
Los límites a la inmigración centran el primer debate de los candidatos a gobernar Japón
Tokio, 24 sep (EFE).- La inmigración en Japón, y en particular los límites a la entrada de extranjeros, se convirtió este miércoles en uno de los temas centrales del primer debate oficial entre los cinco candidatos que aspiran a liderar el Partido Liberal Democrático (PLD) y convertirse en nuevo primer ministro, tras la renuncia de Shigeru Ishiba.
El más explícito fue el exministro de Seguridad Económica Takayuki Kobayashi, uno de los más conservadores, que llegó a decir que el país debería «crear un sistema que se apoye en los extranjeros lo menos posible», en declaraciones recogidas por el diario nipón Yomiuri Shimbun.
«No se trata de aceptarlos por la falta de trabajadores. Necesitamos una visión del tipo de sociedad que queremos crear a medio plazo», dijo el candidato, según las encuestas al final de la cola para suceder a Ishiba en las elecciones primarias del próximo 4 de octubre.
Los dos favoritos, la exministra de Asuntos Internos Sanae Takaichi y el actual ministro de Agricultura, Bosques y Pesca, Shinjiro Koizumi, fueron más diplomáticos.
Koizumi se limitó a decir que utilizaría la oficina del primer ministro para elaborar un plan de acción antes de que termine el año.
Por su parte, Takaichi dijo que rechazará a los que soliciten el estatus de refugiado por motivos económicos, y prometió establecer reglas para la compra de viviendas y terrenos en Japón por parte de ciudadanos extranjeros, uno de los temas centrales de las elecciones de julio a la Cámara Alta en las que la coalición de gobierno liderada por el PLD perdió la mayoría.
Solo el actual portavoz del Gobierno y también candidato a liderar el PLD, Yoshimasa Hayashi, se mostró a favor de la entrada gradual de extranjeros «tanto como sea necesario». Toshimitsu Motegi, peso pesado del partido, se centró en rechazar la inmigración ilegal, y prometió medidas «severas» contra los que no cumplen las reglas.
La inmigración se ha convertido en uno de los temas ineludibles de la política japonesa, sobre todo tras las elecciones de julio, en las que el partido ultranacionalista Sanseito logró 14 escaños (partía de dos), convirtiéndose en la tercera fuerza de la oposición.
El PLD promovió durante el mandato de Shinzo Abe (2012-2020) políticas que incrementaron la llegada de inmigrantes a Japón por considerarlos necesarios para cubrir vacantes en algunos sectores clave.
Sin embargo, las encuestas muestran que los japoneses son reacios a la inmigración masiva, y culpan al partido por el aumento de la población extranjera y la llegada multitudinaria de turistas que experimenta Japón. EFE
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