La ONU buscará consenso en COP30 para lograr 1,3 billones anuales contra cambio climático
Naciones Unidas, 3 nov (EFE).- El secretario general de la ONU, António Guterres, ha puesto el foco en la creciente crisis que golpea con mayor dureza a los países en desarrollo, instando a los líderes mundiales a diseñar una hoja de ruta «creíble» de cara a la próxima cumbre COP30, que se celebrará en Belém (Brasil), para movilizar 1,3 billones de dólares anuales para el sur global hasta 2035.
La cita de Belém, que tendrá lugar del 10 al 21 de noviembre, se presenta como un examen para instituciones y gobiernos, y de ahí los llamados de Guterres para dar un paso decisivo que convierta los compromisos en acciones.
En ese sentido, la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (UNFCCC) informó el pasado 23 de octubre de que publicará próximamente la hoja de ruta «Bakú-Belém», que fija como objetivo movilizar esos 1,3 billones de dólares anuales mediante un esfuerzo coordinado entre gobiernos, organismos financieros y el sector privado.
Sin embargo, serán los ministros de Finanzas, los responsables de los bancos de desarrollo y los grandes actores privados quienes deban acordar el proceso que permita desbloquear esa cantidad.
Según Guterres, la diferencia puede ser abismal para los países más vulnerables, que necesitan recursos suficientes para no sufrir pérdidas irreparables.
«La financiación climática no es caridad, es inversión contra la devastación que el caos climático nos infligirá a todos», señaló el secretario general en su intervención en la COP29 del año pasado en Bakú (Azerbaiyán).
El pasado junio, durante la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, en Sevilla, el diplomático insistió en que «se trata de invertir en el futuro que deseamos construir juntos», y reclamó una reforma profunda de los bancos multilaterales de desarrollo para hacer llegar los fondos a quienes más los necesitan.
El secretario general también ha advertido en varias ocasiones de que el planeta se encuentra «en un punto de inflexión» y que los países en desarrollo, los que menos han contribuido históricamente a las emisiones globales, «están sufriendo ya los efectos más devastadores del cambio climático».
«La financiación internacional sigue siendo claramente insuficiente», enfatiza el máximo responsable de Naciones Unidas, que pide 1,3 billones anuales frente a unos 300.000 millones de dólares anuales comprometidos en la COP29, cifra que muchos de los países más vulnerables consideraron muy por debajo de lo necesario.
Guterres sostiene que se trata de una cuestión de «supervivencia» porque los daños asociados a eventos climáticos extremos, así como las inversiones necesarias para su mitigación —especialmente en África, el océano Pacífico y otros territorios vulnerables— «exigen movilizar flujos financieros en una escala sin precedentes».
De ahí su llamado a los países industrializados a cumplir sus promesas y al sector privado a desbloquear nuevas inversiones «que ya no pueden esperar».
Evitar el endeudamiento del sur global La hoja de ruta de la ONU contempla también mecanismos que garanticen la transparencia y la rendición de cuentas, así como medidas que eviten incrementar la deuda de los países más vulnerables.
Guterres ha pedido «equilibrio» entre financiamiento público y capital privado de cara a la cumbre, que se celebrará en la Amazonia brasileña para resaltar «la urgencia de proteger ecosistemas críticos» y el reto de llevar a la práctica «una transición justa» que incluya a comunidades locales golpeadas por el cambio climático.
Según la ONU, esta cumbre podría ser el último tren para que los países del sur global cierren la brecha financiera que limita su capacidad de respuesta climática, aunque se prevén tensiones entre la urgencia de actuar y los intereses de algunos de los grandes países emisores, que por su parte demandan mayor claridad sobre cómo se desembolsarán los fondos y cómo se medirá su impacto.
Un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alerta de que la situación es especialmente crítica para las personas que viven en situación de pobreza, ya que su exposición a amenazas climáticas es mucho mayor.
Según este estudio, 309 millones de personas en situación de pobreza se enfrentan a hasta tres o cuatro amenazas a la vez. Entre las más extendidas, el calor intenso (que afecta a 608 millones de personas pobres), la contaminación atmosférica (577 millones), las inundaciones (465 millones) y las sequías (207 millones).
Por ello, Guterres ha advertido de que sin un plan convincente que conduzca al objetivo de los 1,3 billones anuales, «la confusión y el cinismo podrían crecer en torno al sistema multilateral», minando la confianza de los países más vulnerables. EFE
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