Gobierno belga lanza reforma para dinamizar economía que la oposición tilda de regresión
Bruselas, 21 jul (EFE).- El gobierno de coalición belga encabezado por el líder nacionalista flamenco, Bart De Wever, alcanzó este lunes un acuerdo para activar una batería de reformas para dinamizar la economía, que la oposición y los sindicatos ven como una «tormenta de medidas antisociales» que suponen, dijeron, la «mayor regresión social en 40 años».
«Estamos reformando el país a una velocidad sin precedentes», dijo De Wever en una conferencia de prensa en la madrugada de este lunes, tras concluir las negociaciones de las reformas con sus socios en el llamado gobierno «Arizona», por los colores de los cinco partidos que lo impulsan: la Nueva Alianza Flamenca, los dos partidos democristianos (Les Engagés, de Valonia, y CD&V, de Flandes), el liberal valón Movimiento Reformador y el socialista flamenco Vooruit.
Bautizado como el «acuerdo de verano», el pacto que se alcanzó coincidiendo con la fiesta nacional belga del 21 de julio afecta a las pensiones, la fiscalidad, el mercado de trabajo y la sanidad.
En cuanto a las pensiones, el gobierno implementará un sistema para desincentivar la jubilación anticipada y fomentar la jubilación tardía. Quienes se jubilen antes de la edad legal de jubilación (actualmente 66 años, 67 a partir de 2030) perderán el 2 % de su pensión por cada año que se jubilen antes de la edad legal, que aumentará al 4 % en 2030 y al 5 % en 2035.
Sin embargo, la penalización no se aplicará a quienes hayan trabajado al menos 35 años a tiempo parcial. Los periodos de enfermedad de larga duración y las bajas por motivos específicos (de maternidad o paternidad) se consideran periodos de trabajo.
La reforma también prevé ir eliminando progresivamente las ventajas que ahora disfrutan los regímenes de pensiones de los magistrados, militares y de trabajadores de la compañía nacional de ferrocarriles SNCB, con el fin de equipararlos al régimen general.
En el mercado laboral, otro cambio sustancial será la limitación a un año (en lugar de a dos) la duración del preaviso por despido (o su compensación económica) y la ampliación de la posibilidad de hacer horas extras (hasta 360 horas al año de forma voluntaria, incluidas 240 horas exentas de impuestos), que podrá aumentar a 450 horas en el sector de la hostelería, y se levanta también la prohibición del trabajo nocturno.
El gobierno acordó igualmente adelantar parte de su reforma fiscal para aumentar la parte del salario no sujeta a impuestos, que se incrementará gradualmente desde 2026 de los 10.910 euros actuales a 15.300 euros en 2029, así como una bonificación al empleo para quienes perciben salarios más bajos o un incremento de prestaciones fiscales por hijos a cargo.
El Partido Socialista (PS) denunció enérgicamente el acuerdo, en particular las medidas que afectan a las pensiones o la legislación laboral. En su opinión, es una «tormenta de medidas antisociales que se cierne sobre los belgas». Una valoración similar a la expresada por ecologistas y comunistas.
El acuerdo representa «el mayor revés social de los últimos cuarenta años» para el Partido del Trabajo de Bélgica, que «corre el riesgo de convertirse en el Salvaje Oeste, donde la protección colectiva de los trabajadores, conquistada mediante la lucha a lo largo de los años, se ve amenazada», dijo.
«El tren de la reforma está definitivamente en marcha», aplaudió por su parte la Federación de Empresas Belgas (FEB), la principal organización patronal del país; mientras que la Unión de las Clases Medias (UCM), que representa a los trabajadores autónomos, consideró que las reformas anunciadas darán «un tono más moderno, flexible y simplificado» al mercado laboral belga.EFE
cat/ad