
Explotación e inseguridad: la situación de los jóvenes en el mercado laboral griego
Diego Sáez Papachristou
Atenas, 30 sep (EFE).- Horas extra no remuneradas, sueldos insuficientes, inseguridad laboral y agotamiento son algunos de los abusos que sufren muchos jóvenes trabajadores en Grecia, donde este miércoles se llevará a cabo una huelga general contra el plan del Gobierno conservador de aumentar la jornada laboral a un máximo de 13 horas por día.
«Yo trabajo una media de nueve horas al día, cinco días por semana, pero al final del mes me hacen firmar un documento en el que aseguro que no he trabajado horas extra más allá de las ocho diarias», cuenta a EFE Sofía, de 27 años, enfermera en un hospital público de Atenas desde hace tres años.
La joven atribuye esta sobrecarga de trabajo, que afecta también a otros doce colegas en el Departamento de Oncología, a la falta del personal.
«A los enfermeros nos tienen para todo. Limpiamos los baños, hacemos gestiones burocráticas. Cosas que no están dentro de nuestras responsabilidades», cuenta Sofía, quien recalca que no es justa su remuneración, que apenas le alcanza para sobrevivir.
A esto se añade la inseguridad laboral en forma de sucesivas prórrogas de seis meses al contrato que firmó en 2020 con el sistema público de salud de Grecia.
«En cualquier momento puede salir una decisión ministerial diciendo que los sanitarios con contratos prorrogados de tal especialidad no seguirán, y todos nos quedaremos colgados», se lamenta Sofía.
Jornada de 13 horas
El Gobierno del primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis, ha introducido en los últimos años varias reformas laborales que, asegura, dan más «flexibilidad» a los horarios de trabajo, si bien los sindicatos los consideran «una vulneración de los derechos de los trabajadores».
Con la huelga de mañana, los principales sindicatos del sector público y privado, ADEDY y GSEE, exigen al Gobierno que retire un nuevo proyecto de ley que extiende la jornada laboral hasta un máximo de 13 horas diarias con el mismo empleador.
El Ejecutivo ha dejado claro que los trabajadores recibirán una bonificación del 40 % de su sueldo por hora por ese tiempo extra trabajado, y que se mantiene el límite máximo de 48 horas semanales y de 150 horas extra anuales.
«Es un proyecto de ley que realmente va en contra de los trabajadores, que sigue la línea de leyes anteriores», señala a EFE Dimitris Karayeorgópulos, de la directiva de GSEE, el principal sindicato del sector privado en el país.
Desprotección ante abusos
El líder sindical califica de «mentira» el argumento del Gobierno de que el empleador no puede despedir a los trabajadores que se nieguen a trabajar esas 13 horas.
«¿Qué trabajador va a negarse, cuando el empleador puede alegar cualquier otra razón para despedirlo y hacerlo de forma prácticamente injustificada?», se pregunta.
Karayeorgópulos apunta, además, que esta reforma vulnera el derecho al tiempo libre y a la conciliación familiar, ya que permite en la práctica al empleador anunciar el mismo día la ampliación de la jornada laboral.
Además, el líder sindical mantiene que la reforma producirá una nueva ola de fuga de cerebros al extranjero, especialmente de personas jóvenes sobrecualificadas, que son quienes suelen valorar más el equilibrio entre la vida personal y profesional.
Abandonar Grecia por un futuro mejor
«En general, casi todos los trabajos de principiantes en Grecia te dan un sueldo con el que, en el mejor de los casos, puedes pasar el mes a duras penas», cuenta Pantelis, de 29 años, que trabaja en la producción digital de vídeos en una empresa de apuestas.
Pese a que su empleo es a tiempo completo, se ve obligado a prestar servicios menores no declarados de gestión de redes sociales para tiendas comerciales.
«Quisiera poder hacerlo todo según la letra de la ley, pero si lo hiciera, no podría sobrevivir”, se lamenta.
Graduado en Música y Artes Audiovisuales y con un máster, Pantelis afirma que si recibiera una oferta de trabajo atractiva desde el extranjero no dudaría en dejar Grecia para avanzar en su carrera.
Entre 2008 y 2016, cuando Grecia vivió una grave crisis financiera y económica, más de 400.000 griegos (el 4 % de la población), principalmente jóvenes, abandonaron el país en búsqueda de una vida mejor, sobre todo en países de Europa occidental. EFE
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