PMA alerta de que sólo ha recibido un 12 % de fondos para atender el hambre en Afganistán
Ginebra, 16 dic (EFE).- Más de 17 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en Afganistán, 3 millones más que el año pasado, pero el Programa Mundial de Alimentos (PMA) solo ha conseguido un 12 % de los fondos necesarios para atender a los más afectados, alertó este martes en rueda de prensa desde Roma el director de Seguridad Alimentaria de la agencia, Jean-Martin Bauer.
Las cifras corresponden al último informe sobre la inseguridad alimentaria en Afganistán de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés).
Con los fondos disponibles, el PMA solo puede atender a menos de un millón de personas al mes frente a los seis millones que buscan alcanzar en los próximos seis meses, para lo que necesitarían 468 millones de dólares (398 millones de euros).
«Hemos llegado a un punto donde tenemos gente en el mismo nivel de vulnerabilidad extrema y solo estamos siendo capaces de ayudar a unos pocos (…) Realmente estamos dirigiéndonos a un número muy pequeño y eso es bastante problemático», reveló Bauer.
Hasta 3,7 millones de niños sufren desnutrición aguda y un millón requiere asistencia hospitalaria porque están severamente desnutridos, «así que sí, hay niños muriendo», lamentó.
Bauer subrayó que las mujeres y los niños son los más afectados por esta crisis.
Bajo el régimen talibán, las mujeres y niñas afganas sufren grandes restricciones para estudiar, trabajar o incluso salir a la calle sin la compañía de un hombre de su familia, recordó.
«Las mujeres han sido excluidas en gran medida de la vida social y eso es un gran reto (…). Las madres llegan a los centros de salud esperando alguna ayuda para sus hijos y en muchos casos se dan la vuelta porque no quedan recursos disponibles», destacó.
Bauer explicó que esta crisis alimentaria viene motivada por la sequía y los terremotos que ha sufrido Afganistán, los 2,5 millones de refugiados que han regresado -muchos de ellos a la fuerza- de Irán y Pakistán y los recortes en ayuda humanitaria.
Aunque no es una crisis que empezase «hace unos meses», matizó, sino que lleva tiempo gestándose en un país donde hay muy poca infraestructura, escasez de puestos de trabajo y un alto nivel de pobreza y de desigualdad. EFE
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