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Fico usa el pulso con la UE por las sanciones a Rusia para reforzar su imagen interna

Gustavo Monge

Praga, 16 jul (EFE).- El veto de Eslovaquia al nuevo paquete de sanciones de la Unión Europea (UE) contra Rusia debe leerse en clave interna: el primer ministro populista Robert Fico trata así de reforzar su frágil coalición de Gobierno, mientras que la oposición y los expertos lo consideran injustificado y contraproducente.

El Gobierno de Eslovaquia ha bloqueado la aprobación del 18 paquete de sanciones de la UE contra Rusia, exigiendo garantías concretas para evitar perjuicios económicos derivados del veto al gas ruso previsto a partir de 2028.

«Es un juego travieso por parte de Fico», declaró a EFE el analista político Grigorij Meseznikov, del instituto IVO en Bratislava, para quien el líder eslovaco se presenta como «defensor de los intereses nacionales» y está comprobando «hasta dónde puede llegar en el apoyo a Rusia».

Fico, en opinión del experto, ha optado por una postura «arrogante y falta de solidaridad», en aras de un populismo que le trae réditos «ante sus votantes y distritos electorales», pero donde «la mayoría de los razonamientos son absolutamente falsos y engañosos».

En un plano técnico, Meseznikov afirma que las garantías para paliar los efectos del veto energético a Rusia que ha ofrecido Bruselas son «más que suficientes».

Presionado por las crecientes movilizaciones de la oposición y los malos datos económicos, con una previsión de crecimiento del 1,5 % en 2025, Fico ha convertido su pulso con Bruselas como una forma de presentarse ante su electorado como un defensor de los intereses nacionales y reforzar la frágil coalición tripartita que lidera.

El tripartito de izquierda nacionalista y ultraderecha que lidera Fico tiene una frágil mayoría de 79 escaños en una cámara de 150 diputados.

El primer ministro culpa a la oposición de actuar contra los intereses del país por no respaldar su veto, y la responsabiliza de los posibles efectos económicos que pueda acarrear la medida comunitaria.

Además, Fico insiste en que la guerra de Ucrania no tiene una salida militar, sino diplomática, y quiere evita antagonismos con Rusia.

Eslovaquia ya obtuvo de la UE una excepción a la prohibición de contratos al contado para los Estados miembros sin litoral, lo que permitiría seguir comprando gas ruso incluso tras la entrada en vigor del veto total, así como una «cláusula de suspensión» que permitiría dejar en pausa la prohibición si se compromete la seguridad energética o se disparan los precios energéticos.

Pero Eslovaquia ha ido más allá: exige una exención total al veto más allá de 2028, mientras que la UE insiste en que Rusia no es un socio fiable y utiliza la energía como herramienta política.

Mientras tanto, el país centroeuropeo sólo compra gas ruso a través del gasoducto ‘Turk Stream’, que atraviesa el Mar Negro, lo que le permite cubrir un tercio de sus necesidades, mientras que tiene sus depósitos un 10 % por debajo de lo que le exige la UE.

«Eslovaquia ha perdido dos años para diversificar», ha explicado Karel Hirman, experto en temas energéticos y ex ministro de Economía, para quien el aumento de los precios de este combustible fue debido a las decisiones del Kremlin y no de Bruselas.

Antes de la guerra en Ucrania, el gas se cotizaba a 134,32 euros por megavatio hora en el mercado TTF de Países Bajos, referencia europea, y tras la invasión el precio se disparó hasta los 339 euros, mientras que en los últimos meses ha rondado un máximo de 49 euros, situándose hoy, 16 de julio, en 34 euros.

Hirman señaló en un reciente pódcast que, desde el 1 de enero de este año, tras la decisión de Kiev de rescindir el acuerdo de tránsito con la gasística Gazprom, «el fin del tránsito por Ucrania no ha provocado un aumento brusco en el precio del gas».

«El encarecimiento del gas no es una consecuencia de las decisiones de la UE sino de la guerra y de las decisiones de (el presidente ruso Vladímir) Putin, que intencionadamente reduce el suministro por los gasoductos desde el verano de 2021», añade Hirman.

El uso del gas como arma política, ya sea para influir en decisiones de otros países o reforzar el papel del rublo en el comercio internacional, ha acabado en arbitrajes internacionales desfavorables para Rusia, como el caso de la alemana Uniper, principal importadora de gas ruso en Alemania antes de la guerra, que obtuvo 13.000 millones de euros en compensaciones de Gazprom.

Además, y contrariamente a lo que dice Fico, «Ucrania ha perdido la capacidad de poner el gas en tránsito por su país», afirma Hirman, y esto es debido a que los gasoductos han sufrido ataques militares, y también hubo bombardeos en los yacimientos ucranianos de gas, que son necesarios para el bombeo de este combustible en toda la red.EFE

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