
Las autoridades de Kenia entregarán 34 cuerpos de la masacre de una secta a sus familiares
Nairobi, 20 mar (EFE).- Las autoridades de Kenia entregarán la próxima semana a sus familias 34 de los cuerpos de más de 400 víctimas exhumadas de la masacre de una secta que presuntamente les persuadió para ayunar hasta la muerte para reunirse con Jesucristo, informó este miércoles el patólogo del Gobierno Johansen Oduor. El proceso empezará el próximo día 26 e incluye «consejeros que asesorarán a estas personas (familias) y se pondrán en contacto con los familiares que vendrán aquí para recoger los cuerpos de sus seres queridos», declaró Oduor a los periodistas en la Funeraria del Hospital de Malindi (sur). El médico señaló que la quinta fase de exhumaciones en más de treinta fosas comunes en el cercano bosque de Shakahola, lugar de la tragedia, se reanudará después de que se complete la entrega de los cuerpos a los familiares. El Gobierno, agregó, se deshará de los cadáveres no identificados y no reclamados en cumplimiento de la ley. El pasado día 14, un tribunal negó la libertad bajo fianza a Paul Mackenzie, detenido el 14 de abril de 2023 y al que se considera el líder de la secta. Mackenzie y otros 94 coacusados se declararon a sí mismos en huelga de hambre el pasado 20 de febrero para exigir su libertad bajo fianza. Sin embargo, la Fiscalía keniana se opuso a la liberación de estos sospechosos porque alega que no tienen domicilio fijo y podrían intentar fugarse o presionar a los testigos. Se enfrentan a acusaciones de terrorismo, asesinato de 191 niños y homicidio involuntario de al menos 238 personas. Mackenzie es el presunto responsable de la llamada «masacre de Shakahola», en referencia al nombre del bosque del condado costero de Kilifi donde las autoridades hallaron en fosas comunes y tumbas la mayoría de los 429 cadáveres de sus seguidores, muchos de ellos niños. El líder religioso supuestamente convenció a los fieles de su iglesia de ayunar hasta morir, bajo la promesa de que así se encontrarían con Jesucristo. Las autopsias realizadas posteriormente mostraron que, además de los rastros de inanición en todos los cuerpos, algunos tenían también signos de estrangulamiento y asfixia. Las investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisiesen abandonarlo. El pasado 31 de enero el Ministerio de Interior de Kenia calificó a la secta de Mackenzie, la Iglesia Internacional de la Buenas Nuevas, como un grupo criminal organizado. EFE pa/jam