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¿Por qué un UBS monstruoso asusta a Suiza?

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UBS afirma que la adquisición del Credit Suisse le hará más fuerte. Algunos políticos temen que el nuevo banco fusionado se convierta en un lastre. Keystone / Neil Hall

La dramática compra del Credit Suisse por parte de UBS ha concentrado los riesgos del rescate en los hombros de un solo banco. Una situación que pone nervioso a más de uno en Suiza.

El gobierno parece decidido a ver cómo se completa la compra del Credit Suisse por 3 000 millones de francos suizos (3 250 millones de dólares) antes de fin de año, a pesar de que se espera una intensa oposición en el Parlamento.

“Suiza es demasiado pequeña para tener bancos tan grandes. Debemos encontrar la forma de reducir este riesgo”, dijo Cédric Wermuth, presidente del Partido Social Demócrata, a la cadena pública suiza SRF.

Los argumentos sobre lo que debe hacerse varían según el partido político. Pero todos coinciden en que las operaciones de banca al detalle de Credit Suisse deben separarse y ponerse a salvo.

“Me resulta extraño que las personas a cargo de la fusión no se hayan dado cuenta de que la solución que estaban eligiendo era políticamente inaceptable en Suiza”, expresó a SWI swissinfo.ch Klaus Wellershoff, fundador de la consultora financiera homónima.

Wellershoff, ex economista en Jefe de UBS, anticipa un camino pedregoso para su antiguo empleador. “No es aconsejable en ningún caso que una transacción de relevancia sistemática se enfrente al 80% de los partidos políticos”, detalló.

Entre los expertos, una corriente de pensamiento sostiene que los riesgos se habrían diversificado dividiendo al Credit Suisse en partes para venderlas a diferentes empresas financieras del mundo.

Ofertas rivales

A pesar de la frenética y desesperada lucha por salvar al Credit Suisse de un colapso que lucía totalmente fuera de control, al parecer sí había otras opciones.

El Financial Times detalló que la firma estadounidense Blackrock, líder mundial en gestión de activos, preparaba una oferta rival en la víspera del anuncio de la venta al UBS.

Por otra parte, una consultora financiera suiza, que solicitó el anonimato, confirmó a SWI swissinfo.ch que en las semanas previas al colapso fue contactada por dos bancos europeos interesados en adquirir Credit Suisse.

+ El colapso del Credit Suisse: consecuencias y cuentas pendientes

No obstante, mantener la solución del Credit Suisse dentro de Suiza ofrecía al gobierno más control sobre el proceso y reducía las inevitables demoras debidas a la solicitud de información de detalle que habrían hecho otros países.

Para Arturo Bris, profesor de finanzas en la prestigiosa escuela de negocios IMD de Suiza, el acuerdo con UBS se forzó justamente por la presión internacional.

“Suiza recibió presión de los reguladores estadounidenses, europeos y británicos para resolver el problema antes de la apertura de los mercados el lunes por la mañana (20 de marzo)”, dijo, “Suiza no debió someterse a esa presión”.

“Cuando (el banco estadounidense) Lehman Brothers quebró (en 2008), a los reguladores estadounidenses no les importó provocar una crisis al resto del mundo. A los suizos les importa demasiado esto. El gobierno debió resolver el problema en beneficio del pueblo suizo”, afirmó Bris.

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Bombas de tiempo

El que fuera el segundo banco más importante de Suiza es un enfermo terminal que sobrevive con el apoyo vital ofrecido por las líneas de crédito emergentes del Banco Nacional Suizo (BNS).

Pero es un enfermo que aún tiene muchos órganos sanos: una red de sucursales de banca al detalle, depósitos y préstamos que valen miles de millones de francos suizos, y una unidad de gestión patrimonial viable.

Sin embargo, largos años de mala gestión contaminaron al Credit Suisse vía arriesgadas operaciones de banca de inversión y decisiones que trajeron al banco un sinfín de problemas legales.

En vez de deshacerse de las bombas de tiempo y arrojarlas a los océanos globales, el banco suizo UBS se vio obligado a ‘engullir’ solo el problema.

El presidente de UBS, Colm Kelleher, dibujó un panorama optimista al afirmar que la adquisición abre “enormes oportunidades” y dar por hecho que “UBS seguirá siendo sólido como una roca”.

Sobre la marcha, cuando la integración se complete UBS se convertirá en líder indiscutible en depósitos y créditos para los clientes.

Asimismo, será el segundo administrador de gestión patrimonial más importante del mundo (actualmente ocupa el cuarto lugar) y el tercer gestor de activos más relevante de Europa (desde la sexta plaza que ocupa actualmente).

“La toma de control garantiza la estabilidad de la plaza financiera suiza”, expresó la Asociación de Banqueros Suizos (ABS). Una visión que no comparte todo el mundo.

Demasiado grande para quebrar

La fusión de los dos bancos más grandes de Suiza transformará el panorama financiero suizo de un duopolio de instituciones “demasiado grandes para quebrar” a uno en donde habrá un solo megabanco.

El balance combinado de ambas instituciones financieras duplica el valor del Producto Interno Bruto (PIB) de Suiza, cifrado en 800 000 millones de dólares.

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“Después de la venta, tendremos un gigante financiero en Suiza”, dijo Marc Chesney, profesor de finanzas en la Universidad de Zúrich, a SWI swissinfo.ch en entrevista.

“¿Qué sucederá la próxima vez, cuando sea UBS el emproblemado, como en 2008? ¿Quién comprará a UBS? ¿Un banco cantonal? ¿A dónde nos dirigimos exactamente?”, se lamentó Chesney.

A Arturo Bris le preocupa que los contribuyentes suizos corran nuevamente el riesgo de estar obligados a pagar la onerosa factura de un rescate bancario. Y es que la Confederación se ha comprometido a absorber hasta 9 000 millones de francos suizos de pérdidas de UBS si el banco tuviera que amortizar malas inversiones del Credit Suisse.

Bris advierte que la fusión entre Credit Suisse y UBS traerá además otro tipo de consecuencias a los clientes minoristas.

“Nos quedaremos con un banco gigantesco que será monopólico y mucho más reacio al riesgo”, dijo, “y esto es malo para los clientes”.

“Los servicios bancarios se volverán más caros y los controles de crédito del UBS serán más estrictos. El banco concederá menos préstamos y la gente que necesita crédito no lo obtendrá del UBS”.

Adaptado del inglés por Andrea Ornelas

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