Arroceros se unen en Colombia a gran protesta de maestros y funcionarios
El gremio de los arroceros se sumó este martes a una multitudinaria protesta de maestros y otros funcionarios, que se encuentran en paro para exigir al gobierno de Colombia una mayor remuneración y mejor atención para sus sectores.
A los miles de maestros y empleados públicos que se tomaron las calles de Bogotá, se unió un grupo de cultivadores de arroz que acompañó la caminata y se concentró frente al ministerio de Agricultura para pedir políticas que protejan a sus productos.
«Los TLC (tratados de libre comercio) tienen cada vez más acosado no solamente al arroz, sino a los cultivos que rotan con el arroz. Tiene acosado al maíz, tiene acosado al frijol, tiene acosado a la cebada, tiene acosado a la leche. Estamos en una situación muy grave», dijo en la marcha Óscar Gutierrez, director nacional de Dignidad Agropecuaria.
Los cultivadores, muchos vestidos con las típicas ruanas campesinas o llevando al hombro los paños de rayas que suelen usar para secarse el sudor, regaron arroz en el suelo para protestar por su bajo valor y también lanzaron gritos contra los tratados internacionales.
Participaron así de la marcha que colmó las principales calles de Bogotá tras cumplirse 25 días del paro del magisterio, que ha afectado a unos ocho millones de estudiantes.
«Nosotros estamos dispuestos al diálogo, con una voluntad política para que el gobierno (de Juan Manuel Santos) asuma una responsabilidad que le corresponde como Estado y es garantizar la educación como un derecho humano», dijo en la manifestación Over Dorado, miembro de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode).
La organización que agrupa a los maestros aseguró en un comunicado tras la movilización, que efectivamente las negociaciones continuaron en paralelo a la marcha y seguirán esta noche con el ministerio de Educación.
Además de mejoras salariales los maestros exigen incrementos al presupuesto de educación para poder tener mejores infraestructuras y bonificaciones, en el marco de un paro indefinido al que se han ido uniendo centrales obreras, guardias penitenciarios y trabajadores de la rama judicial, entre otros.
La marcha, que se repitió en otras ciudades de Colombia, como Medellín, se dio el mismo día en que el gobierno de Santos y grupos de la sociedad civil alcanzaron un acuerdo para poner fin a otro paro que tenía lugar en Buenaventura, el principal puerto del Pacífico de Colombia, para exigir mejoras para esa empobrecida región del país.