Estudio resalta papel clave de planta andina nativa en conservación de abejas en Ecuador
Guayaquil (Ecuador), 4 nov (EFE).- Un estudio realizado por un investigador de la Universidad del Azuay y asociado al Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) resalta el papel clave que tiene una planta andina nativa, la Dalea coerulea, en la conservación de abejas y otros polinizadores en los ecosistemas del Ecuador.
La investigación identificó diecisiete especies de abejas que visitan las flores de D. coerulea, 16 de ellas nativas de los Andes.
Entre las más frecuentes se encuentran los abejorros Bombus robustus y Bombus funebris, junto con otras especies silvestres como Xylocopa viridigastra y Colletes sp, según detalló el Inabio en un comunicado.
El autor de la investigación, Pablo Sebastián Padrón, señaló que en muchas ciudades andinas ecuatorianas, como Quito o Cuenca, se emplean especies ornamentales exóticas, entre ellas la lavanda, para atraer abejas.
Sin embargo, estas plantas suelen favorecer principalmente a la abeja europea (Apis mellifera), una especie introducida que puede competir con las abejas locales.
Por el contrario, la Dalea coerulea «prospera tanto en áreas naturales como en entornos urbanos, ofreciendo recursos florales valiosos para especies nativas y fortaleciendo la resiliencia ecológica de los ecosistemas», mencionó el Inabio.
Por lo que para Padrón, promover especies como estas «no solo embellece nuestras ciudades, sino que también ayuda a conservar a los polinizadores que sostienen la vida en los Andes».
El estudio también destacó que, más allá de su función como polinizadora, esta planta es apreciada en la cultura local y la medicina tradicional.
Su tolerancia a ambientes alterados, aunada a su importancia ecológica y cultural, la convierte «en una excelente candidata para programas de revegetación en áreas urbanas y periurbanas de los Andes».
El Inabio señaló que este hallazgo es muy importante ya que, aunque aún no se ha logrado comprender ni cuantificar por completo los efectos reales de la actual crisis de insectos polinizadores, derivada del continuo cambio global en los ecosistemas y sus habitantes, especialmente en regiones megadiversas como los Andes, «es seguro que serán graves y duraderos».
Lo que, aseguró el instituto, alterará el equilibrio natural de los ecosistemas, afectando la disponibilidad de alimentos para los humanos. EFE
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