Los grandes artistas helvéticos, de la Quinta Suiza
¿Existe un arte suizo específico? El Museo de Arte de Berna y la Sala de Arte de Múnich intentan responder a esa cuestión en una exposición conjunta.
El Museo de Arte de Berna es huésped en Múnich hasta enero de 2011 con la muestra ‘…Giacometti, Hodler, Klee… puntos culminantes de Suiza en siete siglos de arte’, que presenta más de 150 obras de la colección bernesa en la ciudad alemana.
En la exposición se presentan pinturas, dibujos y esculturas de más de 60 artistas suizos desde la Edad Media hasta nuestros días. La selección no solo es una muestra de la colección del Museo de Arte de Berna, sino que debe ser una mirada del desarrollo del arte en la Confederación Helvética.
Este proyecto es calificado como una “emocionante aventura” y “un experimento que traspasa fronteras” por Christiane Lange, directora de la Fundación Cultural Hypo de Múnich, y Matthias Frehner, director el Museo de Arte de Berna.
¿Qué se define como arte suizo?
¿Con esta mirada a través de siete siglos de arte se puede establecer algo específicamente suizo? ¿Qué características tiene el arte suizo y por quién ha sido creado? ¿Se trata de artistas nacidos en Suiza, pero que consiguieron reconocimiento fuera de su país? ¿Y qué hay de aquellos artistas que se han desarrollado en Suiza, pero que no tienen la nacionalidad helvética?
Las respuestas a esas cuestiones las responderá de modo personal cada uno de los interesados al mirar las obras expuestas, como se invita a hacerlo al momento de ingresar a la muestra.
Guillermo Tell, montañas suizas y Hodler
El recorrido inicia con un boceto del monumento a Guillermo Tell, del reconocido escultor suizo Auguste Rodolphe de Niederhäusern, conocido como ‘Rodo’.
Una instalación vídeo de la artista contemporánea Pipilotti Rist y una imagen de altar de 1506 señalan al inicio de esta exposición que lo que está por descubrirse es arte que abarca siete siglos de historia.
Las salas de exposiciones están clasificadas de modo cronológico, de acuerdo a una época determinada, un estilo definido o un artista especifico. De este modo, el curioso descubre para su sorpresa, por ejemplo, que el conocido empresario británico Thomas Cook ya en el siglo XVIII organizaba viajes a las montañas helvéticas, atrayendo la atención con motivos creados por artistas helvéticos.
La muestra destaca además las obras de los pintores suizos Arnold Böcklin, Ferdinand Hodler y Giacometti.
A Hodler, uno de los más conocidos pinceles helvéticos del siglo XIX, se ha dedicado un gran espacio donde se admira su grupo de inmensos óleos ‘Der Tag’ (El día), ‘Die Nacht’ (La noche), ‘Der Auserwählte’ (La elegida) y ‘Eurythmie’ (Euritmia), que le dieron fama internacional, antes que otorgársela en tierra propia. Estos cuadros salen poco de las fronteras suizas para ser vistos en otras latitudes.
Raíces suizas, y sin ellas
Y si bien en Suiza resultan bien conocidos, en Alemania no lo son tanto: se trata del retratista Albert Anker y del paisajista Franz Niklaus König, que plasmaron con sus pinceles el cotidiano en las zonas rurales.
Un lugar tienen también aquellos alemanes que han realizado sus obras en el contexto helvético, como el expresionista Ernst Ludwig Kirchner y sus paisajes de la región de Davos, o el reconocido Paul Klee, nacido en Berna y quien pese a sus intentos por obtener la nacionalidad helvética, murió en 1940 sin conseguirla.
Intercambio con el extranjero
Muchos de ellos estudiaron en Alemania, Italia o Francia –Holder y Giovanni Giacometti, por cierto, entre otros lugares, en Múnich- colectando inspiración que explotaron de vuelta a Suiza.
En sentido contrario, los grandes artistas suizos también aportaron un importante impulso a las corrientes de su tiempo, como Blöcklin en el simbolismo o Giovanni Giacometti en la pintura abstracta. La teoría de colores de Johannes Itten, maestro en la conocida Bauhaus y cuya enseñanza aún es base de estudios en las escuelas superiores de arte.
“Suiza es tan diversa en su cultura paisajista que resulta imposible hablar de un aspecto netamente suizo o marca distintiva del estilo”, indica el Dr. Matthias Frehner.
“Un elemento asociado del arte suizo es, en todo caso, su independencia y, a la vez, su influencia hacia el exterior. Todas las grandes personalidades suizas del arte han iniciado su fama en el extranjero”.
Justamente, esta exposición busca marcar esta reciprocidad en el arte “para revivir las relaciones culturales entre Alemania y Suiza. En ese marco, ya en 1949 el Museo de Arte de Berna acogió obras de la Antigua Pinacoteca, del Museo Nacional de Baviera.
A diferencia de otros países, en el transcurso del siglo XIX en Suiza no se desarrolló ningún museo significativo o galería nacional, ya que en su territorio no había aún una academia o una tradición muy forjada en la colección del arte.
No obstante, a nivel regional inició la aparición de museos.
En Basilea, Berna y Lausana surgieron colecciones importantes con base en obras de artistas que vivieron en esas ciudades.
A inicios del siglo XX, los museos suizos adquirieron nivel internacional por el aporte de comprometidos coleccionistas de arte.
El Museo de Arte de Berna es el más antiguo de Suiza con una colección propia. Fue fundado en 1879 con el respaldo de fundaciones y legados.
Su colección abarca obras del Gótico hasta el arte contemporáneo, con más de 3.000 pinturas y esculturas, además de cerca de 48.000 dibujos, gráficos, vídeos, fotografías y filmes.
Traducción: Patricia Islas
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