El test de estrés a la banca UE contempla una recesión del 6 % en 2023-2025
París, 31 ene (EFE).- El test de estrés al que va a someterse la banca de la Unión Europea y de Noruega de aquí a finales de julio prevé el escenario más adverso que se ha experimentado hasta ahora en estos ejercicios, con una caída acumulada del producto interior bruto (PIB) del 6 % entre 2023 y 2025.
Ese escenario adverso, presentado este martes por la Agencia Bancaria Europea (EBA), se basa en la hipótesis de que se produjera un empeoramiento «severo» de la situación geopolítica, acompañada de un incremento de los precios de las materias primas y de un incremento de los contagios de covid.
Eso se traduciría en una inflación media del 9,7 % este año, por encima incluso del 9 % de 2022, que seguiría elevada en los dos ejercicios siguientes.
En la práctica, serían 3 puntos porcentuales más de inflación este año que en el escenario de base, que es el que dibujó el Banco Central Europeo (BCE) en sus últimas previsiones de diciembre.
La consecuencia directa sería un aumento de los tipos de interés de largo plazo, de 183 puntos básicos entre finales de 2022 y finales de 2025.
La actividad económica caería cerca del 4 % este año y un 4,2 % en 2024, antes de iniciar una recuperación sólo parcial en 2025, lo que daría en conjunto en esos tres años una recesión del 6 %.
La tasa de paro en la UE aumentaría en 6,1 puntos porcentuales en esos tres años, lo que supondría duplicarse y situarse por encima del 12 %.
Los precios de las acciones se hundirían un 55 % en 2023 y al terminar 2025 seguirían siendo un 43 % inferiores a los que había a finales de 2021.
Otro de los sectores más afectados sería el inmobiliario, con una caída de los precios de alrededor del 21 % para las viviendas y del 29 % para los bienes comerciales.
El principal cambio de este escenario adverso respecto a los utilizados en las pruebas de estrés del pasado (la última fue la de 2021) es que ahora se integra la suposición de que durante todo el periodo de la proyección (2023-2025) habrá una alta inflación persistente y como consecuencia de eso, unos tipos de interés mucho más elevados.
La consecuencia es un escenario macroeconómico negro de la mano de un bajón de la demanda y con efectos negativos para los costos de financiación. Eso incrementaría para los bancos los riesgos de impagos de los acreedores, tanto particulares como empresas, en un contexto que ya está marcado de entrada ahora por elevados niveles de deuda.
Para facilitar el ejercicio, todas esas condiciones excepcionales se van a calcular con la hipótesis de que no habría cambios en la política monetaria ni en la fiscal. Lo que sí se integran en la simulación son las esperadas reacciones que se calcula que se producirían en los mercados.
En el precedente test de estrés de 2021, el escenario adverso contempló una recesión acumulada del 3,6 % en tres años (2021-23), del 3,7 % en el caso de España.
El hecho de que se haya agravado la severidad en esa hipótesis adversa no significa que tiene más probabilidad de producirse, sino que busca tener un conocimiento más fino de los posibles riesgos.
La muestra de bancos utilizada se va a incrementar en un 40 %, ya que esta vez serán sometidos a examen 70 entidades (habían sido 50 en 2021) que representan el 75 % del sector bancario de la UE y Noruega. De todos ellos, 57 pertenecen a países de la zona euro.
Los bancos tendrán que ofrecer, por primera vez, su exposición crediticia a las empresas con un desglose por cada sector económico que permitirá aumentar la credibilidad del ejercicio y servirá de base para los test que se hagan en el futuro.
El objetivo de estas pruebas es evaluar la capacidad de resistencia de los bancos a choques bruscos y acusados, identificar espacios de incertidumbres y dar a las autoridades de supervisión elementos sobre formas de mitigar amenazas de cara al futuro.
Para eso, se examina si las reservas de capital acumulado por las entidades es suficiente para cubrir eventuales pérdidas y resistir a fases de estrés económico. EFE
ac/rcf/cm
© EFE 2023. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los contenidos de los servicios de Efe, sin previo y expreso consentimiento de la Agencia EFE S.A.