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La joven narrativa helvética de visita en México

Christoph Simon representa este año a Suiza en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Keystone/Bilgerverlag

Este año, desde Suiza llega a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México) una reflexión poética sobre el arte de pasear como manera de descubrir al mundo y enfrentarse con los eternos interrogantes de la vida.

El joven novelista Christoph Simon (*1972), de Langnau, que este año fue galardonado con el Premio Literario de la ciudad de Berna, hará una lectura en alemán y español de fragmentos de su obra este domingo (28.11.) en el Salón Alfredo R. Palencia.

Christoph Simon, una de las voces emergentes de la literatura joven de su país, estudió jazz en Berna antes de convertirse en un apasionado viajero. Su obra comprende cinco novelas, un libro infantil y un volumen de poesía. Simon vive y trabaja en Berna.

swissinfo.ch: En 2001 hizo su debut y en 2010 ha publicado ya su quinta novela. ¿Cuál ha sido su evolución como novelista a lo largo de estos diez años?

Christoph Simon: Las tres primeras novelas las he dedicado a protagonistas jóvenes: personajes entre 20 y 30 años de edad, sin compromisos familiares, caracterizados por su condición de outsiders y vividores. Sin embargo, ahora, en mi última novela, he abarcado la vida entera de un protagonista de 87 años de edad. El desarrollo de mi prosa se ha ido dirigiendo en los últimos años hacia la narración épica, alejándome cada vez más de las novelas de episodios.

swissinfo.ch: Su última novela fue recibida por la crítica con mucho entusiasmo. ¿Pensaba que tendría tan buena acogida? Y, ¿qué importancia tiene para usted la crítica y la escena literaria en general?

C. S.: Me ha aliviado saber que esta acogida ha sido positiva. Sé que es un cliché, pero a lo largo de tres años me he dejado la piel en la novela. Me alegra que esos esfuerzos hayan tenido esta recompensa. En este libro he invertido todo lo que he podido en amor, espíritu y razón, y temía que lo calificaran de provinciano o cursi.

Por lo que se refiere a la crítica, tengo que decir que ninguna crítica, por muy mala que fuera, podría impedir que continúe escribiendo.

swissinfo.ch: En su reciente novela ‘Los paseos de Zbinden’ ha elegido un escenario bastante sencillo para contar la historia. La acción se desarrolla en una residencia de ancianos. ¿Cuál ha sido su manera de proceder a la hora de construir la trama novelística?

C. S.: Siempre he escrito sobre el arte de pasear, y ahora he puesto todo este material en boca de un personaje anciano, Lukas Zbinden, que acompañado de la mano de Kâzim, un objetor que cumple la prestación civil sustitutoria en el centro, pretende hacer un monólogo sobre el arte de pasear sin darse cuenta que al final lo que hace es contar la historia de su esposa fallecida.

Como usted bien dice, se trata de una trama relativamente simple. El anciano y su asistente pasean por el asilo y se encuentran por el camino con otros residentes.

swissinfo.ch: ¿Cuáles fueron las experiencias más destacadas a lo largo de la redacción de la obra?

C. S.: Creo que he incorporado muchos recuerdos. Y el manejo de esos recuerdos, por un lado Emilie, la esposa difunta del protagonista, y otros amigos importantes, y por otra, la escuela —Zbinden había ejercido de maestro—, complica a mi modo de ver la redacción porque una novela suele vivir de una trama dinámica, y un paseo, protagonizado además por un anciano con una cadera lesionada, se contrapone a esa fluidez narrativa.

Una novela tiene que tener cierta dinámica que haga que la trama avance. No me puedo permitir encadenar mil flash-back sin perder el hilo. Se trata de rememorar recuerdos del protagonista sin perder de vista el presente de la acción. Ésta fue seguramente la cuestión técnica más difícil.

Otro tema dominante del libro es la relación paterno-filial. El hijo vive todavía, y el padre tiene ahora la oportunidad de mantener conversaciones importantes con él. La novela cobra su fuerza a través de este hilo narrativo ambientado en el presente.

swissinfo.ch: ¿Ha desarrollado a lo largo de la redacción una relación con el protagonista de su novela?

C. S.: Sí, por supuesto. A lo largo de tres años se acumulan muchas experiencias. Al principio no se conoce todavía a las figuras. Se tiene una idea de los personajes, pero ésta cambia a medida que avanza la historia. Con el tiempo empiezan a desarrollar su propia dinámica, no hacen o no dicen cosas que al principio se pensaba que iban a hacer o decir. Es un proceso de aprendizaje. Y al final, en el mejor de los casos, se convierten en amigos. Si uno comparte tanto tiempo con los personajes, es lógico que se les coja cariño.

swissinfo.ch: La crítica ha comparado al protagonista de la novela con un personaje real, el escritor difunto Gerhard Meier. Muchas veces, autores jóvenes como usted encuentran su propio estilo inspirándose en ídolos literarios. ¿Cuáles fueron los escritores que más influencia han ejercido sobre su prosa?

C. S.: Ciertamente, Gerhard Meier es importante. Sin embargo, el personaje Zbinden no pretende ser un retrato de Meier. He conocido a Gerhard Meier dos años antes de que muriera, y su literatura siempre fue importante para mí. Él sigue estando muy presente, y su forma monologal de contar cosas corresponde con su manera de escribir; me fascina su forma de narrar en espiral y sin interrupciones.

swissinfo.ch: ¿Qué otros autores han influido en su literatura?

C. S.: Hay muchos autores que tienen cierta importancia para mí. Del novelista estadounidense Richard Ford he aprendido todo lo que tiene que ver con el lenguaje, la elaboración de los personajes, el manejo de los tiempos y los conflictos ficcionales. Hay otros autores que podría mencionar. Pero yo, en primer lugar, me considero un lector que trata de elaborar los temas que le importan, que son el amor, la felicidad, la valentía, la esperanza y la amistad.

swissinfo.ch: Con su última novela ha ganado el Premio Literario de la ciudad de Berna. ¿Qué significa para usted este homenaje? Y, ¿qué importancia tiene para usted Berna como patria cantonal?

C. S.: En primer lugar me considero bernés y solo en un segundo plano suizo. Ser bernés significa mucho para mí. Nací en el Emmental, crecí en el Oberland Bernés, vivo en la capital y mi pareja es de Biel; en cierto modo, cubrimos así toda la geografía cantonal. El cantón es una entidad abarcable, y mis libros están ambientados siempre en lugares y microcosmos familiares.

Además, tengo que reconocer que el cantón ha fomentado mi producción literaria porque está apoyando mi labor con fondos desde hace unos diez años.

swissinfo.ch: Para terminar, una pregunta sobre sus otras pasiones además de la narración. Usted es un apasionado viajero y ha estudiado jazz. ¿Cómo se llega del jazz a la literatura? O dicho de otra manera: ¿Qué relevancia tiene para usted la música para su creación literaria?

C. S.: En primer lugar me considero artista. Bien sea la música, la literatura o el dibujo, siempre se trata de expresarse artísticamente. Para mí es un privilegio poder vivir de la literatura. Es cierto que la música desempeña ahora un papel secundario, pero es importante sobre todo con respecto al lenguaje. Todo autor afirmaría la importancia de la rítmica. La música determina nuestra percepción acústica, y cada texto sólo puede funcionar si respeta un ritmo determinado.

Hasta la fecha, Christoph Simon ha publicado seis libros. Se estrenó como novelista en 2001 con Franz oder warum Antilopen nebeneinander laufen (Franz o por qué los antílopes caminan unos al lado de otros), una obra en la que narra la vida de un alumno en búsqueda de su proyecto de vida y que se inscribe en la larga tradición de novelas que relatan el desarrollo de un personaje adolescente.

Tras publicar Luna llena (2003) y Planet Obrist (Planeta Obrist, 2005), su novela más reciente Spaziergänger Zbinden (Los paseos de Zbinden, 2010), celebrada por la prensa suiza como un “diamante ya pulido” (Neue Zürcher Zeitung, 10.07.2010), es una reflexión poética sobre el arte de pasear. En esta novela, los diálogos entre Lukas Zbinden, de 87 años, y su joven asistente Kâzim, giran en torno a los eternos interrogantes como la soledad, la pasión y el amor, el envejecimiento y el sentido de la vida en el día a día.

Christoph Simon también es autor de un libro infantil (La coneja Mels, el conejo Fitz y el Escalopifriante de la laguna, 2008) y de un volumen de poesía (Un pony en el parque del vecino, un caballo de carrera en el mío, poemas, 2009).

Christoph Simon, nacido en 1972 y originario de Langnau, cantón de Berna, vive y trabaja como escritor en la ciudad de Berna.

Ha estudiado jazz y es un apasionado viajero: recorrió Israel, Jordania, Egipto, Polonia y América del Sur, y conoció Londres y Nueva York.

En el marco de un proyecto germano-argentino de intercambio de autores llamado Rayuela, pasó un mes como escritor residente en Buenos Aires.

La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara es el mayor certamen editorial de Iberoamérica.
Recibe cada año a medio millón de visitantes.

En los últimos años la FIL contó con la presencia de 600.000 visitantes, 17.000 profesionales del libro, unos 1.600 periodistas acreditados y unas 2.000 editoriales de 40 países.

La 24ª edición tendrá lugar del 27 de noviembre al 5 de diciembre, y tiene como invitada de honor a la Comunidad Autónoma española de Castilla y León, la denominada “cuna del español”.

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