
Un guardia de la embajada de EE. UU. en Noruega es condenado por espiar para Rusia e Irán
Helsinki, 16 oct (EFE).- El Tribunal de Distrito de Oslo ha condenado a tres años y siete meses de prisión a un ciudadano noruego de 28 años que trabajaba como guardia de seguridad para la embajada de Estados Unidos en Noruega por espiar para Rusia e Irán, informó este jueves la televisión estatal noruega NRK.
En la sentencia, el tribunal consideró que la información que compartió el acusado «podría perjudicar no sólo los intereses de seguridad estadounidenses, sino también los intereses nacionales fundamentales de Noruega».
Según la acusación, el joven compartió con los servicios secretos de Rusia e Irán datos sobre empleados de la embajada -nombres, números de teléfono y direcciones-, así como informaciones sobre los procedimientos de seguridad e imágenes del aparcamiento y de equipos de comunicaciones.
La Fiscalía noruega había solicitado una pena de seis años por actividades de inteligencia agravadas en beneficio de un estado extranjero, pero el tribunal rebajó la condena después de que el acusado admitiese los cargos.
El exguardia de seguridad confesó que había compartido información con agentes de ambos Estados y admitió que en 2024 se reunió en Serbia con su enlace ruso, identificado por los servicios de inteligencia noruegos (PST) como el exdiplomático ruso Vladímir Kalinov.
También explicó que el motivo de estos actos no fue el dinero, sino la postura de la embajada estadounidense sobre el conflicto entre Israel y Palestina, lo que le llevó a contactar primero con Rusia y luego con Irán.
Sin embargo, durante el juicio se declaró inocente porque creía que la información que compartió con los servicios secretos de ambos países no era clasificada, según NRK.
La Fiscalía noruega le acusó además de corrupción por haber recibido unos 10.000 euros en efectivo de las autoridades rusas mientras trabajaba para la embajada de Estados Unidos, pero el tribunal le absolvió de este delito al considerar que la recepción del dinero por parte del acusado «no está relacionada con el ejercicio de su cargo».
El acusado figura como copropietario y director general de una empresa de seguridad que había recibido la aprobación de la policía de Oslo para vigilar áreas públicas y privadas.
La empresa ofrecía también servicios de guardaespaldas, seguridad para embajadas y para residencias privadas y servicios de transporte. EFE
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