Roca Rey llena Acho por sus 10 años de alternativa, sin lograr tarde redonda ante 6 toros
Alberto Rincón Effio
Lima, 2 nov (EFE).- Andrés Roca Rey, el torero peruano más importante de todos los tiempos, llenó este domingo la tradicional plaza de Acho, en Lima, para celebrar los diez años de su alternativa en una encerrona con seis toros donde cortó tres orejas que pudieron ser seis, y que su público, absolutamente entregado, estaban dispuesto a que fuesen doce.
Con 14.000 aficionados a sus pies, Roca Rey protagonizó una encerrona con música criolla en la arena que no se veía desde hacía más de veinte años en la capital peruana.
Las graderías reventaron cuando apareció sobre la arena Roca Rey, de blanco y plata, junto a sus dos sobresalientes de espada Juan Carlos Cubas y Fernando Villavicencio.
La plaza de pie, los gritos de “Perú, Perú, Perú”, el paseíllo se detuvo para un minuto de silencio por Rafael de Paula, que acaba en otro estruendoso aplauso para que Roca Rey salude en solitario a la plaza como dicta la tradición.
La corrida más esperada del año comenzó en el segundo toro. El primero solo se recordará por dos volantines que lo desencajaron y que apenas llegó a la buena espada del matador.
Con el segundo toro, el primero que se brindó al público, tuvo pases de rodillas que el público ovacionó y para remarcar el hermoso paso doble “Morenos pintan a Cristo”. Con la muleta tuvo fuerza y los pases cambiados por la espalda emocionaron al público. La estocada fue entera y la primera oreja de la tarde cayó de inmediato.
El tercero fue el primero que decepcionó en la tarde y se vino a menos para que Roca Rey lo termine matando pegado a tablas, a pesar de luchar con voluntad para que no se raje a mitad de faena.
El cuarto astado fue el más completo: hubo gaoneras ceñidas y una muleta en la que el matador mostró su técnica hasta que la música sonó. Fue especial porque tuvo no solo la disposición del diestro, sino, porque fue brindado a Luis Miguel Rubio, quien fue el primer maestro del matador en sus inicios. Primera marinera de la tarde y el diestro puso una estocada que entró hasta la tela. El toro resistió con nobleza. Segunda oreja.
El quinto de la tarde fue el toro esperado por todos, incluso por Andrés, cosa que aprovechó por completo y Acho celebró. Andrés invitó a Cubas para unos quites que la plaza aplaudió. Luego llegó la ovación cuando brindó a su hermano Fernando, y así vino la clásica serie de muleta de rodillas de Roca Rey, y siguió el mejor momento de la tarde con una muleta que llevó desmayado y arrimándose entre los pitones.
Aquí es donde se frustró todo con la espada que falla y en el segundo intento coloca bien, pero ya no es suficiente. Una oreja que pocos reclaman y que regala al matador Rafael Gastañeta en la barrera del tendido catorce.
El sexto toro fue el peor del lote. Roca Rey esperó a porta gayola, el público quiso que en este toro la tarde termine por lo alto, pero el animal huyó a cualquier cite hasta que la protesta general llevó al juez a sacar el pañuelo verde para guardarlo.
El sobrero también fue protestado, aunque esta vez el sobresaliente Fernando Villavicencio se lució con unos faroles que Roca Rey le otorgó. No hubo mucho que mostrar con un Roca Rey toreando en tablas sin más que llevar al toro hasta la estocada que, a pesar de bien colocada, tuvo que descabellar para que doble. Una tarde que se puede recordar y olvidar. Mucha expectativa y mucho enojo.
– Ficha del Festejo:
Plaza de toros de Acho (Perú). Cuarta y última corrida de la Feria del Señor de los Milagros 2025, con lleno de 14.000 espectadores.
Toros de Núñez del Cuvillo (segundo, cuarto y quinto), Domingo Hernández (primero y sexto bis) y Paiján (tercero), desiguales de presentación y hechuras. EFE
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