
El Partido Laborista británico sube el tono para combatir el avance de Reform UK
(Precisa que la información está escrita en Liverpool)
Judith Mora
Liverpool (R.Unido), 30 sep (EFE).- El primer ministro británico, Keir Starmer, y sus ministros han endurecido abiertamente el tono contra la formación populista de derechas Reform UK, encabezada por Nigel Farage, en un intento por frenar su avance en las encuestas y devolver al electorado la confianza en la izquierda.
Durante el congreso anual del Partido Laborista, que concluye este martes en Liverpool (noroeste de Inglaterra), Starmer calificó las políticas de su rival como «divisorias y tóxicas» y se preguntó si Farage, que defiende un programa eurófobo y antinmigración, «realmente ama al Reino Unido».
En respuesta a este ataque, el líder de Reform UK le acusó de insultarle y de incitar al odio hacia sus votantes, después de que Starmer calificara de «racista» su propuesta de impedir el acceso de los inmigrantes a la residencia permanente.
En esta cita en Liverpool, Starmer afrontaba el reto de relanzar su proyecto político ante los británicos y sus propios colegas laboristas, que cuestionan su liderazgo ante el desplome en las encuestas y la falta de resultados tras catorce meses en el poder.
Frente a este descontento, el antiguo fiscal del Estado pidió «espacio» para gobernar y aceptó que será juzgado en las próximas elecciones generales, previstas en 2029, sobre si logró «mejorar el nivel de vida, los servicios públicos y la seguridad del país».
Según las últimas encuestas, Reform UK lidera con un 34 % la intención de voto, frente al 22 % de los laboristas y el 14 % de los conservadores, mientras que solo el 13 % de los ciudadanos está satisfecho con la gestión de Starmer, el nivel más bajo registrado para un jefe de Gobierno desde 1977.
Todos contra Farage
Los principales ministros cerraron filas para arremeter contra su declarado «enemigo», al que describieron como «encantador de serpientes» y «estafador».
A fin de contrarrestar el mensaje migratorio de Reform UK, la ministra del Interior, Shabana Mahmood, anunció un endurecimiento de los requisitos para obtener la residencia indefinida en el Reino Unido, que se alargará de cinco a diez años.
Los solicitantes deberán «ganarse el derecho a quedarse» y trabajar, cotizar al sistema de seguridad social, dominar el inglés, hacer voluntariado y «no recibir ni un solo penique en prestaciones», detalló.
Con todo, Mahmood quiso distanciarse de los populistas al afirmar que «el patriotismo es una fuerza para bien, pero si no se gestiona correctamente, puede convertirse en algo más pequeño, más cercano al etnonacionalismo».
Desde la cartera de Economía, Rachel Reeves calificó a Reform UK como «la mayor amenaza para nuestro modo de vida y el nivel de vida de la gente trabajadora».
Sin embargo, su estrategia de «economía segura» (‘securonomics’, en inglés), que combina inversión pública en sectores clave con disciplina fiscal, no convenció a los militantes, que le piden relajar el gasto para mejorar las prestaciones sociales y los servicios públicos.
«No pondré en riesgo la confianza que el pueblo británico ha depositado en nosotros», rebatió la ministra, que subrayó que «no hay nada progresista en gastar una libra de cada diez solo en pagar intereses de la deuda».
En los pasillos del congreso, se notaba la frustración de los afiliados tanto por iniciativas que a su juicio traicionan los valores del laborismo como con un líder al que achacan poco instinto político y menos dotes de comunicador.
Andy Smith, maestro jubilado, alertó a EFE de que «muchas personas están dejando el partido porque sienten que no les representa» y reprochó al Gobierno haber cometido «errores estratégicos», como la polémica reducción de los subsidios de calefacción y la negativa a restablecer las ayudas más allá del segundo hijo.
La estudiante de 25 años Ann McKenzie dijo que el Ejecutivo tiene «un grave problema de comunicación» y lo acusó de «priorizar a las grandes empresas sobre la gente corriente».
El Gobierno de Starmer afronta ahora dos fechas clave que determinarán su futuro: el presupuesto del 26 de noviembre, cuando podrá redefinir sus prioridades, y las elecciones municipales y autonómicas del próximo mayo.
Una derrota a manos de Reform UK pondría la continuidad del líder en juego. EFE
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