
Descubren entierro prehispánico de más de 1.000 años de antigüedad en obras de gas en Lima
Lima, 31 jul (EFE).- Unas obras de instalación de tuberías de gas natural en el norte de Lima, capital de Perú, han descubierto un nuevo entierro prehispánico de más de mil años de antigüedad correspondiente a la cultura preincaica Chancay, el segundo de su tipo en menos de dos meses.
El hallazgo, registrado en el distrito limeño de Puente Piedra, que se encuentra en el norte de la capital de Perú, ha permitido recuperar los restos de un fardo funerario con un individuo envuelto en tejidos y acompañar de su ajuar, compuesto por vasijas y otros objetos.
El descubrimiento consta de dos tumbas, aunque de uno no se ha encontrado ninguna momia, y ambos estaban protegidos por troncos y vegetación a unos dos metros de profundidad, lo que ha evitado que fueran descubiertas en anteriores excavaciones, según ha explicado a EFE el grupo de arqueólogos de la compañía de gas Cálidda.
«Hemos podido identificar a un individuo que se encuentra en posición flexionada, sentado, rodeado y secundado por algunas vasijas. Las características de estas vasijas y su iconografía nos permiten darle una afiliación temporal de aproximadamente a 1.000 o 1.100 años de antigüedad correspondiente a la cultura Chancay», ha dicho el arqueólogo José Aliaga.
La cultura preincaica Chancay se desarrolló en la costa central de Perú entre los años 1.100 y 1.400 de nuestra era alcanzando un gran progreso agrícola y urbano.
Aliga indica que el fardo funerario descubierto contiene el cuerpo de una persona adulta, de la que sobresale el cráneo, y a su alrededor hay cuatro vasijas de cerámica de varias formas y colores, como una botella de estilo Chancay de color negro sobre blanco.
«Una de ellas es una gran tinaja o cántaro de estilo tricolor geométrico, el cual tiene la representación de un personaje con los brazos extendidos. Y otra es una botella de estilo Chancay negro sobre blanco, la cual tiene la representación de un personaje con pintura facial y decoraciones geométricas en el cuerpo, muy característicos de la cultura Chancay», declara por su parte el arqueólogo de Cálidda Jesús Bahamonde.
También hay varios recipientes hechos con calabazas, conocidos como mates.
Tanto la momia como los objetos han sido retirados este jueves para analizarlos en el laboratorio de la empresa y poder determinar la antigüedad exacta, sexo del individuo y otros detalles, y más tarde serán entregados al Ministerio de Cultura.
A unos metros de este descubrimiento, la misma empresa ha encontrado hace un mes un fardo funerario con restos de una joven del mismo periodo prehispánico junto a vasijas y mates.
«Cuando ingresamos a una zona a hacer la instalación de gas, revisamos la bibliografía de la zona, revisamos fotografías aéreas del año 40 y ya habíamos identificado en esta zona un cementerio prehispánico que al ser urbanizada poco a poco ha ido desapareciendo», añade Aliaga.
La vecina Luz Mariñas, cuya casa está junto al contexto funerario, reconoce que aún no ha querido ver la momia porque le da «miedito» que su domicilio esté encima de un cementerio.
Bahamonde recuerda que los proyectos de gas natural están enmarcados en un monitoreo arqueológico, un procedimiento necesario en todo tipo de obra civil que exige el Ministerio de Cultura, y menciona que Cálidda ya ha recuperado más de 2.200 hallazgos en 20 años.
En este sentido, ha dicho que junto a la Municipalidad de Puente Piedra han creado un museo municipal que alberga una colección de piezas arqueológicas que han sido encontradas en este distrito y que cuentan su historia prehispánica. EFE
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