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A un siglo de las relaciones entre Suiza y Colombia

Keystone

La ministra suiza de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, inicia este lunes (11.08) una visita a Colombia con un clima diplomático de fondo que no pasa por un momento ideal. El objetivo es "desarrollar las relaciones bilaterales instauradas hace 100 años".

swissinfo conversó con el profesor Thomas Fischer, experto en la realidad colombiana, sobre el estado y las perspectivas de los lazos entre ambos países. Entrevista.

Es un viaje programado con antelación que permitirá a la jefa de la diplomacia helvética reunirse con sus homólogos de Colombia y Brasil entre los días 11 al 15 de agosto. El especialista en asuntos colombianos y catedrático universitario, Thomas Fischer, traza un cuadro de la situación.

swissinfo: ¿Cuál es la conclusión suya sobre el siglo de relaciones entre Suiza y Colombia?

Thomas Fischer: Desde la óptica de Suiza se trató esencialmente de mercados de consumo. Es cierto que las grandes empresas suizas están presentes en Colombia, pero éstas nunca han considerado al país como un punto central. Más allá de este aspecto, Suiza ha puesto a disposición sus buenos oficios, por ejemplo en el conflicto fronterizo con Venezuela, en la década de los años 1920, o en la actual guerra civil. Suiza es para Colombia un país amigo, aunque no sea un socio de importancia estratégica.

swissinfo: En los últimos 10 años estas relaciones se han limitado prácticamente a la mediación entre las FARC y el gobierno colombiano. ¿En qué medida las perjudica ahora el asunto Gontard y podrá Calmy-Rey en Bogotá arreglar la situación?

Th.F.: El presidente colombiano optó siempre por el rumbo de la confrontación con la guerrilla, estrategia con la que tuvo relativo éxito. Pero debió ceder ante la presión de la comunidad internacional, sobre todo de Francia, y autorizar las negociaciones para liberar a los rehenes por razones humanitarias. Uribe ha marginado hasta ahora –después de cierto tiempo-, a todos los mediadores y también al señor Gontard le ha retirado su mandato. La visita de Calmy-Rey a Colombia ha sido cuidadosamente planeada con sus interlocutores colombianos. Nadie tiene interés en hacer nada que comprometa a la otra parte, pero desde que la Fiscalía de Colombia convirtiera la mediación suiza en un ‘caso Gontard’, podrían ‘clarificarse las cosas’ sólo si se presentan pruebas irrefutables o si –por lo conocido hasta ahora, más probable-, se suspenden las investigaciones por falta de material jurídicamente válido. Escapa a mi conocimiento si el gobierno colombiano estaba consciente de ello al quitar el mandato del mediador y al sugerir que Gontard actuó como cómplice de secuestradores.

swissinfo: ¿Por qué Bogotá sigue atacando tanto a Gontard después de la liberación de Betancourt y de la ‘expulsión’ de los mediadores internacionales?

Th.F.: Siguiendo el pensamiento de ‘quien no es mi amigo, es mi enemigo’, el gobierno de Uribe nunca ha disimulado desde el comienzo su aversión contra el trabajo de las organizaciones no gubernamentales y de los partidarios de una paz negociada. Tampoco la guerrilla pudo comunicar de manera creíble que busca una paz concertada. En este clima caldeado, antagónico, es difícil transmitir otras iniciativas de solución, sobre todo si vienen del extranjero. Eso es lo que sintió el mediador suizo. En una columna del oficioso ‘El Tiempo’ se le califica de «tonto útil».

swissinfo: A pesar de las disonancias diplomáticas, Suiza quiere seguir mediando en Colombia. ¿Qué es lo que aún puede hacer?

Th.F.: Suiza puede hacer cuanto el gobierno de Uribe y la población colombiana lo permitan. Ella (Suiza) debe seguir ofreciendo sus buenos servicios para facilitar el diálogo entre el gobierno y los rebeldes y mostrar su presencia en el campo humanitario. Asimismo debe seguir poniendo a disposición su competencia en el tratamiento jurídico de la violencia, donde existe una enorme demanda acumulada, así como en la compensación a miles de desplazados olvidados. Pero los recursos materiales de la Confederación son limitados, máxime cuando es difícil convencer a una parte de la población suiza de la ayuda humanitaria a países fuera de Europa.

swissinfo: ¿Qué opina de la acusación de Colombia en sentido de que las FARC tendrían en Europa un grupo de apoyo que, entre otros, también estaría activo en Suiza?

Th.F.: Es posible que representantes de las FARC residan en países europeos, también en Suiza. Además, es probable que en todas partes del mundo haya un puñado de simpatizantes deslumbrados que ven en las FARC la realización de los ideales románticos del guerrillero Che Guevara. Pero esa es una pequeñísima, pequeñísima minoría. La mayor parte de las personas en Europa piensa, felizmente, que no es así. El apoyo material e ideológico que desde Europa se atribuye a las FARC no es determinante en su lucha, porque el conflicto colombiano no es teledirigido, tiene razones internas. Otra cosa es, naturalmente, que las FARC saquen dinero de sus negocios con la droga, también en Europa.

swissinfo: Desde hace más de 40 años reina la guerra en Colombia. ¿Es aún posible la paz o acaso la política del presidente Uribe de aniquilar la guerrilla (con ayuda de EEUU) creará más violencia?

Th.F.: Por primera vez puedo imaginar que es posible acabar con medios militares la organización de la guerrilla. Hasta la presidencia de Uribe habían fracasado estrepitosamente los militares. Ahora han debilitado a los guerrilleros y una victoria sobre ellos significaría la eliminación de su proyecto socialista. Pero de ningún modo sería una victoria definitiva contra la violencia en Colombia. En otros países latinoamericanos con guerras civiles pasadas, especialmente en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, se ha demostrado que sin una política de paz duradera, reformas estructurales para mejorar las instituciones y medidas a favor de los pobres tras el fin oficial del conflicto, aumenta la violencia (social). Algo similar podría amenazar a Colombia, porque si consideramos que el Estado (de derecho y social) no llega a las personas, la cultura de la autoayuda por medio de la violencia está muy arraigada en Colombia.

swissinfo: En la liberación de Betancourt se ha llegado incluso a abusar deliberadamente del emblema de la Cruz Roja. ¿Qué se puede esperar todavía en esta guerra?

Th.F.: El objetivo que tiene preeminencia desde que Uribe se hizo cargo del gobierno es aniquilar la guerrilla. Por lo tanto no tiene reparos en la elección de los medios. Por lo visto, asume el daño que cause a largo plazo el empleo abusivo del emblema del Comité Internacional de la Cruz Roja para liberar a 15 de los varios cientos de rehenes, así como la pérdida de credibilidad frente a los actores internacionales. Los gobiernos colombianos se han complicado durante mucho tiempo con la observancia de los derechos humanos. A los guerrilleros tampoco les vale un comino, porque de lo contrario no tomarían rehenes ni reclutarían niños para hacerlos soldados.

swissinfo: ¿Qué papel podría tener Ingrid Betancourt para la solución del conflicto y para el futuro de su país?

Th.F.: Me temo que el mensaje de Ingrid Betancourt será acallado por los uribistas que hoy son dominantes en Colombia. Sin embargo, en el extranjero podría desempeñar un papel importante como representante de su país gracias a sus conocimientos y a su positiva notoriedad. Pero desconozco sus planes.

swissinfo: ¿Tienen la oposición y los movimientos sociales en Colombia alguna posibilidad de ser escuchados?

Th.F.: Hay un movimiento fuerte en contra de la violencia de las FARC y en parte también contra la violencia de los paramilitares y los militares. En Colombia jamás hubo grandes manifestaciones contra la mafia y el narcotráfico. Parece que contra su influencia no hay –literalmente-, ningún remedio. La oposición conservadora se ha ‘consumido’ sola como consecuencia del poder clientelista que ha practicado durante años. Y a la izquierda, la oposición democrática, le es muy difícil ser escuchada en el actual clima político interno. Podría llegar su momento, cuando termine la guerra.

swissinfo: Después de visitar Colombia, Calmy-Rey irá a Brasilia, donde tiene previsto firmar un Protocolo de acuerdo para una asociación estratégica entre Suiza y Brasil. ¿Qué es lo que esta asociación aportaría a las dos naciones?

Th.F.: A diferencia de Colombia, Brasil es un socio comercial verdaderamente interesante y, sobre todo, un importante núcleo industrial para las empresas suizas. En la investigación –por ejemplo en los ámbitos del bioetanol o de la energía solar-, podría ser beneficiosa una sociedad de tal naturaleza. En el campo humanitario se podría asimismo profundizar la cooperación en los organismos internacionales. Un Protocolo puede ser el paso previo a un posterior acuerdo de libre comercio. Dado que Suiza no es miembro de la Unión Europea, debe dar todo de sí para conseguir cada asociado. Brasil, siendo el país más extenso y más importante de Sudamérica, goza de un desarrollo económico relativamente estable y constituye, por tanto, una dirección nada desdeñable.

Entrevista swissinfo: Geraldo Hoffmann
(Traducción: Juan Espinoza)

El Ministerio Público de la Confederación confirmó el viernes (08.08) la apertura, desde 2007, y a solicitud del Gobierno de Colombia, de una ‘investigación judicial contra desconocido’.
La medida concierne la publicación por Internet, desde Suiza, de una imagen «atentatoria al honor» que afectaría al presidente colombiano, Álvaro Uribe.

La ministra suiza de Asuntos Exteriores Micheline Calmy-Rey viajará del 11 al 15 de agosto a Sudamérica para entrevistarse con sus homólogos de Colombia y Brasil.

Las relaciones entre Suiza y Colombia se han empañado a raíz del asunto Gontard. El gobierno colombiano acusa al mediador suizo Jean-Pierre Gontard de proximidad a la guerrilla izquierdista de las FARC y de haber sido portador de dinero en el marco de las negociaciones para liberar a rehenes.

Colombia ha decidido prescindir de la mediación de Suiza, España y Francia. La Fiscalía en Bogotá ha abierto una investigación. A su vez, el Ministerio de Exteriores en Berna rechaza enérgicamente las acusaciones vertidas contra Gontard.

La visita a Colombia serviría en primer lugar para desarrollar las relaciones bilaterales, según señala el Ministerio suizo de Asuntos Exteriores.

Nació en 1959 en San Gallen (Suiza). Estudió Historia, Germánicas y Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Berna hasta 1994, año de su graduación. De 1996 a 2000 fue asistente científico en la cátedra de estudios internacionales (Culturas de lengua románica) de la Universidad alemana Erlangen-Núremberg; en el año 2002, admisión de catedrático sobre ‘América Latina y la Sociedad de las Naciones – Estados débiles y seguridad colectiva, 1020-1936’; de 2002 a 2004, catedrático suplente en Nürmberg y Hamburgo; en 2004 pasó a ser asistente superior en la Universidad de Erlangen-Nüremberg; y desde 2007 es catedrático de Historia de América Latina en la Universidad Católica de Eichstätt-Ingolstadt (Baviera).

Es coautor y editor de la colección Colombia actual (editorial Vervuet-2001) y de ‘Colombia, ¿país de la soledad?’ (editorial Horlemann), así como autor de varios artículos sobre el país sudamericano, entre ellos ‘Gerra y paz en Colombia’ y ‘Movimientos sociales en Colombia’ (Bundeszentrale für Polistische Bildung (http://www.bpb.de/themen/RSQWAI,1,0,Soziale_Bewegungen_in_Kolumbien.html)

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