
Ucrania insta a impedir planes rusos para conectar central nuclear de Zaporiyia a su red
Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 30 sep (EFE).- La planta nuclear de Zaporiyia, bajo ocupación rusa, lleva desconectada del suministro eléctrico externo durante un periodo récord de siete días, lo que ha avivado los temores de un posible incidente radiactivo y ha llevado a Ucrania a pedir a la comunidad internacional que actúe con urgencia para desbaratar los aparentes planes rusos para integrarla en su red eléctrica.
Las fuerzas rusas cortaron deliberadamente los vínculos de la central con la red eléctrica ucraniana y están trabajando para conectarla a nuevas líneas tendidas en los territorios ocupados del sur de Ucrania, según han denunciado expertos y el ministro de Exteriores ucraniano, Andrí Sibiha, que ha acusado a Rusia de querer «robar» la mayor planta de Europa.
La última línea que conectaba a la central con la red eléctrica ucraniana fue cortada el martes pasado en los territorios ocupados, sin que se registrase en ese momento actividad de artillería o de drones, lo que apunta a un «sabotaje» por fuerzas rusas, según una investigación de Greenpeace Ucrania.
Hasta la fecha no se han realizado esfuerzos para restablecer la conexión, pese a las peticiones ucranianas y a que en cada uno de los nueve incidentes previos en los que la central quedó aislada, el problema fue reparado en cuestión de horas.
Las intenciones de Rusia
Rusia está trabajando para conectar la planta a su propia red, empleando como justificación los temores por la falta de electricidad externa, dijo a EFE Volodímir Omelchenko, experto en energía del Centro Razumkov de Kiev.
Los expertos aventuran que Rusia puede presentar este paso como una medida necesaria para evitar un desastre nuclear, aunque el riesgo inmediato de un incidente radiactivo ha sido exagerado.
En estos momentos, los reactores del planta permanecen inactivos y en el modo más seguro posible, señaló Omelchenko, que rechazó las comparaciones con el desastre de Fukushima. Los generadores de diésel podrían suministrar durante meses la electricidad necesaria para el funcionamiento seguro de la planta, si tienen combustible suficiente.
Rusia no tiene intención de destruir esta valiosa baza, en vista de los planes expresados públicamente para integrar la central en su propia red, destacan los expertos.
Greenpeace informó de que Rusia ha construido más de 200 kilómetros de tendido eléctrico el año pasado y ha expandido un embalse para tareas de refrigeración tras la destrucción de la presa de Kajovka.
Los riesgos
Aunque la conexión a la red rusa para obtener la corriente básica para operar podría ser técnicamente factible en cuestión de semanas, Omelchenko advirtió de que el plan de reiniciar al menos uno de los seis reactores para generar electricidad podría incrementar de forma significativa el riesgo de un incidente radiactivo.
Aparte de los peligros que implicaría la guerra en curso para un reactor operativo, en la planta escasea el personal cualificado familiarizado con los procedimientos para mantener la seguridad nuclear.
Esto se debe parcialmente al trato por parte de las autoridades de ocupación, y la ONG ucraniana Sabuesos de la Verdad ha documentado al menos 78 casos de detención y tortura entre los empleados de la central.
Si Rusia conecta la planta a su red, también sentaría un peligroso precedente, al ver recompensado el «terrorismo nuclear», subrayó Omelchenko, que instó a Ucrania y a sus aliados a utilizar todos los medios a su alcance para impedirlo.
El papel del OIEA
La administración temporal de la planta por el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) es la única solución realista a corto plazo, propuso Sibiga tras reunirse con el director general de la institución, Rafael Grossi, en Kiev el lunes pasado.
En septiembre, el consejo de gobierno del OIEA reclamó por cuarta vez que Rusia devuelva la planta a manos ucranianas.
Sin embargo, los expertos ucranianos ponen en duda la determinación de Grossi, que la semana pasada participó en un acto de la agencia rusa Rosatom y destacó su papel en la industria nuclear.
«El Sr. Grossi nunca ha dicho que la principal amenaza fuese la captura de esta planta por los terroristas rusos», enfatizó Omelchenko.
«Queremos que el director general Grossi no dirija palabras amables a su ‘amigo’, el director de Rosatom, sino un mensaje muy claro de que el Gobierno ruso debe abandonar sus planes para reiniciar el reactor, reparar de inmediato la línea de transmisión de corriente externa ucraniana y dejar claro que la ocupación de la planta nuclear no tiene futuro», dijo por su parte Shaun Burney, especialista nuclear de Greenpeace Ucrania.
Si los mecanismos internacionales fracasan, Ucrania tendría justificación para atacar las líneas eléctricas construidas ilegalmente en su territorio ocupado para impedir los planes rusos, sugirieron expertos ucranianos. EFE
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