The Swiss voice in the world since 1935

El dinero y el poder, motor de los sacrificios de niños en Uganda

Jovia Twine se viene abajo mientras su marido, Joseph Ankunda, cuenta la historia de Sylvia y Kanani, dos de los hijos de la pareja que fueron víctimas de rituales, el 28 de mayo de 2015 en Luweero (Uganda) afp_tickers

«Cuando me desperté, mi hermana estaba muerta, cortada por todas partes», cuenta Kanani. El corazón y el clítoris de Sylvia, de ocho años, le fueron extirpados con un cuchillo, víctima de un sacrificio que algunos creen que da suerte y éxito.

Con la llegada de las elecciones generales, previstas para 2016, las autoridades de Uganda temen un aumento del número de este tipo de sacrificios, tan frecuentes que desde 2009 existe una fuerza especial de la policía para combatirlos.

En febrero de 2013, Kanani y Sylvia, que entonces tenían nueve y ocho años, estaban dando de pastar al rebaño de su familia cuando un hombre que apenas conocían se acercó y les llevó a un bosque cercano. Este hombre, Sperito Bisekwa, atacó primero a Kanani. «Me agarró, me estranguló y me abrió la nuca», cuenta el niño, que vio luego el cuerpo mutilado de su hermana pequeña. Su corazón y su clítoris fueron extirpados para ser utilizados en rituales de brujería, según la policía.

El dinero y el poder que presuntamente otorgan los sacrificios son el principal motivo de estos horribles crímenes, que se multiplican en período electoral.

Moses Binoga, jefe de la fuerza especial contra las sacrificios humanos, confirma que «en vísperas de elecciones, se puede ver a los ugandeses, incluso a autoridades importantes, ir a visitar al hechicero». «Algunos están dispuestos a todo. Si les dicen ‘tenéis que sacrificar un niño’ para aseguraros un escaño, ejecutan la orden», lamenta el policía.

Desde principios de 2015, esta fuerza ha recibido cinco denuncias de crímenes rituales, frente a las nueve del año pasado. Sin embargo, según las asociaciones, estas cifras están muy lejos de la realidad.

En 2009, el aumento de este tipo de muertes llevó a crear la ONG Kyampsi Childcare Ministries (KCM), que se ocupa de los supervivientes y de las familias de las víctimas.

KCM lleva varios casos cada mes, según Shelin Kasozi, una de sus miembros, que señala que los cómplices de crímenes rituales están en «todas las clases sociales» del país. «Los ricos creen que gracias a un sacrificio sus negocios van a prosperar y los pobres que van a hacerse ricos si sacrifican a un niño», asegura.

– Genitales amputados –

Kazozi cuenta la historia de un empresario «muy, muy rico» de Kampala, Godfrey Karo Kajubi, condenado a cadena perpetua en 2012 por sacrificar a un niño de 12 años que fue encontrado decapitado y con los genitales amputados.

La desaparición de niños cuando vuelven del colegio o van a buscar agua a los pozos son cada vez más frecuentes en todo el país. En algunos casos se han encontrado más tarde sus miembros amputados en bosques o zonas en obras.

Sin embargo, en muy pocos casos se persigue a los hechiceros que organizan los secuestros y las muertes rituales, explica Moses Binoga, y además éstos se niegan a dar el nombre de sus clientes a los que prometen riqueza, fertilidad o vigor sexual.

Sperito Bisekwa se declaró culpable del ataque contra Kanani y Sylvia de febrero de 2013 en la ciudad de Nansaka, a 130 kilómetros al norte de Kampala. Ahora cumple una pena de diez años de prisión por el intento de asesinato de Kanani, de quien confesó que quería sustraer la sangre. La sentencia por la muerte de Sylvia aún no ha sido dictada. Bisekwa reconoció haber enviado los órganos de la niña a su hermano, un hechicero que prometió pagarle el equivalente de 14.600 euros (16.400 dólares)

El padre de Kanani y de Sylvia, Joseph Nankunda, pide que el asesino de su hija sea condenado a muerte. «Quiero que sirva de ejemplo para los demás», reclama. «Cuando mis hijos tardan más de lo normal en volver a casa, mi corazón se dispara. Vivo con miedo», cuenta este padre de seis hijos.

En febrero, el Gobierno ugandés lanzó un plan nacional contra los crímenes rituales y un antiguo hechicero intenta convencer ahora al resto de seguir sus pasos y destruir sus templos. Pero para Binoga todavía queda mucho por hacer. «Mientras los beneficiarios del crimen sigan creyendo en la eficacia de sacrificar niños, la práctica continuará», advierte.

Los preferidos del público

Los más discutidos

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR