instruir a sus estudiantes en la materia, dice Clair.

La educación médica cubre una amplia gama de temas y métodos, así que agregar nuevos contenidos puede resultar un desafío. Clair destaca que “sensibilizar a nuestros colegas sobre los problemas y convencerlos de que incluyan la perspectiva de género en los contenidos de su enseñanza ha sido un proceso muy largo”. Sin embargo, en Suiza, el aprendizaje específico sobre género tiene una respuesta muy positiva. El equipo de Unisanté reúne recursos y desarrolla material educativo junto con otras universidades médicas para integrar con éxito el género en el plan de estudios médico suizo.

(Traducción del inglés: Andrea Ornelas)

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