
Hong Kong se recupera tras el paso del supertifón Ragasa
Hong Kong, 25 sep (EFE).- Hong Kong regresa gradualmente a la normalidad tras casi dos días de parálisis causada por el supertifón Ragasa, que obligó a las autoridades a emitir la alerta de nivel 10, la más alta, un récord durante casi 11 horas.
Las labores de recuperación avanzan con rapidez para despejar 1.220 árboles derribados y gestionar la reanudación de más de 1.000 vuelos cancelados, que afectaron a unos 140.000 pasajeros.
El tifón, bautizado como “la reina de las tormentas”, pasó a unos 100 kilómetros al sur de la ciudad el miércoles de madrugada, y provocó la suspensión de clases, servicios de transporte y actividades laborales, además de causar inundaciones generalizadas, el derribo de numerosos árboles y al menos un centenar de heridos.
Asimismo, las olas reventaron ventanas y puertas de vidrio en un hotel de lujo en Aberdeen, el Fullerton Ocean Park, inundando su vestíbulo, aunque no se reportaron heridos y el establecimiento continúa operativo.
Según fuentes gubernamentales, el impacto de Ragasa fue «bastante controlable» gracias a la planificación previa y la acción rápida de varios departamentos. La alerta se redujo a nivel 3 la noche del miércoles, lo que permitió intensificar las labores de limpieza y reparación de carreteras.
El jefe ejecutivo, John Lee, supervisó un centro de monitoreo de emergencia y mantuvo comunicación constante durante la noche. «El gobierno no baja la guardia y coordina a máxima velocidad los esfuerzos de recuperación», afirmó Lee en redes sociales.
No obstante, fuentes consultadas por EFE en varias zonas costeras del territorio, en especial en el sur de la isla de Lantau, lamentaron la ausencia de asistencia gubernamental tanto en la fase previa como en la posterior al paso del tifón. Algunos residentes señalaron que, pese a las alertas tempranas, no recibieron materiales de protección ni refuerzos.
Lantau y otras áreas insulares concentran comunidades altamente vulnerables por la exposición directa a las marejadas ciclónicas y por su limitada conexión terrestre con la ciudad principal. Aseguran que “la falta de recursos en esas localidades contrasta con la capacidad de respuesta desplegada en los distritos más céntricos”.
En comparación con el supertifón Mangkhut de 2018, que derribó 60.000 árboles y causó caos en el transporte, en esta ocasión el daño fue limitado, según las autoridades, quienes atribuyen esto a la preparación.
El aeropuerto hongkonés, prácticamente paralizado, reportó que las interrupciones afectaron a 140.000 pasajeros, con más de 1.000 vuelos cancelados o retrasados en dos días.
Aunque la alerta bajó a nivel 8 el miércoles por la noche, los fuertes vientos y ráfagas cruzadas retrasaron la reanudación de los vuelos, que se espera normalizar hacia el mediodía del jueves.
El transporte público, que suspendió servicios en tramos abiertos, retomó la tarde del miércoles las operaciones gradualmente.
Ragasa generó reportes de 22 casos de inundaciones, cuatro deslizamientos de tierra y 905 personas en 50 refugios gubernamentales. Las zonas costeras de Heng Fa Chuen y Sai Kung fueron de las más afectadas, con un aumento del nivel del agua de más de 1,5 metros. EFE
msc/vec/eav