
El Supremo de Brasil renueva su directiva y el juez De Moraes asume la vicepresidencia
Brasilia, 29 sep (EFE).- La Corte Suprema de Brasil renovó este lunes su directiva y el juez Alexandre de Moraes, objeto de duras sanciones por parte de EE.UU. tras su actuación en el juicio que condenó por golpismo al expresidente Jair Bolsonaro, asumió la vicepresidencia del tribunal.
El juez Edson Fachin, investido como nuevo presidente de la corte, le dedicó unas palabras a Moraes en su discurso y pareció aludir a esas sanciones.
«Un magistrado que engrandece este tribunal» y que «merece respeto y solidaridad», como «desagravio a cada miembro de esta corte y al ejercicio autónomo y pleno de la magistratura», dijo sobre Moraes.
A la ceremonia asistieron el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, así como las autoridades del Parlamento, ministros y representantes de diversos organismos públicos y privados.
Fachin, de 67 años, presidirá el Supremo hasta septiembre de 2027. De perfil técnico y discreto, llegó al tribunal en 2015 y sustituye en el cargo a Luis Barroso.
De Moraes, a quien el Departamento de Estado estadounidense acusa de abusos de poder, persecuciones políticas y censura, ocupará la vicepresidencia, también hasta septiembre de 2027.
Este magistrado, en el Supremo desde 2017, fue relator del juicio por golpismo que este mes concluyó con una condena a 27 años de cárcel para Bolsonaro, líder de la ultraderecha y uno de los aliados del presidente Donald Trump en América Latina.
Por su actuación en ese proceso, que Trump ha calificado de «caza de brujas», De Moraes ha sido encuadrado por Estados Unidos en la Ley Magnitsky, mediante la cual ese país impone sanciones financieras a personas acusadas de corrupción o graves violaciones a los derechos humanos.
Una medida luego extendida a su esposa, Viviane Barci, sin que fueran aclarados los motivos.
Antes, Estados Unidos ya había revocado los visados de De Moraes, del propio Fachin y de otros seis de los once miembros de la Corte Suprema de Brasil, todo en el marco de las medidas adoptadas como respuesta al proceso penal contra Bolsonaro.
Las represalias de Estados Unidos no se limitaron a los miembros del Supremo y, desde agosto pasado, incluyen también unos aranceles del 50 % a los productos brasileños y la suspensión de visados a varios de los ministros y autoridades del Gobierno.
La cuestión arancelaria se presume que será discutida por Lula en una próxima reunión con Trump, anunciada por el propio líder de estadounidense la semana pasada en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, con el presidente brasileño en el auditorio.
Esa primera conversación entre Trump y Lula aún no tiene formato ni fecha confirmada, pero las autoridades brasileñas han sugerido que, en principio, se trataría de una conversación por teléfono o videoconferencia. EFE
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