Bolsonaro alega que intentó quemar su tobillera electrónica en momento de «paranoia»
Un día después de ser puesto en prisión preventiva, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro alegó este domingo que intentó quemar la tobillera que controlaba su detención domiciliaria en un momento de «paranoia» y negó cualquier tentativa de fuga.
El exmandatario ultraderechista (2019-2022) fue condenado en septiembre a 27 años de cárcel por intento de golpe de estado contra el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva tras perder los comicios en 2022.
Tras meses bajo arresto domiciliario y pocos días antes de vencer el plazo para presentar una apelación a su pena, el expresidente fue llevado el sábado a un complejo de la policía federal en Brasilia después de que dañara parcialmente el aparato con un soldador.
Bolsonaro, de 70 años, dijo que «tuvo ‘una cierta paranoia’ de viernes a sábado debido a medicamentos (…) resolviendo entonces, con un soldador, manipular la tobillera electrónica», según el documento obtenido por la AFP.
Durante una audiencia de custodia realizada este domingo en Brasilia, el expresidente dijo a una jueza que «tenía ‘alucinaciones’ de que había algún dispositivo de escucha en la tobillera», detalla el acta de la diligencia.
La corte ratificó la orden de arresto preventivo contra Bolsonaro.
El exmandatario, por su parte, dijo en la audiencia «que no tenía ninguna intención de fuga y que no hubo ruptura de la correa» que ataba la tobillera a su cuerpo.
– «Confusión mental» –
Más tarde, sus abogados pidieron que la corte reconsidere la prisión preventiva y que Bolsonaro regrese a «prisión domiciliar humanitaria», debido a su «cuadro de confusión mental».
El expresidente experimenta «efectos secundarios debido a las diferentes medicaciones prescritas, comenzando a tener pensamientos persecutorios y alejados de la realidad», explicaron en un escrito dirigido al supremo tribunal.
Cayó en ese estado por los medicamentos que toma para aliviar las «crisis de hipo» que lo aquejan desde hace meses.
Bolsonaro tiene secuelas de una puñalada que sufrió durante un acto de campaña en 2018 y ha sido sometido a varias cirugías intestinales desde entonces.
Este domingo recibió sus primeras visitas en prisión: dos abogados, su médico de confianza y luego su esposa, Michelle Bolsonaro.
El líder ultraderechista relató a la justicia haber pasado la tarde del viernes intentando abrir la tobillera hasta que «entró en razón» cerca de la medianoche y se detuvo.
La policía llegó a la residencia de Bolsonaro poco después a hacer una inspección.
El exmandatario, en un primer momento, dijo haber golpeado la tobillera contra una escalera, según los documentos del proceso.
Pero después admitió haberla intentado quemar con un soldador por «curiosidad», consta en un video divulgado por la corte el sábado.
– «País soberano» –
El sábado, al argumentar el riesgo de fuga, la corte suprema señaló que la embajada de Estados Unidos se encuentra cerca de la residencia de Bolsonaro.
El exmandatario brasileño es aliado del presidente estadounidense Donald Trump, quien denunció meses atrás una «caza de brujas» en su contra y respondió imponiendo un arancel punitivo a Brasil.
«¡Qué mal!», respondió Trump el sábado al enterarse de la prisión de Bolsonaro. El mandatario retiró buena parte de los aranceles a Brasil tras reunirse con Lula en octubre.
Este domingo, el mandatario brasileño fue interrogado sobre la posibilidad de que la detención de su mayor opositor afecte los acercamientos con Washington.
«No tiene nada que ver», dijo Lula durante una conferencia de prensa en el encuentro del G20 en Johannesburgo.
«Trump tiene que saber que somos un país soberano, que nuestra justicia decide y lo que se decide aquí está decidido», agregó.
La prisión de Bolsonaro deja a la derecha sin candidato para las elecciones presidenciales de 2026, mientras Lula ya ha anunciado su intención de postularse para un cuarto mandato.
El expresidente ya presentó un recurso contra su condena por golpismo y éste fue rechazado por la corte suprema. Tiene plazo hasta el lunes para presentar una segunda apelación.
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