Cazadores de serpientes en Bangkok: Una llamada de socorro cada 15 minutos
Nayara Batschke
Bangkok, 9 sep (EFE).- Cada quince minutos, los «cazadores de serpientes» reciben una llamada de emergencia debido a los inesperados encuentros entre humanos y estas criaturas en Bangkok. Estos desagradables avistamientos se intensifican en la temporada de lluvias en Tailandia, donde cada año cerca de 60.000 de estos animales son capturados.
Las intensas tormentas derivadas del monzón provocan inundaciones generalmente de junio a octubre por todo el país y hacen que los «avistamientos y encontronazos» con serpientes se multipliquen, ya que los animales abandonan sus madrigueras alagadas para buscar lugares «más secos y cálidos» para abrigarse.
Y aunque esos encuentros parezcan aterradores, son bastante habituales: con su clima tropical y húmedo, Tailandia se presenta como el hogar perfecto para más de 200 especies de serpientes, de las cuales cerca de una treintena son venenosas.
«Durante la temporada de lluvias, hay más avistamientos de serpientes, ya que, cuando llueve, también se inundan los sitios donde viven. Ellas no pueden seguir allí, entonces salen y se esconden en las casas», afirma en una entrevista con Efe el sargento Pinyo Pukphinyo, del Centro de Prevención de Desastres de Bangkok.
Ante los incidentes, apunta, el Cuerpo de Bomberos de la capital tailandesa ha creado una línea telefónica directa que opera 24 horas para atender los incidentes relacionados a esos reptiles, si bien eventualmente también se encarga de otros animales potencialmente peligrosos, como lagartos o avispas.
«Podemos encontrar a las serpientes en todos los sitios, pero los lugares más habituales son aquellos donde abundan sus presas, que son su alimento, como las ratas o incluso las mascotas», dice Pinyo, y agrega que estos lugares pueden ser «el garaje, la cocina, el baño o el dormitorio» de las viviendas.
Los Bomberos responden durante la época de lluvias entre 150 y 200 llamadas diarias relacionadas a la presencia de esos animales en los más variados rincones de Bangkok, que van desde residencias hasta establecimientos comerciales, en una labor que exige un minucioso trabajo de búsqueda, caza y captura.
Pero aparte del susto que supone encontrarse repentinamente con una serpiente, Pinyo asegura que la mayoría de las criaturas capturadas en la metrópoli, que tiene unos 10,7 millones de habitantes, son inofensivas y no representan mayores peligros a los seres humanos.
«En Bangkok, hay como tres o cuatro especies que son venenosas, lo que representa entre un 5 y 10 por ciento del total que aprehendemos. Las demás, como las pitones, no son venenosas. Y cerca del 70 por ciento de las serpientes que capturamos son pitones», explica.
Asimismo, siempre que posible, los agentes intentan devolver los animales a la naturaleza, aunque algunos necesitan ser trasladados a centros especializados debido a su alto nivel de peligrosidad.
LA VIDA SALVAJE Y URBANA SE MEZCLAN
Tailandia es el hábitat natural de más de 230 especies de serpientes, según datos oficiales, que viven distribuidas por todo el país. Así, ante el avance de la modernización y expansión de las ciudades, la vida salvaje y urbana no tienen otra opción sino coexistir en espacios cada vez más reducidos.
Reza la leyenda que el aeropuerto Suvarnabhumi de Bangkok, el más concurrido del Sudeste Asiático, fue inaugurado en 2006 sobre un terreno hasta entonces conocido como «el pantano de las cobras», lo que explicaría que en los años siguientes los incontables casos de serpientes halladas en las maletas de los viajeros.
Con el paso del tiempo, la metrópoli igualmente fue confirmando su posición como un polo turístico global, con más de 22 millones de visitantes anuales antes de la pandemia de la covid, por lo que la ciudad ha mantenido en los últimos años un acelerado ritmo de expansión, que avanza también sobre el hábitat de esas criaturas.
A ello se suman el éxodo de los propios habitantes, que cada vez más buscan barrios más económicos y alejados del centro, así como el propio desarrollo de la ciudad hacia zonas que hasta entonces solían ser el hogar principal de la vida salvaje.
«La gente se está mudando al suburbio, que es tradicionalmente donde están las serpientes. Y cuando las personas se expanden al área donde viven las serpientes, aumentan las posibilidades de esos encuentros o que los animales entren en sus casas», recalca Pinyo.
Además, como no son parte de la dieta tailandesa, las serpientes no tienen predadores naturales en las áreas urbanas, lo que facilita su reproducción -que tiene lugar durante la temporada de lluvias y temperaturas más amenas- y se refleja en un aumento de las interacciones con los seres humanos en ese periodo.
«Con el clima más frío, las serpientes se esconden en lugares cálidos de las casas, como zapateros, montones de ropa, ropa de cama. Y eso coincide con otro factor, que es el del momento en que las crías salen de sus huevos», matiza el sargento. EFE
nbo-sm/raa/ess
(foto)(vídeo)
© EFE 2022. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los contenidos de los servicios de Efe, sin previo y expreso consentimiento de la Agencia EFE S.A.