
Eurocámara alerta de que compras en plataformas extracomunitarias dañan economía europea
Bruselas, 9 jul (EFE).- El Parlamento Europeo (PE) alertó este miércoles del aumento de compras de consumidores de la Unión Europea (UE) de «productos peligrosos» que pueden ser perjudiciales para los ciudadanos y para la economía europea en plataformas en línea no pertenecientes a la UE.
En una resolución aprobada hoy con 619 votos a favor, 26 en contra y 46 abstenciones, el pleno de la Eurocámara subrayó que los consumidores de la UE «desperdician 19.300 millones de euros al año comprando productos peligrosos que pueden provocar lesiones y que son perjudiciales para nuestras economías».
«La mayoría de los productos inseguros e ilegales se envían a la UE en grandes volúmenes de paquetes individuales, a menudo pequeños, que se venden a los consumidores de la UE a través de plataformas en línea desde países no pertenecientes a la UE, en particular China», recalca el texto aprobado este miércoles.
Los eurodiputados afirmaron que en 2024 se importaron 4.600 millones de artículos de plataformas en línea con un coste menor de 150 euros, por lo que no pagaron impuestos ni aranceles de importación, y que el 91 % de los mismos provenían de China, con un aumento de casi el doble de productos adquiridos en 2023.
Según consta en el texto, «este aumento ha agravado los problemas de cumplimiento, especialmente en materia de seguridad de los productos».
«Las autoridades de vigilancia del mercado y las investigaciones independientes han informado de índices alarmantes de incumplimiento», especificó.
Explicó que la mayoría de los productos «inseguros e ilegales» enviados a la UE en grandes volúmenes de paquetes individuales vendidos a los ciudadanos europeos principalmente desde China son «difíciles de controlar».
Apuntó a dificultades en el control especialmente para las autoridades aduaneras en los puntos de entrada situados en puertos y aeropuertos logísticos para el comercio electrónico.
«Esto hace casi imposible impedir que dichos productos entren en la UE y dificulta cada vez más a las autoridades de vigilancia del mercado detectar y retirar dichos productos del mercado interior, así como a las autoridades de consumo hacerlo una vez que los productos llegan a los consumidores de la UE», añadió.
Por otro lado, el documento aseguró que el «rápido crecimiento» del comercio electrónico tiene «importantes repercusiones medioambientales» debido al aumento de residuos de los envases o un incremento en la huella de carbono de los productos de baja calidad, entre otros.
También señaló que algunos mercados en línea no pertenecientes a la UE enfrentan acusaciones relativas al uso de trabajo forzoso.
Por ello, la Eurocámara recordó el reglamento aprobado por la Unión que prohíbe que entren productos fabricados con trabajo forzoso y pidió que, tras su entrada en vigor, se aplique «de manera efectiva», incluso en las ventas en línea.
El texto aprobado también reiteró que el 1 de diciembre de 2025 entrará en vigor un nuevo reglamento europeo que protegerá las indicaciones geográficas de los productos artesanales e industriales.
Sin embargo, aseguró, «si no van acompañadas de una promoción y protección adecuadas, especialmente en lo que respecta a los mercados de países no pertenecientes a la UE» estas indicaciones pueden perder efectividad.
Pidió por tanto a la Comisión Europea (CE) «que, junto con las autoridades aduaneras de los Estados miembros, refuerce los controles destinados a interceptar los productos que infrinjan las normas sobre indicaciones geográficas».
Por último, la Eurocámara mostró preocupación por el modelo de «producción y distribución rápida» que prioriza el bajo coste frente a la sostenibilidad, según comentó, de algunas plataformas extracomunitarias.
Lamentó que muchos de estos productos no cumplan la legislación europea, además de que los vendedores que incumplen la normativa eviten medidas coercitivas o sanciones significativas.
«Estas prácticas constituyen una forma de ‘dumping’ social y medioambiental, lo que da lugar a una ventaja competitiva persistente e injusta para estas plataformas no pertenecientes a la UE, que ejercen una presión desproporcionada sobre las empresas europeas», concluyó. EFE
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