Jeanine Áñez, la expresidenta que es uno de los símbolos de la crisis de 2019 en Bolivia
Daniela Romero
La Paz, 5 nov (EFE).- La expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez (2019-2020) que fue uno de los símbolos de la crisis de 2019, está a punto de recuperar su libertad después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) determinara este miércoles la nulidad de su sentencia de diez años de prisión.
«Estos casi 5 años privada de libertad me marcaron, pero no quebraron mi convicción», publicó Áñez (2019-2020) en la víspera, a horas de que la justicia resolviera emitir su «inmediata libertad».
La exmandataria afirmó que «nunca» se arrepentirá de haber «servido» a la patria cuando la necesitó.
«Lo hice con conciencia y el corazón firme, sabiendo que las decisiones difíciles tienen un precio», escribió.
Áñez fue la primera procesada en ser condenada en 2022 por el caso denominado ‘golpe de Estado II’, por situarse ilegalmente en la línea de sucesión constitucional cuando era segunda vicepresidenta del Senado, tras la renuncia de Evo Morales (2006-2019) a la Presidencia en noviembre de 2019 y de todo su gabinete.
El 13 de marzo de 2021, Áñez fue detenida durante un gran operativo liderado por el entonces comandante de la Policía, Jhonny Aguilera, en su natal Beni, en la Amazonia boliviana, y luego fue llevada a La Paz en un avión militar.
A partir de ese día la Fiscalía le abrió al menos 10 procesos penales, entre ellos por los delitos de sedición, terrorismo y conspiración por la crisis postelectoral de 2019, cuando Morales, tras renunciar, denunció que fue víctima de un «golpe de Estado», tras varios días de protestas sociales en el país entre denuncias de fraude electoral a su favor en los fallidos comicios de 2019.
Áñez pasó cuatro años y ocho meses en prisión marcados por episodios de depresión, hipertensión, crisis nerviosas e incluso lesiones a sí misma y una huelga de hambre para pedir defenderse en libertad, situaciones que las autoridades judiciales y carcelarias no cedieron a permisos.
Jeanine Áñez asumió el mandato interino de Bolivia el 12 de noviembre de 2019, dos días después de la renuncia de Morales y de todos los funcionarios en línea de sucesión presidencial.
La entonces senadora, poco conocida, activó el mecanismo de sucesión no sin el quórum necesario en el Parlamento, donde la mayoría le pertenecía al Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales.
El Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) respaldó la decisión de Áñez y justificó por una interpretación a la norma cuando hay casos de vacíos de poder.
En 2020, cuando aún era mandataria, se presentó a las elecciones presidenciales de ese año, pero declinó su postulación tras reconocer que su partido se ubicaba en cuarto lugar de las encuestas.
Después, en 2021 se presentó como candidata ala Gobernación de Beni en las elecciones subnacionales, pero resultó tercera en las votaciones.
Áñez, abogada de profesión, inició su carrera política en 2006 cuando fue electa representante departamental en la Asamblea Constituyente que redactó la nueva Constitución Política del Estado, promulgada en 2009 por Morales.
En 2010 fue elegida senadora por la región de Beni representando a la desaparecida Plan Progreso y Convergencia Nacional y cinco años después, en 2015, asumió su segunda legislatura durante la cual se opuso a un cuarto mandato de Morales y dedicó su trabajo en proyectos sobre la prevención de la violencia en contra de la mujer.
En agosto pasado, dos tribunales departamentales también anularon los juicios ordinarios contra Áñez por la muerte de varios civiles durante su gestión interina, en los casos conocidos como ‘Senkata’ y ‘Sacaba’, que fueron trasladados al Legislativo para ser abordados en un juicio de responsabilidades. EFE
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