Partido Conservador de Canadá elige a su nuevo líder

Menos de un año después de su fracaso electoral, el Partido Conservador de Canadá elige este domingo a su nuevo líder, quien encabezará la oposición a Justin Trudeau, amenazado con una elección anticipada tras un nuevo escándalo en su gobierno.
Cuatro aspirantes pugnan por reemplazar a Andrew Scheer, el líder conservador que no consiguió derribar a Trudeau en los comicios de 2019 pese a que su estrella había perdido brillo.
Se trata de dos exministros, un adventista del séptimo día y una outsider que aspira ser la primer mujer negra en liderar un partido federal en Canadá.
La pandemia de coronavirus, en tanto, convirtió en un desafío a la interna del Partido Conservador, impidiendo su normal desarrollo, en tanto los canadienses han mostrado poco interés en una votación por correo que reemplazó al espectáculo de una convención con globos y serpentinas.
– Buscando votos progresistas –
Peter MacKay, 54, quien fungió como ministro de Relaciones Exteriores, Defensa y Justicia en el gobierno conservador entre 2006 y 2015, busca un regreso triunfal a la política tras una pausa de cinco años y aparece como favorito.
Enfrenta el fuerte desafío del expiloto de la Fuerza Aérea y exministro de Asuntos de Veteranos Erin O’Toole, de 47 años, quien ya se postuló dos veces para el cargo.
Ambos proclaman la necesidad de que el Partido Conservador aumente su atractivo para captar votantes progresistas, con un enfoque en el empleo y la economía, pero también con un plan contra el cambio climático claro, algo que las filas conservadoras no han ofrecido.
«Seré el primer ministro del empleo en Canadá», dijo MacKay a la emisora pública CBC, donde también prometió «un plan medioambiental real», así como la prohibición de las redes 5G de Huawei y una reforma fiscal.
Casado con una exreina de belleza nacida en Irán, con quien tiene tres hijos, MacKay fue elegido por primera vez al Parlamento en 1997 en representación del antiguo distrito electoral de Nueva Escocia que ostentaba su padre.
Como líder de los Conservadores Progresistas, pactó con Stephen Harper y su Alianza Canadiense para fusionar los dos partidos y unir la derecha.
Pero la derrota conservadora ante Trudeau en 2015 puso de relieve la necesidad de expandir su base en las zonas rurales y el oeste de Canadá.
«Necesitamos que más canadienses urbanos y suburbanos vean que sus valores de libertad, familia e igualdad siempre han estado en el centro del Partido Conservador», dijo en tanto O’Toole.
– Conservadurismo social –
Algunos sugieren que un liderazgo de Leslyn Lewis, una poco conocida abogada nacida en Jamaica que no habla francés y que no tiene una banca en el Parlamento, revitalizaría al partido.
En las elecciones de 2015, llegó como una paracaidista para reemplazar la candidatura de un reparador de electrodomésticos a quien un programa de televisión de investigación atrapó orinando en la taza de café de un cliente mientras estaba realizando un servicio.
Lewis -que votó bastante bien en aquellos comicios aunque perdió frente al candidato liberal- se opone al matrimonio homosexual y al aborto, en tanto dijo que buscaría restringir el acceso al cannabis recreativo, legalizado por el gobierno de Trudeau en 2018. También considera que las alarmas por el cambio climático son exageradas.
En tanto, el candidato adventista Derek Sloan, de 35 años, ha expresado que la homosexualidad es una elección, en tanto se opone al uso de barbijos y a la vacunación obligatoria.
– Difícil desafío –
Forzar unas elecciones anticipadas para desafiar a los liberales sería igualmente difícil de vender en medio de la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial.
La próxima oportunidad para obligar esa convocatoria será a fines de septiembre, cuando Trudeau deberá buscar el apoyo del Parlamento para un masivo nuevo gasto social y ambiental con el que buscará sacar a Canadá del desplome económico.
Pero para ello los conservadores necesitarían del respaldo de al menos otros dos partidos para derribar al gobierno minoritario de Trudeau, envuelto en un nuevo escándalo por la adjudicación de un contrato gubernamental a una organización benéfica que pagaba a miembros de su familia.
«Pero los conservadores tendrán que pensarlo dos veces antes de decidir si realmente quieren disputar unas elecciones este otoño (boreal)», en el contexto de la pandemia, la crisis económica y con un nuevo líder cuyo mensaje aún no habrá calado, dijo a la AFP Jonathan Malloy, profesor de Universidad de Carleton.