
Ucrania aprieta a Hungría por bloquear su integración en la UE al golpear oleoducto ruso
Rostyslav Averchuk
Leópolis, 27 ago (EFE).- La disputa diplomática entre Ucrania y Hungría se intensifica después de que los recientes ataques con aviones no tripulados contra un oleoducto que suministra petróleo ruso a Budapest señalaran la intención de Kiev de ejercer más presión contra Viktor Orban para que deje de bloquear el proceso de integración de Ucrania a Europa.
La semana pasada, tres ataques con drones tuvieron como objetivo dos instalaciones en territorio ruso, clave para el funcionamiento del oleoducto Druzhba, que abastece a Hungría, lo que provocó interrupciones temporales. Liderados por el comandante de origen húngaro Robert “Magyar” Brovdi, jefe de las fuerzas de drones de Ucrania, los ataques se enmarcan en la campaña más amplia de Ucrania contra las instalaciones petroleras rusas.
Sin embargo, estos provocaron una dura respuesta de Hungría, que importa el 70% de su petróleo a través del oleoducto, a pesar de los llamamientos de la UE para reducir su dependencia de los suministros energéticos de Moscú.
En una carta de queja dirigida al presidente estadounidense, Donald Trump, con quien mantiene una estrecha relación, Orbán calificó los ataques de «medida hostil». Su ministro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó, los calificó de «ataque a la seguridad energética de Hungría» y amenazó con cortar el suministro eléctrico a Ucrania, presentando quejas ante la Comisión Europea, que reaccionó afirmando que los ataques no amenazaban a Europa.
El veto de Hungría
Las relaciones entre Ucrania y Hungría han sido tensas durante mucho tiempo. Durante los tres años y medio que dura la invasión rusa de Ucrania, Hungría ha acogido a miles de ucranianos desplazados pero ha intentado bloquear o paralizar sistemáticamente los intentos de la UE de brindar asistencia financiera y militar.
Durante todo este tiempo, el petróleo ruso ha seguido fluyendo a través de Ucrania hacia Hungría, y Kiev ha rechazado los múltiples pedidos internos de detener el tránsito para quitarle a Rusia de alrededor de 5.000 millones de euros de ingresos anuales, aparentemente para evitar que las relaciones con su vecino occidental se deterioren por completo.
Sin embargo, recientemente, Budapest se convirtió en el único país en vetar públicamente el inicio de facto de las negociaciones de adhesión entre Ucrania y la UE. Esto ha llevado a Bruselas, hasta ahora incapaz de superar el veto, a considerar la separación de Ucrania y Moldavia en su camino conjunto hacia la adhesión.
Una decisión de este tipo, prevista para septiembre, corre el riesgo de estancar el proceso de adhesión de Ucrania durante años, escribe el reconocido periodista Sergi Sidorenko para “Yevropeiska Pravda”, reflejando un sentimiento generalizado.
Esto sería un regalo a Rusia, señala, y sembraría desesperación entre los ucranianos que temen terminar en la “tierra de nadie” geopolítica a pesar de los sacrificios que han hecho y la constante amenaza a su soberanía.
La presión de Ucrania
Durante su visita a Washington la semana pasada, que coincidió con el primer ataque con drones contra “Druzhba”, el presidente Volodimir Zelenski pidió a Donald Trump que ayudara a convencer a Orban de que dejara de bloquear la integración de Ucrania a la UE.
Aunque Kiev no ha vinculado explícitamente los ataques con drones con el veto de Hungría, los analistas, incluido Sidorenko, señalan que el momento de los ataques al oleoducto Druzhba (Amistad, en ucraniano) sugiere un mensaje deliberado.
«Siempre hemos apoyado la ‘amistad’ entre Ucrania y Hungría, y ahora la existencia de esta ‘amistad’ depende de Hungría», dijo Zelenski en una conferencia de prensa el domingo, lo que llevó a Orban a advertir sobre «consecuencias a largo plazo» para Ucrania.
Orban, considerado un socio clave de Vladimir Putin en Europa, se ha aferrado al petróleo ruso a pesar de las alternativas viables, explicó a EFE Volodimir Omelchenko, experto en energía del Centro Razumkov de Kiev.
Omelchenko señala que el suministro constante de petróleo ruso es clave para la permanencia de Orbán en el poder y que las empresas húngaras lo utilizan para producir gasolina que exportan con considerables beneficios. Los ataques con drones ucranianos contra «Druzhba» ayudan a Hungría a liberarse tanto de su dependencia del petróleo ruso como de su gobierno «prorruso», argumenta Omelchenko.
No está claro si esta presión cambiará la postura de Budapest, ya que Orban ha hecho del bloqueo de la integración de Ucrania a la UE una piedra angular de su política, convirtiendo a Kiev en chivo expiatorio de los problemas de Hungría antes de las próximas elecciones parlamentarias, escribe Sidorenko.
Es posible que la UE aún tenga que encontrar su propia manera de anular el veto de Orbán para evitar minar la confianza de Ucrania. Los ucranianos esperan más claridad tras la reunión informal de ministros de Asuntos Europeos en Copenhague la próxima semana o la reunión del Consejo de la UE en Bruselas el 16 de septiembre.EFE
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