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Ecología en Suiza: de verdes a verdes

Durante las elecciones legislativas del 23 de octubre, los Verdes Liberales recogieron buena parte de los votos. Keystone

Los principales beneficiarios de las elecciones del 23 de octubre, los Verdes Liberales, luchan por la ecología mientras defienden una economía de libre mercado. Un mensaje criticado por los ecologistas tradicionales, pero que tiene auditorio. Y que incluso podría convertirse en ejemplo a través de las fronteras.

Las elecciones federales marcaron un nuevo giro. Recién llegados a la escena política, los Verdes Liberales (VL) y el Partido Burgués  Democrático (BDP) no se limitaron a arrancar votos a los partidos históricos del centro. La derecha conservadora y la izquierda – incluido el Partido Ecologista Suizo (PES) – también pagaron los costos de la ola verde liberal y burguesa democrática.

Alternativas posibles

Una bofetada colectiva para las grandes formaciones políticas, que se mostraron particularmente polémicas durante el recién concluido período legislativo. Reacios a la cohesión, ni siquiera lograron un acuerdo sobre temas cruciales de la agenda política.

“Esas tensiones probablemente fueron demasiado lejos para una parte del electorado, que preferiría un debate más racional y menos agresivo”, señala Michael Hermann, politólogo de la Universidad de Zúrich.

Una opinión compartida por su colega de Lausana, Andreas Ladner: “Hasta ahora, no había alternativa para los votantes desilusionados de los grandes partidos. Pero ahora existe esta otra vía y se manifiesta en las nuevas fuerzas emergentes”.

Vago mensaje

Pero, ¿qué alternativas ofrecen los dos partidos ganadores?  Durante la campaña, el PBD se presentó como una “nueva fuerza”. Un mensaje muy vago.

El lema de los Verdes Liberales, “no somos ni derecha ni izquierda”, no es mucho más esclarecedor. “El perfil de los VL es tan preciso como el de un viejo y desgastado neumático”, había concedido su propio líder, Martin Bäumle, al diario Basler Zeitung.

Sin embargo, el partido ofrece un mensaje innovador y atractivo: conciliar la protección del medio ambiente con el crecimiento económico. En otras palabras, una ecología sin sacrificios en términos de bienestar.

Las propuestas de los VL contrastan con las de sus “primos” del PES.  Heredero del movimiento pacifista antinuclear de los años 70, el partido trató de explicar que su visión ecológica ofrece una oportunidad para el desarrollo económico. Pero eso no fue suficiente para borrar su imagen radical. Para una parte del electorado, el PES es el partido que llevaría al país, por decirlo así, a la edad de piedra.

Pragmatismo

“Muchos electores no saben que los VL están porque no se abandone la energía nuclear sino hasta 2045”, destacó el presidente de los Verdes, Ueli Leuenberger, al reaccionar a la debacle de su partido y la victoria de sus nuevos adversarios. Es precisamente este tipo de pragmatismo el que contribuyó al éxito de los VL: renunciar a la energía nuclear sin poner en riesgo los recursos energéticos.

Y si bien para algunos el discurso de los VL es poco creíble, al apostar por las nuevas tecnologías el partido ganó muchos votos entre los jóvenes, las clases altas y la comunidad científica.

Cálculo erróneo

Una encuesta realizada por el instituto de investigación GfS Berna mostró que los Verdes se vieron más afectados por la indiferencia de su electorado que por la competencia del partido de los “primos”. “Los Verdes Liberales no ganaron una parte decisiva del electorado de los Verdes (PES), sino que éstos últimos no lograron movilizar más a sus electores”, señala el analista político Claude Longchamp, director del instituto.

“Con su credo, fuertemente orientado hacia el papel del Estado, el Partido de los Ecologistas perdió una oportunidad de ganar votos entre los electores más liberales, pero sensibles al discurso ecologista”, agregó.

De hecho, el resultado de las urnas reavivó el viejo debate que enfrenta al ala fundamentalista con los Verdes más moderados.  “Tenemos que reinventar a los Verdes”, dice el diputado ecologista Antonio Hodgers.

Pero para otro sector del partido, no se trata de ampliar la agenda política de los Verdes, ni tampoco de trabajar con los Verdes Liberales. Los ecologistas deben continuar su lucha por una mayor justicia social, sin permitir que los VL o el Partido Soscialista le dicten la línea.

Claude Longchamp estima que es demasiado pronto para predecir si el resultado de las elecciones de 2011 dará lugar o no a un reajuste de los Verdes. “El PES ha atravesado ya otros momentos difíciles, sobre todo en los años 90, lo cual no le impidió volver a la palestra a principios de la década pasada”.

Modelo a seguir

Mientras tanto, los VL suizos podrían ser imitados en otros países europeos. Hasta ahora, casi todos los partidos verdes se habían posicionado claramente a la izquierda, o hacia la izquierda o al menos en el centro izquierda. En contraste con la política económica de los VL, que se ubica en su conjunto en el centro derecha.

“Los VL podrían efectivamente servir de modelo para otros países europeos”, indica Michael Hermann. Empero, cabe destacar que algunos partidos verdes europeos, en Alemania en particular, están más cerca del centro que nuestro PES. Además, los problemas ambientales son más frecuentemente recuperados por otros partidos”.

La política suiza ha estado dominada durante más de un siglo por cuatro grandes partidos de gobierno, que se repartieron casi el 80% del electorado:

La Unión Democrática del centro (UDC), el Partido Socialista (PS), El Partido Liberal Radical (PLR) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC).

En los años 80 surgió una nueva fuerza política, el Partido Ecologista Suizo (PES), que obtuvo casi el 10% de los votos en 2007. Pero hasta ahora, los ecologistas no han accedido al gobierno.

La primera sección del PES fue fundada en 1971 para combatir la construcción de nuevas autopistas. Sus primeros diputados ingresaron al Parlamento en 1979.  En 1983, el PES se convertía en un partido nacional.  

Las tensiones dentro de la sección de Zúrich llevaron a la creación de un partido más moderado, los Verdes Liberales, en 2007.

Los Verdes forman el partido más importante no gubernamental en el seno del Parlamento.

(Traducción del francés Marcela Águila Rubín)

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