
Macron llevará a la cumbre de Sevilla las tres conclusiones de la que organizó en 2023
París, 26 jun (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, llevará a la cumbre de Sevilla sobre la financiación del desarrollo tres grandes conclusiones de la que él mismo organizó en París en 2023, empezando por que ese objetivo tiene que ir de la mano de la acción para afrontar las consecuencias del cambio climático.
Fuentes del Elíseo incidieron este jueves en que no hay que elegir entre financiar el desarrollo y la acción climática, porque ambas están vinculadas y el calentamiento global tiene efectos nefastos en los países más pobres que limitan precisamente su desarrollo.
Las fuentes insistieron, a ese respecto, en que por eso mismo no se puede dar marcha atrás en la ambición climática, en un momento en que se cumple el décimo aniversario del Acuerdo de París, con el que se pretendía limitar ese calentamiento a menos de dos grados centígrados.
Otro de los grandes principios que quedó asentado en la conferencia organizada por Francia en 2023, denominada Cumbre para un nuevo pacto financiero mundial, es que cada país es libre de adoptar una estrategia de transición propia para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
Es decir, que cada cual debe conservar su soberanía para decidir cuál es su camino, lo que respondía a la queja de algunos países en desarrollo, al imponerles soluciones sin tener en cuentas sus propias circunstancias ni sus preferencias.
En el llamado Pacto de París por los Pueblos y el Planeta, alcanzado en aquella cita, también quedaba asentada una doble idea: que hay que conseguir orientar y movilizar «de forma masiva» financiación privada para esos objetivos y que en paralelo hay que conseguir «un choque de financiación pública para luchar a la vez contra la pobreza y por la preservación del planeta».
La presidencia francesa, sin embargo, sólo habló este jueves de la segunda, y lo hizo señalando que «no hay que esperar que la ayuda pública al desarrollo» (APD) pueda resolver los desafíos que se plantean, en primer lugar por la dimensión de los flujos de financiación que hacen falta.
En concreto, se necesitan billones de dólares para el desarrollo, cuando en 2024 la APD de los miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE (CAD) se redujo un 7,1 % en términos reales y quedó en 212.100 millones de dólares, lo que supone un 0,33 % del producto nacional bruto (PNB) de esos países.
La APD de Francia el pasado año se mantuvo casi estancada (-0,02 %) con 15.430 millones de dólares, un 0,48 % de su PNB. Pero este año el presupuesto contempla un recorte drástico del 39 %, en medio de grandes dificultades presupuestarias.
La presidencia indicó que Macron tiene previsto mantener una reunión de alto nivel con los jefes de Estado y de Gobierno de los llamados «países ambiciosos» en la financiación del desarrollo.
Una de sus grandes batallas para conseguir fondos es gravar los «flujos de la globalización», a imagen de lo que se ha conseguido en la Organización Marítima Internacional, donde se acordó a comienzos de año la aplicación de una tasa mínima de 100 dólares por cada tonelada de CO2 emitida por los navíos a partir de un determinado tamaño.
El acuerdo prevé que una parte de los ingresos de ese impuesto, con el que se espera una recaudación de entre 11.000 y 13.000 millones de dólares anuales, se dedique a ayudar a los países en desarrollo para que no queden relegados a utilizar barcos vetustos que utilizan carburantes contaminantes.
En Sevilla también se hablará, a iniciativa de España, de la posibilidad de lanzar una alianza a favor de las cláusulas para la suspensión del pago de la deuda de los países en desarrollo en el caso de crisis como las catástrofes climáticas.
Es una propuesta que Francia considera «extremadamente interesante» y que «apoyamos fuertemente», señaló el Elíseo. EFE
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