Voces de denuncia en Suiza: Impunidad en México
Veinticuatro asesinatos en Oaxaca siguen impunes. Roberto Garretón, consultor de la Comisión Internacional de Juristas, viajó a Ginebra para presentar al Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas su informe sobre la represión en esa entidad.
Dos diputados suizos conversan con swissinfo tras su viaje de observación de los derechos humanos en Oaxaca y Chiapas.
Roberto Garretón, consultor de la Comisión Internacional de Juristas, (CIJ) viajó a Suiza para presentar su investigación sobre la situación de los derechos humanos en Oaxaca, México, realizada a petición de la Obra Diacónica Alemana.
¿Cuáles son los puntos centrales de su informe? “La represión de las manifestaciones ocurridas en Oaxaca de una Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, APPO, ha excedido en mucho las formas como deben reprimirse las manifestaciones públicas. Hay códigos de Naciones Unidas tales como el código de conducta para los funcionarios públicos o los principios o directrices sobre el uso de armas de fuego que no han sido respetados.”
“En la represión de esas manifestaciones se han producido 24 muertes, además de entre 500 y 700 detenciones arbitrarias, muchas, desde luego, ya concluyeron, pero en los procesos seguidos no hubo un respeto absoluto por las normas del debido proceso de derecho”, indica el jurista chileno.
Preocupación internacional
“Cabe señalar –para apreciar el grado de preocupación internacional que ha provocado la situación imperante en este Estado– que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le ha dedicado ya tres audiencias especiales, más una visita de su presidente, Florentín Meléndez, en el mes de agosto de 2007”, recuerda en su informe el experto en la defensa de los derechos humanos.
¿Para qué ejercer presión desde afuera, Dr. Garretón? “En el día de hoy, el tema de los derechos humanos no es una cosa que concierna sólo a los Estados. Cuando se producen violaciones masivas de los derechos humanos o muy graves de los derechos humanos se genera una preocupación internacional y de allí que, sobre todo el mundo civil – la sociedad civil, la sociedad organizada, organizaciones no gubernamentales- se solidariza con las víctimas, encarga informes. No me gusta la palabra presión, pero hace presente su voluntad ante los organismos internacionales formales de los derechos humanos”.
“Gota de esperanza”
Los abogados Isaac Torres Carmona de la Liga Mexicana de la Defensa de los Derechos Humanos, y Alba Cruz Ramos, del Comité 25 de Noviembre de Oaxaca acompañaron a Garretón a la entrega del informe en Ginebra.
La licenciada Cruz habla a swissinfo sobre si tiene sentido venir a la sede europea de Naciones Unidas:
“Creemos en el sistema de justicia internacional. En México y específicamente en Oaxaca, hay una fuerte, muy fuerte, desconfianza en los órganos de justicia. No hay justicia. Vivimos en una total impunidad en el estado. Acompañar al licenciado Roberto Garretón es para nosotros una gota de esperanza en el sentido de alcanzar un poco de justicia, de que se conozca lo que allí está pasando, de que se le exija al gobierno mexicano el cumplimiento estricto del respeto a los derechos humanos.”
“Donde no hay respeto a los derechos humanos, no se puede decir que hay democracia. Y México se dice que es un Estado democrático, entonces, exigimos por eso que se respeten los derechos humanos.”
Cruz mostró tres documentales (visibles en la página de Mal de Ojo TV, ver enlace), que dan la palabra a los familiares de las vícitmas y algunos de los detenidos de forma arbitraria y que por su valor testimonial, cita el mismo Garretón en su informe.
“Situación más precaria de lo que imaginaba”
En Suiza, las violaciones en Oaxaca fueron discutidas ya desde finales de 2006 en la cámara baja del Parlamento.
El legislador Carlo Sommaruga (Partido Socialista por Ginebra) preguntó si el gobierno suizo intervendría ante las “violaciones flagrantes a los derechos humanos” en un país que presidía entonces el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La ministra helvética de Asuntos Exteriores, Micheline-Calmy-Rey, respondió que el Consejo Federal (gobierno suizo) se mostraba preocupado por la situación en Oaxaca y que su departamento seguía “continuamente y con atención el desarrollo de los eventos en México y especialmente en Oaxaca”.
Y hace apenas unos días regresaron del sur mexicano tres legisladores suizos.
Se trata de la socialista Maria Roth-Bernasconi (por Ginebra), el Verde Alternativo, Josef Lang (por Zug), y el diputado saliente del Foro Liberal del Centro, Ulrich Siegrist (por Aargau y ex miembro de la derechista Unión Democrática del Centro, además de Roland Trauffer, Vicario General de la Diócesis de Basilea.
“La situación de los derechos humanos es mucho más precaria de lo que imaginaba”, menciona Lang a swissinfo de vuelta a Berna. “Y los cuatro, a pesar de ser muy diferentes, al final teníamos exactamente la misma opinión sobre la situación de los derechos humanos”.
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swissinfo, Patricia Islas Züttel
Al igual que otros actores internacionales, varias organizaciones suizas de defensa de los derechos humanos apoyan desde hace más de una década el proceso de paz en el estado mexicano de Chiapas.
Su mirada se ha expandido ante las situaciones precarias en otras entidades como Oaxaca, Guerrero, Chihuahua o el Estado de México.
Peace Watch Switzerland (PWS) realiza en Suiza una tarea de información sobre la situación de los derechos humanos en México, donde junto con otras organizaciones coordina la labor de observadores.
Dos veces al año organiza en Suiza cursos de capacitación para los voluntarios interesados en participar en esas tareas de observación.
Las organizaciones de ayuda de las iglesias helvéticas, como EPER/HEKS, Caritas, Pan para Todos, han desarrollado programas en Chiapas, respaldados por el gobierno suizo y por los donativos de los fieles y la población civil helvética.
En ese contexto se han realizado siete viajes de observación al sur mexicano. Invitan a parlamentarios suizos y a representantes religiosos interesados en conocer la situación en ese país.
Desde 2001 se instauró el programa PROPAZ para unificar los esfuerzos conjuntos de las organizaciones suizas, una forma de aprender técnicas básicas para resolver conflictos.
La defensa de los derechos humanos y de las minorías se ha encontrado siempre en primer lugar en las tareas.
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