‘Lowry y el mar’, el lado íntimo del pintor de la clase obrera
Guillermo Garrido
Berwick-upon-Tweet (R.Unido), 6 jun (EFE).- Conocido por sus icónicas representaciones de la Inglaterra industrial y el día a día de la clase obrera, la ciudad de Berwick muestra al ‘otro’ L.S. Lowry (1887-1976), en una escogida selección de su otra predilección, el mar.
La urbe más septentrional de Inglaterra, fronteriza con Escocia, Berwick-upon-Tweet, homenajea al pintor británico al que atrajo la tranquilidad y la localización costera, con vistas al mar del Norte, de la ciudad, afirma a EFE el comisario de la exposición, James Lowther.
‘Lowry y el mar’ ofrece, hasta el próximo 13 de octubre, una visión introspectiva de uno de los más destacados artistas británicos del siglo XX: «Su soledad y sensación de aislamiento, que no se revelan tanto en su trabajo industrial», señala Lowther.
Laurence Stephen Lowry quedó prendado del mar desde pequeño, «pintando barcos en el mar desde los ocho años, algo que le fascinó durante toda su vida», agrega.
Lowry desarrolló un gran afecto por la ciudad costera, que visitó por primera vez en 1930 y de forma regular hasta el final de sus días, siendo refugio en sus momentos más difíciles, como la muerte de su madre.
Medicina artística
El artista dejó el pincel durante un tiempo tras el fallecimiento de su progenitora, en 1939, y lo retomó en las proximidades de la playa y el mar años más tarde, con una etapa más prolífica en la década de los sesenta.
Fiel a su estilo y orígenes, usó fondos blancos para simular en sus cuadros las servilletas que le sirvieron de lienzo en sus modestos inicios como pintor.
La exposición muestra más de una veintena de creaciones de Lowry, conocido como el ‘pintor de los cuatro colores’, por su apego al rojo bermellón, el negro marfil, el azul de Prusia y el amarillo ocre.
«Comenzó a pintar paisajes marítimos vacíos, decía que no podía pintar nada más que cielo, mar y orilla. Se sentía identificado con ese espacio vacío y de soledad que tiene el mar. Un reflejo de cómo se sentía en ese momento», explica el estudioso del artista.
En el imaginario de Lowry también había espacio para la creatividad, superponiendo en alguno de sus lienzos diferentes localizaciones de Berwick para dar a luz a una ciudad idílica.
El mar y la cotidianidad de la costa fueron catalizadores para Lowry, que posteriormente fue designado como pintor real en 1953, cuando captó ‘La procesión pasando el monumento a la Reina Victoria’ para documentar la coronación de la difunta Isabel II.
Esta íntima exposición, en las inmediaciones del muelle marítimo de Berwick-upon-Tweet, muestra la captura por Lowry del ocio y relax de la clase trabajadora en la costa con trabajos únicos «que se vuelven a mostrar en público por primera vez en más de cuarenta años». EFE
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