
Tercer día de manifestaciones a favor y en contra del impuesto a las herencias en Ecuador

Ecuador vivió el miércoles por la noche el tercer día consecutivo de movilizaciones a favor y en contra del presidente, Rafael Correa, a raíz de su controvertido proyecto de «redistribución de la riqueza», que prevé incrementar el impuesto a las herencias.
La oposición y el oficialismo midieron fuerzas nuevamente en Quito, Guayaquil y Cuenca, las principales ciudades del país, con miles de personas en las calles lanzando arengas en apoyo o en contra de Correa, en el poder desde 2007 y que actualmente está en Bruselas en una visita oficial.
La policía montó fuertes dispositivos para impedir enfrentamientos, a pesar de lo cual hubo leves incidentes en la capital y algunos simpatizantes del Gobierno fueron agredidos, según las autoridades, que no informaron de detenciones.
En Quito, el mayor punto de concentración, los manifestantes se congregaron cerca de la sede de Alianza País (AP), el partido en el gobierno. Desde el bando opositor, se escuchaba el coro «¡fuera Correa, fuera!», mientras del lado oficialista, el grito batalla fue «¡Correa no se va!», observó la AFP.
«Están metiendo la mano en los bolsillos de todo el mundo, no solamente a los millonarios o a los ricos. Está en peligro el patrimonio de los ecuatorianos. Tengo dos hijos y tres nietos, y por ellos estoy luchando en las calles», dijo a la AFP un hombre de 65 años que pidió no ser identificado por temor a represalias.
El viernes, Correa propuso al Congreso, controlado por el oficialismo, gravar las herencias superiores a 35.400 dólares de forma progresiva, es decir, que a mayor legado, mayor impuesto. En la actualidad, los herederos pagan tributos a partir de los 68.800 dólares.
El presidente, que reivindica haber sacado de la pobreza a 1,3 millones de personas, defiende la iniciativa como parte de su lucha para «redistribuir la riqueza» y «democratizar la propiedad» y niega que las nuevas cargas vayan a afectar a los más pobres o a la clase media.
Tres de cada mil ecuatorianos reciben una herencia cada año y tres de cada 100.000 reciben un patrimonio mayor a 50.000 dólares. Entre 2010 y 2014, «solo cinco de los 16 millones de ecuatorianos heredaron más de un millón de dólares», según Correa.
La iniciativa, que deberá ser votada en julio, prevé varias exenciones y, en el caso, por ejemplo, de tres hijos que se repartan una herencia de un millón de dólares -excluida vivienda- pagarán cada uno 47.268 dólares, de acuerdo con una tabla de cálculo del Gobierno.
– Un impuesto para los «más ricos» –
Los sectores empresariales y personas de clase media y alta se oponen al proyecto, por considerar que representa un castigo al éxito económico y al patrimonio familiar en una sociedad de tradición conservadora. Los alcaides de Quito, Mauricio Rodas, y de Guayaquil, Jaime Nebot, ambos de oposición, piden retirar la iniciativa.
Sin embargo, la secretaria de AP, Doris Soliz, presente en la concentración, cree que detrás de las protestas está una oposición «interesada apenas en desestabilizar con cualquier pretexto».
El impuesto a la herencia, que existe en Ecuador desde 1927, «lo tienen muchos países de la región y muchos países desarrollados porque es un mecanismo legítimo de los Estados para garantizar (…) la redistribución» de la riqueza, comentó a la AFP.
Las manifestaciones se producen a dos años de que se celebren elecciones presidenciales.
Correa, que hasta abril tenía una popularidad del 55%, según la empresa privada Cedatos, aguarda la aprobación de una reforma constitucional para decidir si se presenta a un nuevo mandato.
Además de la subida de impuestos a la herencias, los opositores se han movilizado para rechazar una reciente reforma que sustituyó la aportación obligatorio del Estado del 40% para las jubilaciones por una garantía de pago en caso de falta de recursos -lo que temen pueda desfinanciar el fondo de pensiones que cubre a 460.000 ecuatorianos-, y la elevación de impuestos a un tercio de las importaciones.
El mandatario también propuso un impuesto sobre las ganancias extraordinarias (plusvalía) que reciben los dueños de predios por las inversiones estatales. Correa debió tomar medidas para paliar la caída del precio del petróleo y la apreciación del dólar, con el fin de evitar la salida de divisas, sustento de la economía dolarizada.
Sin embargo, niega que los polémicos proyectos de ley busquen aumentar la recaudación estatal en épocas de vacas flacas. «La ley de herencias está diseñada para el sector más alto de la sociedad, para el 0,1% más rico de la sociedad (…) El 98% de ecuatorianos no va a pagar un centavo», insistió por su parte el ministro de Política Económica, Patricio Rivera.