Alemania adopta el salario mínimo
Los diputados alemanes aprobaron este jueves por amplia mayoría la instauración de un salario mínimo, una revolución social en un país que tradicionalmente ha privilegiado la negociación entre patronal y trabajadores.
A partir del 1 de enero de 2015, se pagará en la primera economía de la eurozona un sueldo mínimo de 8,5 euros brutos la hora, gracias al voto favorable de 535 diputados del Bundestag (de un total de 601).
La medida recién adoptada, que contempla no obstante numerosas excepciones, cumple una de las principales exigencias de los socialdemócratas, aliados de gobierno de la canciller, la conservadora Angela Merkel.
«Lo que decidimos hoy tiene un significado excepcional para millones de trabajadores y trabajadoras de este país, que por fin van a poder recibir un sueldo decente», declaró la impulsora del proyecto de ley, la ministra de Trabajo, la socialdemócrata Andrea Nahles, en un discurso muy aplaudido antes de la votación.
El Partido Socialdemócrata (SPD) había planteado la instauración del sueldo mínimo como una importante condición para formar una coalición de gobierno con los conservadores de Merkel tras las legislativas de septiembre de 2013.
Los socialdemocrátas tuvieron que negociar duramente esta iniciativa con los conservadores, reacios a que el Estado se inmiscuya en un ámbito hasta ahora reservado a las negociaciones entre patronal y sindicatos. Finalmente, Merkel dio a regañadientes su visto bueno para asegurarse la formación de una coalición de gobierno.
Para asegurarse el mayor apoyo posible entre la mayoría parlamentaria, los socialdemócratas aceptaron excluir bajo ciertas condiciones varias categorías de trabajadores, como los aprendices, los desempleados de larga duración durante seis meses, los menores de edad, los repartidores de periódicos y los temporeros del campo.
Las excepciones fueron criticadas por algunos diputados, como el de extrema izquierda Klaus Ernst o la ecologista Brigitte Pothmer, que pidió «un sistema mejor, más completo y más justo».
Del lado de la patronal, la federació de Baviera (sur) estimó que la decisión del Parlamento «no es un buen día para Alemania», por «las consecuencias imprevisibles para el crecimiento y el empleo».
Según las estimaciones del SPD, la medida supondrá a partir del 1 de enero de 2015 un fuerte aumento salarial para cuatro de los 42 millones de trabajadores con que cuenta Alemania. En 2017 se verá beneficiado un millón de trabajadores más.
Alemania se une así a los 21 países de la Unión Europea (de un total de 28) que aplican ya un sueldo mínimo. Un hecho que el vicecanciller Sigmar Gabriel saludó en la prensa local como «un día histórico».
En un comunicado, el potente sindicato metalúrgico IG Metall elogió la medida como «un límite al ‘dumping’ salarial a la baja».
El salario mínimo alemán, situado en la media del de los países desarrollados, será inferior al francés (9,53 euros) y superior a su equivalente británico (6,31 libras, o 7,91 euros).
A partir de 2017, este sueldo mínimo será reevaluado cada dos años por una comisión compuesta de representantes de las empresas y de los sindicatos, «y no por los políticos», según anunció la ministra Nahles.
La medida todavía tiene que ser aprobada por la cámara alta del Parlamento alemán, el Bundesrat, el próximo 11 de julio, lo que se espera que sea una simple formalidad.