Yasmina Guye tenía nueve años cuando partió a España con su familia. Diez años después de aquel momento vuelve a Suiza con la finalidad de estudiar en Ginebra.

Retrato de una representante de la joven generación de suizos que viven en el extranjero.

"Mi madre había seguido a sus padres venidos de España para trabajar en Suiza. Ella tenía entonces 9 años, tal como cuando yo decidí el camino a la inversa yendo con mis padres a instalarnos en España".

Esta historia repetida es la de Yasmina Guye, una joven de 20 años que en 2005 volvió a Suiza a estudiar en la Escuela de traducción e interpretación de Ginebra.

En Suiza, su familia había vivido en Cortaillod, cantón de Neuchâtel. Su madre trabajaba como profesora y su padre era representante comercial hasta que aprovecharon sus vacaciones de 1992 para ir a España y ver la Exposición Universal de Sevilla.

"Mi padre se enamoró del país, del clima, del carácter español...y propuso a mi madre volver a España", relata Yasmina a swissinfo.

Luchar contra los estereotipos

Tras haber reflexionado, la familia Guye decidió cambiar de vida. Eso hizo que Yasmina y sus hermanos Gabriel e Ismael crecieran a orillas del mar, en Benicarlo, una ciudad de 20.000 habitantes cerca de Valencia.

Actualmente su padre trabaja en una empresa de electricidad y la madre en la oficina de turismo de la región. Sus abuelos españoles se les unieron después de haberse acogido a la jubilación.

"Para mi padre fue difícil al principio debido a la (falta) de idioma y el cambio de profesión. Mis padres están hoy totalmente integrados. Además, en familia mezclamos los dos idiomas y construimos frases con palabras en francés y en español, según cuál nos venga con rapidez a la mente".

Yasmina debió luchar mucho para que sus camaradas comprendan que Suiza no es una región de Francia. "Además ellos conocían sólo los estereotipos: los (relojes) cu-cú, los bancos y el chocolate.

Es pues en una región de vacaciones ("en invierno, es más tranquila...") que Yasmina Guye hizo sus estudios hasta el bachillerato, pero ella pasaba sus vacaciones en Suiza porque le gusta el esquí y la nieve.

"Tuve contacto con la familia del hermano de mi madre que se quedó en Suiza. Y, sobre todo, asistí a campamentos de vacaciones organizados por la Organización de los Suizos en el Extranjero. Hice amigos y aún estoy en contacto con muchachas que viven en Alemania y en países árabes".

Yasmina, el retorno

La joven hispano-suiza quiere estudiar traducción y ha elegido Ginebra. "En la Escuela de traducción de Ginebra se puede estudiar tres idiomas en vez de dos como es el caso en Barcelona. Por eso vine a Ginebra".

No le fue muy difícil dejar el nido familiar porque se trata de Suiza y la lengua no es un problema. Instalada en un internado de muchachas, Yasmina se siente muy bien rodeada.

"No es sencillo reunirse con los ginebrinos. Ellos tienden a estar juntos; y lo que hago es reunirme con suizos de otros cantones. En Ginebra hay también muchos extranjeros y seguramente por eso es para mí más fácil que en una ciudad cerrada", señala.

¿Qué le gusta más? Ella responde con seriedad: "La puntualidad de los transportes públicos, la gente que habla más bajo que los españoles y... la limpieza".

Su decisión de volver a Suiza fue también motivada por una razón financiera. Yasmina Guye goza de una beca de estudios otorgada por su cantón de origen.

¿Y el futuro?

¿Y después de cinco años de estudios? "Me gustaría trabajar en la ONU o en organismos internacionales. En prinicpio viajar un poco y, tal vez, quedarme en Ginebra".

¿Y sus hermanos? El mayor de ellos es periodista y el menor hará el bachillerato tecnológico. Ambos están bien integrados en España. Yo no creo que piensen volver".

Yasmina Guye se define en pricipio como una suiza en el extranjero. "Yo no sé si más tarde me instalaré en Suiza. De momento no pienso volver a España, pero este 'no' no es definitivo. Ya veré, no lo sé".

swissinfo, Isabelle Eichenberger

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