España y México firman el ‘pabellón-parábola’ del Vaticano en la Bienal de Venecia
Ciudad del Vaticano, 9 abr (EFE).- Estudios de arquitectura de España y México y la comisaria española Marina Otero Verzier firman el pabellón que el Vaticano ha preparado para la próxima Bienal de Venecia, que se celebrará del 10 de mayo al 23 de noviembre, y que se convertirá en una «parábola» de trabajo y convivencia, según explicaron este miércoles en su presentación.
El Vaticano, que desde hace años participa con un proyecto propio en las Bienales de Arte y Arquitectura de Venecia, ha ideado este año ‘Opera aperta’ (Obra abierta) como «una obra en construcción en el que todos están invitados a colaborar: arquitectos, pensadores, residentes, asociaciones e incluso visitantes» y que estará situado en el espacio del antiguo oratorio de la Iglesia de Santa Maria Ausiliatrice, que requerirá una recuperación estructural.
Así lo indicó el prefecto del dicasterio de Cultura del Vaticano, el cardenal portugués José Tolentino de Mendoza, al explicar que «contará una parábola porque, al mismo tiempo que se reparan los muros y los detalles arquitectónicos del edificio, también se sanarán las relaciones de vecindad y la hospitalidad intergeneracional, reconstruyendo así simultáneamente el espacio físico y el espacio social».
El deseo «es que este pabellón-parábola sea una expresión concreta en el campo de la arquitectura, de las intuiciones proféticas contenidas en la ‘Laudato si’ (la encíclica ecológica del papa Francisco) y se convierta en un laboratorio activo de la inteligencia humana colectiva, en el que confluyan: razón y afecto, profesionalidad y convivencia, investigación y vida ordinaria», añadió.
Para este proyecto, el Vaticano ha confiado en mujeres: las comisarias son la española Marina Otero Verzier, «con una notable trayectoria internacional en el campo del pensamiento arquitectónico», y la italiana Giovanna Zabotti, «veneciana y que ayudará a construir la interconexión de este proyecto con la comunidad local».
Otero explicó, en una intervención en vídeo desde Nueva York, que se trata de una «restructuración ética que irá mas allá de la arquitectura para sostener también a las comunidades y las relaciones frágiles» y el objetivo será la «creación de un espacio para el intercambio de ideas entre los habitantes» en la complicada vida en Venecia.
Para su realización, explicó el ‘ministro’ de Cultura del Vaticano, se ha contado con el trabajo conjunto de la mexicana Tatiana Bilbao, «una de las arquitectas más extraordinarias de nuestro tiempo», y del colectivo catalán (España) MAIO Arquitectos, representados por Anna Puigjaner.
Este colectivo «propone una arquitectura que se plantea como un sistema espacial abierto que no tiene problema en mostrarse incompleto ya que desde el principio favorece las interacciones sociales y ambientales», aseguró el cardenal.
Bilbao explicó, por su parte, que en este proyecto se conjugará la restauración de los espacios de la iglesia con la promoción de actividades para que participe la comunidad y los visitantes, como lugares para poder escuchar y tocar instrumentos musicales, porque «lo importante es que la arquitectura forme parte de una plataforma que dé oportunidades de vida».
Y Puigjaner añadió que también se creará una «cocina colectiva» en la que lo restauradores intercambiarán opiniones con visitantes y habitantes mientras comen juntos. EFE
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