
Consecuencias de la renuncia rusa al INF, el primer tratado de desarme de la Guerra Fría
Moscú, 5 ago (EFE).- Rusia abandonó el tratado de eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF) en agosto de 2019, pero no fue hasta este lunes que levantó la moratoria al despliegue de ese tipo de armamento, que puede portar cargas nucleares.
De esta forma, Moscú renuncia -EE.UU. lo había hecho totalmente hace seis años- al primer tratado de desarme firmado entre el Kremlin y la Casa Blanca en la Guerra Fría (1987).
Gorbachov y Reagan
El tratado fue suscrito en Washington el 8 de diciembre de 1987 por los entonces presidentes soviético, Mijaíl Gorbachov, y estadounidense, Ronald Reagan.
El INF condujo a la eliminación en 1991 de todos los misiles balísticos y de crucero de mediano (1.000-5.500 kilómetros) y corto alcance (500-1.000) de ambas superpotencias.
La Unión Soviética destruyó 1.836 misiles de corto y medio alcance, mientras EEUU se deshizo de 859. A finales de 1996, según la ONU, se habían eliminado todas las armas cuya destrucción se preveía en este tratado.
Las primeras grietas
Las críticas al tratado comenzaron en cuanto se enturbiaron las relaciones entre Moscú y Washington. Tan pronto como los rusos se anexionaron la península ucraniana de Crimea (2014), quedó claro que ambas potencias deseaban romper con ese acuerdo de desarme.
Moscú denunció que las lanzaderas verticales estadounidenses MK-41 violaban el acuerdo y Washington hizo lo mismo con los misiles SSC-8 rusos, según la clasificación de la OTAN.
En un intento de rebatir las acusaciones y salvar el tratado, Rusia mostró a la prensa mundial, incluido EFE, su controvertido misil de crucero Novator 9M729 Novator, que tenía un alcance de 480 kilómetros.
No sirvió de nada. A día de hoy, sólo queda un tratado de desarme en vigor entre ambas potencias, el START III, que expira a principios de 2026.
Mensaje a Trump
Trump fue el encargado de ponerle la puntilla al tratado INF en agosto de 2019, seis meses después de anunciar oficialmente su decisión en el último año de su primer mandato presidencial.
Tras consumarse la defunción del tratado, Putin advirtió a Estados Unidos de que, en caso de que despliegue en Europa misiles de alcance corto y medio, Moscú respondería «inmediatamente» apuntando con su armamento no sólo a esos países europeos, sino también a los «centros de toma de decisiones».
Precisamente, Rusia anunció este lunes su decisión apenas tres días después de que el jefe de la Casa Blanca anunciara el despliegue de dos submarinos atómicos en respuesta a una supuesta amenaza rusa.
El comunicado del Ministerio de Exteriores ruso acusó a Estados Unidos tanto de desplegar en Europa y en la región de Asia-Pacífico ese armamento en el marco de ejercicios militares, como de proceder a realizar ensayos con dichos misiles; acelerar su producción en serie y preparar la infraestructura para su futuro despliegue, amenazando directamente la seguridad de la Federación Rusa.
Europa en el punto de mira
Después de que el Kremlin dijera este martes que emplazará misiles «en caso de necesidad», todas las miradas apuntan a Europa, de donde ha procedido la mayor parte de la ayuda militar a Ucrania en los últimos dos años.
La medida representa una respuesta al rearme europeo -incremento del presupuesto militar hasta el 5 %- y al reciente suministro de sistemas de misiles como los cinco Patriot que Alemania envió a Kiev.
Se desconoce dónde se desplegarán los misiles, aunque el lugar más probable es el enclave báltico de Kaliningrado, encajado entre dos países de la OTAN -Polonia y Lituania- y que tiene a tiro a Berlín.
Los principales objetivos, según el comunicado, son Alemania y Ucrania. Moscú acusa a Berlín de planear el despliegue en su territorio de sistemas de misiles Typhon y armamento hipersónico de medio alcance Dark Eagle.
En cuanto a Ucrania, Moscú asegura que cada sistema estadounidense HIMARS y su análogo, el lanzacohetes múltiple autopropulsado MLRS, pueden ser vistos como sistemas de lanzamiento terrestre de misiles de corto y medio alcance.
Rusia echa una mano a China
Rusia lleva varios años acusando a EE.UU. y a la OTAN de proceder a la militarización de la región de Asia-Pacífico con el fin de presionar a China para que renuncie a tomar Taiwán por la fuerza.
En el comunicado, Moscú denuncia el emplazamiento en Australia y Filipinas de misiles de medio alcance Typhon. Además, recordó que el Dark Eagle fue desplegado por primera vez este año durante las maniobras Talisman Sabre.
El Kremlin, que siempre ha defendido el principio de un país dos sistemas -es decir, el retorno de Taiwán al redil chino-, podría desplegar misiles en el Lejano Oriente ruso, desde la isla de Sajalín, a la península de Kamchatka o el archipiélago de las Kuriles, a escasos kilómetros de la costa japonesa.
En ese sentido, Rusia ha reforzado en los últimos años la cooperación militar con varios países autoritarios de la región como Corea del Norte y Birmania, además de Vietnam y Laos. EFE
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