Ultiman en Praga la armonización del órgano español de San Vito, con nueva sonoridad
Praga, 11 dic (EFE).- Versatilidad, nueva sonoridad y un estilo propio, son tres atributos distintivos del nuevo órgano de la catedral de San Vito, un instrumento de diseño y fabricación española que está ya casi armonizado.
«El órgano está armonizado al 90 por ciento», declaró este jueves a EFE Daniel Grenzing, hijo del fundador de la empresa familiar que lleva fabricando estos instrumentos en España desde 1972 y que tiene actualmente su taller en El Papiol (Barcelona).
El instrumento se ha hecho pensado en la acústica y la longitud de la catedral capitalina checa, uno de los templos más venerados de la República Checa y que acoge entre sus muros los restos de muchos reyes e insignes, algunos de sangre española, como el rey Fernando I de Habsburgo o varios miembros de la familia Folch de Cardona i Requesens.
Grenzing está al frente del equipo de armonizadores en San Vito, donde trabajan en turnos de cuatro personas hasta la medianoche, aprovechando que no hay turistas por el templo.
Armonizar es el trabajo necesario para conseguir la textura y timbre adecuados de los tubos, que en este caso forman un auténtico bosque, con 5.700 en total, los más grandes de 14 metros de altura, y los más pequeños de apenas un centímetro, distribuidos en cuatro cajas de música, y dentro de ellas agrupados por familias o registros.
Poner a punto un tubo de grandes dimensiones, tanto en la armonización como en la afinación, puede durar dos horas, y todo parece indicar que se cumplirán los plazos y que el órgano estará listo para su uso ya en estas fiestas navideñas, si bien se inaugurará oficialmente en la onomástica del patrón, San Vito, el próximo 15 de junio, donde el gran instrumento acompañará a la Filarmónica Checa.
El nuevo órgano de Praga tendrá un estilo propio, con trompetería de batalla, que es algo claramente ibérico, y también cuerdas y un cuerpo romántico francés, incluyendo registro de pedal muy dulces, de escuela alemana, y que sigue la herencia del organero alemán Rudolf von Beckerath, que fue el maestro de Gerard Grenzing.
«Y también tiene un tubo de alta presión que viene de herencia del Reino Unido y Estados Unidos, con registros de lengüetería que tienen una fuerza particular y un sonido muy cálido y muy redondo», afirma el experto.
Esa unión de sonidos, matices y texturas tiene particularidades aptas para tocar el repertorio checo, que se basa sobre todo en la improvisación, pero «también amplía el repertorio a casi cinco siglos de literatura», indicó el experto. EFE
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