
José Sócrates, abocado a convertirse en el primer exjefe de Gobierno luso en ser juzgado
Lisboa, 2 jul (EFE).- El ex primer ministro de Portugal José Sócrates (2005-2011) está abocado a convertirse mañana, jueves, en el primer exjefe de Gobierno del país sentado en el banquillo de los acusados por una veintena de delitos de corrupción, blanqueo y fraude fiscal.
Con el inicio del juicio de la llamada ‘Operación Marqués’ fijado para mañana, 3 de julio, la jueza Susana Seca todavía no ha recibido, que se sepa hasta el momento, un informe de otra magistrada que sugiere que sean juzgadas juntas las dos piezas de la investigación a Sócrates, lo que podría retrasar el comienzo en varias semanas.
Diez años después de que las autoridades detuvieran a Sócrates en el aeropuerto de Lisboa, todo indica que, de no mediar sorpresa, mañana se va a convertir en el primer ex primer ministro de Portugal en ser enjuiciado.
Junto a Sócrates hay otros 21 sospechosos formales, como el expresidente del Banco Espírito Santo (BES) Ricardo Salgado -que ya ha sido condenado a ocho años en otro juicio derivado de este caso- y el exministro socialista Armando Vara.
También serán juzgados el supuesto testaferro de Sócrates, Carlos Santos Silva; los exadministradores de la operadora Portugal Telecom Zeinal Bava y Henrique Granadeiro; los empresarios Hélder Bataglia y Joaquim Barroca; y la exmujer de Sócrates, Sofia Fava.
En total son 22 sospechosos formales, incluido el exjefe del Gobierno, que afrontan 118 cargos.
La Fiscalía cree que Sócrates recibió hasta 34 millones de euros en sobornos entre 2006 y 2015 a través de diferentes negocios relacionados con el Grupo Espírito Santo y Portugal Telecom, el Grupo Lena y el proyecto turístico Vale do Lobo.
En concreto, habría actuado en beneficio del Grupo Lena, que tiene actividades en el sector de la construcción, la energía y los servicios, entre otros, para que consiguiese diversos negocios gracias a su mediación, como contratos en Venezuela o la concesión para una línea ferroviaria de alta velocidad.
En el caso del ex primer ministro, los cargos contra él han ido variando en número a lo largo de los años: En 2017 Sócrates fue acusado de 31, que en 2021 fueron reducidos a seis y en 2024 incrementados a 22, que son por los que va a ser juzgado ahora.
A esos 22 se suman tres crímenes de blanqueamiento en una pieza separada, que es la que ha quedado en un limbo judicial después de que la magistrada de instrucción solicitara que se uniera al proceso principal, lo que retrasaría el comienzo del juicio mañana.
Esa veintena de cargos están relacionados con delitos de corrupción pasiva, fraude fiscal y blanqueamiento de dinero.
La corrupción pasiva está relacionada con los sobornos que habría recibido Sócrates, mientras que el fraude fiscal estaría explicado porque el ex primer ministro nunca habría declarado a la agencia tributaria como rendimientos 23 millones de euros que habría cobrado por esas actividades ilícitas.
El blanqueamiento viene por la creación de una red para esconder el origen ilegal de los fondos obtenidos, a través de falsos contratos, sociedades ‘offshore’ e intermediarios.
La ‘Operación Marqués’ salió a la luz en noviembre de 2014 cuando Sócrates fue detenido en el aeropuerto de Lisboa. Llegó a pasar nueve meses de prisión preventiva en la cárcel de Évora, y otro mes y medio de arresto domiciliario.
Ayer, Sócrates anunció en una rueda de prensa en Bruselas la presentación de una denuncia contra el Estado portugués ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, por cómo se ha procedido en el caso contra él en Portugal.
En esa comparecencia, el exsecretario general del Partido Socialista luso denunció una «artimaña» para manipular el plazo de prescripción de los delitos, que se investigan desde hace más de una década.
Según datos publicados por el semanario Expresso, que cita el Consejo Superior de la Magistratura, esta investigación ha pasado por 300 jueces y Sócrates ha presentado un total de 50 recursos, en los que en 10 se le dio la razón.
El caso ocupa 209 volúmenes y se calcula que tiene un total de 62.000 páginas. EFE
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