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Juicio a la cementera francesa Lafarge por «financiación del terrorismo» en Siria

París, 4 nov (EFE).- El Tribunal Correccional de París juzga a partir de hoy a la cementera francesa Lafarge y otros ocho acusados por acuerdos financieros con grupos yihadistas en Siria desde 2012 a 2014 para proteger la actividad de su planta de Jalabiya, ubicada en el norte del país.

Nueve acusados se sientan desde hoy y hasta el 16 de diciembre en el banquillo ​​para ser juzgados por «financiación del terrorismo» y, en algunos casos, por una infracción aduanera y por «incumplimiento de las sanciones financieras internacionales».

El primero de ellos es una persona jurídica, Lafarge SA y los otros ocho son personas físicas, entre las que se incluyen varios exdirectivos de la cementera y de su planta en Siria, Lafarge Cement Syria (LCS).

El exdirector ejecutivo de Lafarge, Bruno Lafont, el exsubdirector general de Operaciones a cargo de Siria, Christian Herrault, los dos sucesivos directores de LCS, Bruno Pescheux y Frédéric Jolibois, y dos responsables de seguridad de la planta, el noruego Jacob Waerness y el jordano Ahmad Jaloudi, comparecerán ante el tribunal.

También se juzgará a dos hombres que actuaron como intermediarios entre la cementera y grupos armados: el sirio-canadiense Amro Taleb y el sirio Firas Tlass, sobre el que pesa una orden de detención internacional y será juzgado en rebeldía.

Según la acusación, todos los acusados, «con el afán de obtener beneficios para la entidad económica a la que servían, o en algunos casos para beneficio personal directo, organizaron, validaron, facilitaron o implementaron una política que implicaba la financiación de organizaciones terroristas con base en la cementera de Jalabiya», situada a 87 kilómetros de Raqqa.

Entre estos grupos terroristas se encontraban Jabhat al-Nusra, la filial siria de Al Qaeda, y el Estado Islámico (ISIS).

La cadena de acontecimientos que llevó a Lafarge a involucrarse en el conflicto sirio, revelada en Francia por una investigación del diario Le Monde en junio de 2016, comenzó a finales de la década de 2000.

Para consolidar su presencia en la región, la cementera adquirió en 2008 la empresa egipcia Orascom, entre cuyos activos figuraba una fábrica en construcción en Jalabiya, cerca de la frontera turco-siria.

Dos años después, se terminó la planta de cemento LCS, que supuso una inversión de 680 millones de dólares (590 millones de euros), con una amortización prevista a veinte años.

La planta apenas había comenzado a producir a principios de 2011 cuando estallaron importantes manifestaciones en el sur de Siria, que rápidamente se extendieron a las principales ciudades y el país se sumió en la guerra civil.

En los meses siguientes, todas las empresas francesas (Total, Air Liquide y la quesera Bel) se retiraron, salvo Lafarge que a finales de 2012 era el último grupo francés que seguía operando en Siria.

Fue precisamente durante este período cuando la empresa se vio «obligada» a pagar sobornos a grupos armados, en palabras de uno de los abogados de la defensa Christian Herrault.

Entre estas facciones se encontraban milicias kurdas, pero también grupos islamistas, como Jabhat al-Nusra, que tomó el control de Raqqa el 6 de marzo de 2013. Pocos meses después, un nuevo actor en el conflicto sirio, el Estado Islámico de Irak y el Levante, precursor del ISIS, se apoderó de la ciudad, convirtiéndola en su capital.

Para mantener la actividad en sus fábricas, según la acusación, Lafarge efectuó pagos a grupos terroristas que controlaban las carreteras para permitir el tránsito de sus empleados, materias primas y distribuidores.

La empresa y sus directivos también están acusados ​​de adquirir insumos de empresas vinculadas al ISIS. El monto total pagado a estas entidades yihadistas, confirmado, ha sido elevado a 5 millones de euros por la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT).

La acusación mantiene que Lafarge «podría haber cesado las operaciones en la planta en cualquier momento» y que, al aceptar pagar a estos grupos, la empresa había evaluado «los beneficios que podía obtener». EFE

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(foto)

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