
«Calma relativa» en la costa de Siria tras dos días de choques con más de 370 muertos
Damasco, 8 mar (EFE).- Las provincias de la costa mediterránea siria fueron escenario este sábado de una «calma relativa» tras dos días de intensos choques entre las fuerzas de seguridad y grupos leales al derrocado presidente Bachar al Asad que dejaron más de 370 muertos, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La ONG, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, indicó que en las últimas 48 horas al menos 213 combatientes han muerto: 93 miembros de los ministerios de Interior y Defensa de las nuevas autoridades de Damasco y 120 del lado de los insurgentes de la minoría alauita, la rama del islam de Al Asad.
Sin embargo, el Observatorio indicó que es probable que la cifra de fallecidos en los choques directos aumente debido a «informaciones sobre decenas de heridos y desaparecidos».
Esta cifra se añade a otras 162 personas de la minoría alauita que fueron ejecutadas por miembros afiliados a las fuerzas de Damasco en los dos últimos días, principalmente en Latakia, el antiguo feudo de la familia Al Asad y núcleo de la comunidad alauita que representa un 10 % de la población total de Siria, según la ONG.
Los choques estallaron después de que insurgentes alauitas leales al expresidente lanzaran un ataque contra las fuerzas de seguridad en la localidad de Jableh, en Latakia, lo que desencadenó la mayor ola de violencia en Siria desde el derrocamiento de Al Asad el pasado 8 de diciembre.
Según el Observatorio, las fuerzas de seguridad sirias «siguen persiguiendo y peinando» este sábado las zonas donde se esconden los remanentes de Al Asad, e informó de que se están produciendo «combates callejeros» en Latakia y la vecina Tartús.
Las nuevas fuerzas sirias están mayoritariamente compuestas por excombatientes de la ahora disuelta alianza islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), la agrupación que lideró la ofensiva contra Al Asad y cuyas raíces proceden del Frente Al Nusra, la exfilial de Al Qaeda en Siria.
El Ejército de Al Asad, por su parte, estaba dominado en gran parte por soldados alauitas, una rama del islam chií.
Tras la jornada de violencia de ayer, el presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, prometió en un discurso televisado «seguir persiguiendo a los remanentes del exrégimen», mientras que pidió a los insurgentes alauitas que entregaran las armas y se rindieran «antes de que sea demasiado tarde».
Estos enfrentamientos han despertado temores sobre un nuevo conflicto sectario, en un momento en el que las autoridades de Damasco están tratando de dar una imagen de unidad entre las diferentes etnias y confesiones que conviven en Siria.
La violencia también desató una oleada de reacciones por parte de la comunidad internacional, mientras que países como Egipto y Turquía pidieron que se inicie un proceso político «integral» en Siria con la participación de todos los segmentos de la sociedad y en el que se vean representadas todas sus comunidades. EFE
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