CLEPA: «China tiene mucho éxito con el coche eléctrico sin veto al motor de combustión»
Javier Albisu
Bruselas, 17 nov (EFE).- El secretario general de la patronal europea de componentes de automoción (CLEPA), Benjamin Krieger, considera que la UE debe reajustar su estrategia de transición hacia el vehículo eléctrico para acompasarla al mercado y subraya que China avanza con éxito en esa transformación sin haber fijado una fecha de caducidad al motor de combustión.
«Para encontrar buenas soluciones sobre cómo organizar una transformación exitosa, tiene sentido fijarse en lo que está funcionando bien. China está teniendo mucho éxito en su transición al vehículo eléctrico, y allí no hay prohibición del motor de combustión, ni del híbrido enchufable, mientras que en Europa los restringimos. No tiene sentido», afirmó Krieger en una entrevista con EFE.
Las ventas de eléctricos suben en la UE, pero no al ritmo esperado, lo que a su juicio complica que se pueda mantener la prohibición de vender coches nuevos que emitan CO2 a partir de 2035 sin comprometer la salud del sector.
El ecosistema de fabricantes de piezas y componentes de automoción acusa ya esa pérdida de músculo y los datos de la patronal apuntan a que tres cuartos de las compañías no esperan más de un 5 % de rentabilidad en 2025, un año en el que el sector ha anunciado que perderá 44.000 empleos, a falta de consolidar los datos.
«Tenemos que ajustar la regulación de CO2 para que tenga la flexibilidad de adaptarse al entorno del mercado (…). No hablamos de un giro de 180 grados. Lo que pedimos es una estrategia realista para la transformación», apuntó.
La conversación se produce mientras la Comisión Europea ultima los detalles de un plan para ayudar al sector de la automoción, que previsiblemente incluirá la creación de una nueva categoría de pequeños coches eléctricos baratos para impulsar la penetración de los vehículos de batería.
El sector de los componentes cambiará en esa modificación, porque los coches eléctricos tienen menos partes y también requieren menos mantenimiento en garaje. Esa transformación es inevitable, pero la industria auxiliar quiere que ocurra sin «disrupciones» fuertes y dando tiempo a una transformación de las competencias y habilidades en el empleo.
«Cuanto más rápido, más disruptivo», resume.
Reducir la dependencia
Las baterías son uno de los elementos que más preocupa a la industria, por la gran dependencia de la automoción europea en China.
«La parte más cara es la batería y la creación de valor se produce fuera de Europa», avisa Krieger.
Pero la tecnología no es el único problema del sector, que se enfrenta al desafío de la competitividad porque los precios de la energía y la mano de obra en Europa son significativamente más caros que en otras jurisdicciones, con diferencias en costes de entre el 15 y el 35 % en comparación con los países que mejor rinden.
A eso se suma la alta cantidad de burocracia a la que se somete a las compañías en Europa y los subsidios que los fabricantes reciben en otras partes del mundo, añade.
«Estoy seguro de que seremos competitivos con los chinos si se aplican las mismas condiciones marco», dice Krieger, que pide que se garantice la prevención en la UE de la «competencia desleal».
Parte de la solución podría radicar en obligar a que los vehículos vendidos en la UE deban tener una parte de «contenido local», reforzando la idea del «made in Europe» que cada vez cobra más importancia en distintos sectores económicos.
«El proteccionismo no es una buena idea pero, en el esfuerzo por mejorar la competitividad en la UE, hasta que sea competitiva, hay que garantizar que se mantiene la capacidad de producción y la competitividad en la Unión Europea», dice el secretario general de CLEPA.
Para ello, sería necesario definir técnicamente qué significa «componente europeo» y a partir de ahí dar ventajas a quienes respeten ciertas proporciones, por ejemplo, en cuanto a las flotas de coches de empresa o en los estándares de CO2.
Krieger pide mesura con los enfoques proteccionistas, pues no se trata de «crear un ambiente que no genere competencia» sino de «mitigar el riesgo de competencia desleal».
A largo plazo, la UE deberá reducir la dependencia de China, no sólo en baterías sino también en materias primas críticas, donde el gigante asiático domina el mercado mundial, pero tendrá que hacerse sin generar disrupciones, indica.
«Es una discusión en curso. La diversificación es importante, también debemos saber que tiene un coste. Tenemos que trabajar con los chinos para garantizar que hay una relación de confianza y también trabajar con otros socios», concluye Krieger. EFE
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