
AI: El rebelde M23 y las milicias aliadas del Ejército cometen violaciones y abusos en RDC
Nairobi, 20 ago (EFE).- Amnistía Internacional (AI) denunció este miércoles que tanto el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) como las milicias aliadas del Ejército de la República Democrática del Congo (RDC), que se enfrentan en el este del país, han cometido violaciones en grupo contra mujeres y ejecuciones sumarias y secuestros contra la población.
«La brutalidad de las partes enfrentadas no conoce límites; estas atrocidades tienen como objetivo castigar, intimidar y humillar a la población civil, mientras cada bando intenta imponer su control”, dijo en un comunicado Tigere Chagutah, director regional de AI para África oriental y austral.
En un nuevo informe publicado este miércoles, la ONG pro derechos humanos documenta los abusos y atrocidades cometidos contra los civiles tanto por el M23 como por los wazalendo (patriotas en suajili), como se conoce a las milicias aliadas de las Fuerzas Armadas congoleñas (FARDC).
Por parte del grupo rebelde, que combate con el apoyo de Ruanda -según han confirmado las Naciones Unidas y varios países- AI registró ataques a hospitales, secuestros de pacientes y torturas y desapariciones forzadas contra la población.
«Es hora de que el presidente de RDC, Félix Tshisekedi, cumpla su compromiso con la justicia y la rendición de cuentas y garantice la comparecencia ante la justicia de los combatientes wazalendo que cometieron delitos y la desmovilización y reinserción en la vida civil del resto», pidió Tagutah.
«Como parte en el conflicto, Ruanda debe garantizar que todas las Fuerzas de Defensa de Ruanda en la RDC respetan el derecho internacional humanitario», añadió.
La organización entrevistó a más de 53 personas, incluyendo supervivientes de violaciones en grupo, familiares de víctimas de asesinato y desapariciones forzadas, periodistas, profesionales médicos, defensores de los derechos humanos, abogados y trabajadores humanitarios.
Violaciones colectivas de todos los bandos
Entre ellas, por ejemplo, había catorce supervivientes de violencia sexual en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur -controladas en gran parte por el M23- que aseguraron haber sido violadas en grupo, algunas por rebeldes y otras por milicianos wazalendo o miembros de las FARDC.
«La visión de alguien con uniforme militar me traumatiza. Desde ese día no salgo a la calle. Cuando los veo se me encoge el corazón. Siento como una palpitación», declaró Beatrice (nombre falso), violada por cinco hombres en un campo del M23 en Bukavu, la capital de Kivu del Sur.
Dos soldados congoleños que huían de esa misma ciudad en febrero de 2025, antes de que la tomara el M23, violaron a otra mujer que estaba embarazada, mientas su hija de 14 años gritaba en el dormitorio. «Si no vuelve a la habitación, la mato», decía uno de los militares.
«En la parte oriental de la RDC, las mujeres no están seguras en ningún lugar. Las violan en sus hogares, en el campo o en los campamentos donde buscan refugio (…) Todas las partes enfrentadas deben dar prioridad a la protección de la población civil, incluidas las mujeres y las niñas, que siguen siendo las más afectadas por este conflicto», aseveró el director regional de AI.
El conflicto en el este congoleño se intensificó a finales del pasado enero, cuando el M23 tomó la estratégica ciudad de Goma, capital de Kivu del Norte, después de reanudar su actividad armada en noviembre de 2021.
Las perspectivas de una salida negociada se ha reactivado recientemente con la firma en Washington el pasado 27 de junio de un acuerdo de paz a nivel ministerial entre la RDC y Ruanda, mientras el pasado día 19 el M23 y el Gobierno congoleño rubricaron por su parte en Doha una declaración de principios para poner fin a la violencia.
Sin embargo, el M23 confirmó este martes a EFE que no se volverá a sentar en la mesa de negociaciones auspiciada por Catar hasta que el Gobierno congoleño libere a sus presos. EFE
lbg/jac